Mostrando entradas con la etiqueta granada. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta granada. Mostrar todas las entradas

lunes, 7 de noviembre de 2016

VI JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA (11,12 y 13 de noviembre de 2016)

Qué barbaridad, cómo pasa el tiempo. Desde julio no he publicado nada en este blog, y eso que tenía la firme intención de realizar publicaciones mínimo una por semana. A veces, el cansancio; otras, la familia que consume los fines de semana. Y la escritura, que no me abandona. Los libros de documentación se me acumulan. Las lecturas, igual. Compro libros, que aún duermen en las estanterías esperando su turno. 

Somos esclavos del tiempo, de un tiempo que se consume.

De todas formas, hay tanto que leer, que es mejor dejar las publicaciones en el blog para lo más relevante. Hay quien no se contiene, o no sabe contenerse; yo prefiero contenerme si lo que puedo contar es irrelevante. Es como escribir una novela. Hay que escribir con concisión y economía; autor, no intentes convencerme con 900 páginas, que ya me parecen muchas.

Esto es importante.

El próximo fin de semana  (del 11 al 13 de noviembre) se celebrarán las VI JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA, de las que vuelvo a ser director y organizador junto al resto del Staff de la Asociación (Carolina Molina, Mario Villén, Noelia Ibáñez, Sara Esturillo, Ana Morilla). Vendrán autores nacionales a hablarnos sobre sus últimas novelas históricas y sus novelas y lo pasaremos estupendamente. De nuevo contamos con la Biblioteca de Andalucía, y este año, además, con el Cuarto Real de Santo Domingo. Tenemos nuevos patrocinadores y nuevo cartel, que ha quedado muy bien.

Lectores, ¡¡os esperamos!!



domingo, 20 de marzo de 2016

Jaime García-Torres Entrala habla sobre LOPE. LA FURIA DEL FENIX






Al escritor Blas Malo lo conozco desde hace relativamente poco tiempo. Tuvimos ocasión de vernos en una de las mesas en las Jornadas de Novela Histórica de Granada en el año 2014, en la asociación que él preside, y desde entonces hemos mantenido un contacto más o menos periódico a través de las redes sociales y los correos de la asociación, compartiendo experiencias y, en ocasiones, sentimientos.

Pues bien; cuando conocí a Blas, a mí me llamó poderosamente la atención un aspecto muy peculiar de él. Y es que Blas pertenece a ese grupo de escritores, a mi entender privilegiado, que no ejerce profesionalmente en las ramas de las Ciencias Sociales, Jurídicas, Artes y Humanidades. Blas es un Ingeniero de caminos, canales y puertos; es decir, usando la terminología clásica, un hombre de ciencia pura. Y no será ni el último ni el primero. Ahí tenemos el ejemplo de Luis Martín Santos o Pío Baroja, que fueron médicos. Gregorio Marañón también, en el género del ensayo. Ernesto Sábato, fue físico; Lewis Carroll, matemático; y Dostoievski,  al igual que Blas, ingeniero.

Dicho esto, yo estoy convencido de que Blas es un gran escritor, entre otras cosas, porque detrás de ese escritor hay un magnífico ingeniero. Y no se si lo hace de forma consciente o inconsciente, pero el caso es que es capaz de trasladar ese conocimiento científico a la creación literaria.

Y aquí pienso que radica el éxito de la cuarta nueva novela de Blas, Lope, La furia del Fénix. El escritor Blas ha elegido para su cuarta novela un terreno arcilloso y resbaladizo, pero el ingeniero que hay detrás del escritor  ha sido capaz de levantar sobre ese terreno una obra con maestría.



¿Y por qué digo que el terreno es arcilloso? Pongámonos en situación. Blas, ambienta su cuarta novela en la figura de Lope de Vega en pleno Siglo de Oro de la literatura española, ese período que abarca desde la toma de Granada en 1492 hasta la muerte de Calderón de la Barca en 1681.
Y seamos sinceros y hagamos un acto de contrición. ¿Qué sabemos  de Lope de Vega y el Siglo de Oro de la literatura? Salvo honrosas excepciones, poco. Y no precisamente porque seamos incultos, sino por un claro desajuste educativo.

El primer contacto que hemos tenido con el Siglo de Oro se produce en una edad excesivamente temprana; quince, dieciséis o diecisiete años según los planes de estudios. Y en esa edad tan temprana nos obligan a estudiar y a leer a Góngora, a Quevedo, a Cervantes, a Lope, San Juan de la Cruz, a Fray Luis de León y a un largo etcétera de autores. Todo eso, en uno o dos trimestres; y con la agravante de la omnipresencia de Cervantes, que en el sistema educativo fagocita literalmente a todos estos autores.

¿Y qué recuerdo nos queda de ese Siglo de Oro que estudiamos? Salvo honrosas excepciones, muy poco. En la mayoría de los casos, tardes tristes, grises y aburridas de colegio, en las que escuchábamos a los profesores como un runrún de fondo, hablando de cosas que poco o nada nos interesaban porque, además, había otras manifestaciones artísticas más amenas y divertidas que requerían una actitud más contemplativa y menos activa, como la pintura o la escultura. Y, en concreto, de Lope recordamos tan solo que era un señor serio y de aspecto eclesiástico, por ese retrato de Eugenio Cajés que aparece en los libros de literatura, con un Lope con hábito clerical y cruz de Malta; un señor que escribió Fuenteovejuna, además de otras muchas obras que memorizábamos con extrañas reglas nemotécnicas para acabar confundiendo la Galatea con la Dorotea. Y poco más.

¿Qué ha ocurrido entonces? Es muy simple de explicar. A Lope de Vega hay que estudiarlo desde la madurez. Pero en esta etapa de la vida da pereza volver a los clásicos; y, aún queriendo, sufrimos una especie de síndrome de Stendhal, y ante tanta obra y tanto autor clásico no sabemos por cuál de ellos optar; por lo que acabamos confundidos y nos decidimos finalmente  por otras manifestaciones literarias más simples.

Este es el terreno arcilloso y complicado sobre el que el ingeniero Blas ha tenido que levantar su obra. ¿Y cómo lo hace? De forma muy hábil. En el capitulo I abofetea literalmente al lector y le dice algo así como: - ¡despierta villano! Y presta atención a lo que te voy a contar-. Y nos sitúa a un Lope en el puerto de Lisboa, a punto de embarcarse con la Armada Invencible, en un lupanar de mala muerte y con una prostituta portuguesa. Y Blas, lejos de presentar una escena bucólico pastoril, con un Lope poeta que recita versos a su amada, nos muestra una escena descarnada, con un Lope de Vega amando desenfrenadamente a la portuguesa hasta llevarla al éxtasis; y, todo ello, mientras Lope piensa en su mujer embarazada, que se ha quedado en Valencia, y en aquella amante que lo abandonó por otro en Madrid. Con las velas de los buques de guerra ya desplegadas, y antes de que el lector se de cuenta, Blas ha conseguido atrapar al lector y el ingeniero ha estabilizado el terreno arcilloso.

A partir de aquí Blas, el ingeniero-escritor, construye los pilares que sustentan la obra, que no son otros que los pilares de la emoción, haciendo que el lector pase por todos los estados anímicos posibles, como con la risa, la conmoción o la pesadumbre. Y que conozca de primera mano la avaricia, la vanidad, la ambición y la soberbia.


De esta manera consigue arrancar la risa del lector, con ese juicio a Lope por un poema injurioso, con un peculiar magistrado que come pestiños entre juicio y juicio; y con un Lope acobardado y esposado que, lejos de reconocer su culpa como un hombre de honor, se comporta como un raterillo que atribuye la autoría a alguien que ya se fue de Madrid, o a aquel otro que murió recientemente.
Blas consigue conmocionar con las escenas navales de la Armada Invencible, con esos barcos repletos de sangre, de heridos y de ratas, y con una tropa que no alcanza a comprender por qué los mandos no dieron orden de atacar, si supuestamente eran los mejores e iban a vencer en la batalla, y ahora se ven obligados a regresar a España humillados y derrotados.
 Y provoca un sentimiento de pena y lástima ante un Lope carente de recursos, que se ve obligado a pagarle al médico con el único bien material de que disponía, que era un ejemplar de la Divina Comedia.

Y una vez puestos los pilares y levantada la construcción, el escritor le pregunta al ingeniero de qué forma debe techar y cubrir su obra. Y el ingeniero le aconseja que construya una majestuosa cúpula para dar  cobijo a la novela. Y esa cúpula no es otra cosa que la mujer; pero no una mujer individualmente considerada. De hecho, yo empecé a anotar las mujeres a las que Lope amó y opté por dejar de contar, pues daba igual que fueran quince o cincuenta. Esa mujer a la que se refiere Blas es la mujer como concepto, la mujer como objeto de un deseo irrefrenable del que Lope no se arrepiente lo más mínimo. Como el propio Lope dice en un momento de la novela, “si dios ha sembrado este deseo en mí tendrá que tolerarlo”.

Estabilizado el terreno, levantados los pilares y construida la cúpula, Blas adorna este edificio; y lo hace con un estilo cuidado, con un léxico riquísimo y construyendo frases perfectas; recurriendo al flashback solo cuando es absolutamente necesario para no apartarse del argumento lineal; y con un correctísimo uso de las acotaciones que integran la narración dentro del dialogo.

Construido y adornado el edificio, en su interior nos muestra una pieza dividida en cuatro actos donde se hablará de temas universales como el amor, el desamor, y la envidia, materializada en las rencillas literarias y en esas tertulias literarias de Sevilla, que se asemejaban más asociaciones de mafiosos que a reuniones culturales.

Y consigue finalmente que el lector tome ojeriza a Góngora y al mismísimo Cervantes. A ese Cervantes que lo calificó como “monstruo de la naturaleza”. Y aunque todos piensan que aquella denominación fue un elogio, yo estoy convencido de que se trató de un insulto, pues es la misma expresión que don Quijote emplea para humillar a Sancho Panza en el capitulo cuarenta y seis del Quijote, cuando lo llama, entre otras lindezas, villano, ignorante, mal mirado, deslenguado, bellaco…Y acaba diciéndole: ¡Vete de mi presencia, monstruo de la naturaleza…! Si Cervantes está empleando el mismo calificativo con Lope y con Sancho Panza, difícilmente puede entenderse como elogio lo que antes utilizó como un insulto.



Vista esta construcción, si a mi me preguntan si yo recomiendo la obra, por supuesto que diré que sí. Lope, la furia del Fénix, es una obra leerla con calma, sin prisas, recreándose en todo lo que cuenta Blas, que es mucho, y sin buscar el desenlace de forma precipitada. Solo de esa manera se podrán descubrir todos los secretos que la novela esconde; entre otros, que el propio Blas interviene cual Alfred Hitchcock en su propia película, apareciendo fugazmente en la  novela y oculto entre líneas. El  reto para el lector estará en encontrarlo.

Pero voy aún más lejos. Si yo fuera ese profesor de literatura del que hable al principio, indudablemente me vería obligado a explicar a mis alumnos todo lo que supuso el Siglo de Oro, pues académicamente sería lo exigible; pero les aconsejaría además que leyeran esta obra de Blas. Y yo estoy convencido de que ese alumno, antes o después, aparecerá por cualquier librería y le pedirá al librero algo de ese genio que fue Lope, para conocer de primera mano lo que ese autor escribió. Y ese alumno que primero leyó a Blas, leerá después a Lope.

Por Jaime García-Torres Entrala, autor de "El aroma de Bitinia" 
 

domingo, 11 de octubre de 2015

V JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

Arranca la Cuenta Atrás.
V JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA (7 y 8 de noviembre de 2015) 

¡Ven y cuéntalo!





(Con Carolina Molina, Mario Villén Lucena, Blas Malo Poyatos, Sara Esturillo Reyes, Noelia Ibañez Hidalgo, Teo Palacios Herminia Luque, Santiago Castellanos, Andrés Palma, Adolfo Liñán)

Editoriales que colaboran:

Ediciones B
Editorial Áltera
Ediciones Pàmies
Edhasa 
Fundación José Manuel Lara

Otras entidades:

Cafetería Bibrambla
Librería Babel
Manuel Ruiz, pintor y autor del cartel de JORNADAS
Biblioteca de Andalucía / Junta de Andalucía
Bodegas Muñana
Agua Lanjarón - Grupo Danone
Universidad de Granada

domingo, 31 de mayo de 2015

Y dijo ayer el imán de Granada... 006/365

—Insh Alláh, Insh Alláh... —El imán extendió las manos mientras hablaba desde el almimbar de la mezquita mayor de Granada, deseando parabienes a la concurrencia, y a los novios, nerviosos y felices.
La mezquita mayor, en el corazón de la ciudad, rodeada de tiendas de cambistas, de perfumistas y de la alcaicería con sedas de la Alpujarra y orfebrería del oro del Sudán, más allá de Siyilmassa; el corazón religioso de la medina.


—Insh Alláh, Insh Alláh..





—Ojalá, ojalá...
—Dios lo quiera, Dios lo quiera...


Ayer estuve de boda. Se celebró en el Sagrario, adyacente a la catedral renacentista terminada en 1563 con Diego de Siloé como maestro de obras. En el corazón católico de la ciudad tomada por los reyes Isabel y Fernando a los nazaríes, se levantó la iglesia parroquial de El Sagrario sobre el solar de la antigua mezquita mayor. En esa iglesia de raíces pétreas que se alimentan de pasado de Reconquista y de aljibe musulmán (aún existe, oculto en los subterráneos), oír al sacerdotesu sermón empezando con "Ojalá, ojalá" me sumió en un viaje de siglos evocador, inspirador. ¡Qué rico es nuestro pasado!

La novia estaba radiante.

Bitácora 006/365


jueves, 26 de marzo de 2015

Cuando se juntan escritores: IV Jornadas

IV  JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA (14 y 15 de Marzo de 2015)

Qué decir de estas Cuartas Jornadas, de las que soy miembro organizador, que no haya dicho ya en las otras ocasiones: que hay que acercar libros y autores a los lectores. Involucrar a los autores a acercarse a los que les leen; animar a la empresa privada a invertir en acción cultural.

Lo pasamos de fábula. Los ponentes y autores, fabulosos. La Biblioteca de Andalucía, maravillosa. Nuestros patrocinadores, decididos a seguir apostando por nosotros. Los lectores, animosos.

Los autores también necesitamos cariño en estos tiempos complicados. Lo digital está bien, pero nos gusta el papel. La Asociación "Jornadas de Novela Histórica de Granada" sigue creciendo. Os animo a visitarnos:

BLOG: http://jornadasdenovelahistoricaengranada.blogspot.com.es/


 Foto 01:  Inicio de IV Jornadas de Novela Histórica de Granada 
De izquierda a derecha: Mario Villén, Blas Malo, Carolina Molina, José Manuel Barrios
José Barroso, Francisco Núñez, Coia Valls, Jorge Rodriguez
 

  Foto 02: Apertura de Jornadas. Blas Malo, Mario Villén, Carolina Molina

 
 Foto 03: "Vida cotidiana en Granada". 
Carolina Molina, José Manuel Barrios, Julio Navarro, Jorge Rodríguez

 
  Foto 04: "Entre la leyenda y la historia"
Emilio Ballesteros, Mario Villén, Carolina Molina, José Barroso, Blas Malo, Carlos Almira

 
 Foto 05: "Guerra y violencia".
Gabriel Castelló, Carolina Molina, Javier Negrete, Blas Malo, Mario Villén

 
Foto 06: Con los miembros del blog literario "La espada en la tinta", en el centro : Loren y Jana


 Foto 07: "En tiempo de cólera"
Carolina Molina, Coia Valls, Francisco Núñez

 
Foto 08: Hermanamiento con "Jornadas de Novela de Écija"
Mario Villén, Carollina Molina, Blas Malo y Manuel Sánchez-Sevilla (JNE)

 
Foto 09: Staff de "Jornadas de Novela Histórica de Granada"
Blas Malo, Carolina Molina, Mario Villén, Noelia Ibáñez, Sara Esturillo

Los domingos 7 y 15 de marzo, además, se organizaron 3 rutas literarias por Granada y Moclín. Éxito total.

La vida es complicada, y a veces muy, difícil. Entre otras cosas, tenemos libros para hacerla más llevadera.



viernes, 14 de noviembre de 2014

José Soto Chica: "La Historia no es pasado; es continuidad". III Jornadas de Novela Histórica de Granada



El pasado fin de semana del 8 y 9 de noviembre se celebraron las Terceras Jornadas de Novela Histórica de Granada. Con el título “Narradores de la Historia, la pasión de la didáctica”, y acompañados de los escritores Gabriel Castello (“Princeps”), Ana B. Nieto (“La huella blanca”) y Francisco Narla (“Ronin”), y los profesores José Soto Chica (“Tiempo de leones”), Andrés Palma Valenzuela y María Encarnación Cambil Hernández hablamos sobre novelas, sobre el pasado y el futuro del género y sobre la historia y el uso de las novelas como herramienta para la enseñanza y la divulgación de nuestra Historia. Un fin de semana extraordinario que compartí, como miembro organizador, junto a los también escritores Carolina Molina ("El falsificador de la Alcazaba") y Mario Villén ("40 días de fuego").





Pero quien más me impactó fue el profesor y escritor José Soto Chica (“Tiempo de leones”, “Los caballeros del estandarte sagrado”, ambas sobre el imperio bizantino) con su intervención lúcida, enorme, “desde la ceguera, como desde una roca, miro al mundo”. Y rescatada de mi memoria y mis apuntes aquí la dejo.



Habla José Soto:

“En primer lugar, como saben, desempeño mi labor en el Centro de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas, un centro internacionalmente reconocido y en Granada, un gran desconocido. Soy investigador e historiador y el gran fracaso de historiadores y profesores es no haber sabido acercar la historia al gran púbico, en el mundo de la investigación de bata blanca la novela histórica siempre ha sido vista como un descrédito. La investigación científica de datos contrastables y objetivos, ha mirado con sospecha la novela histórica, por ser novela y ser ficción y atreverse a apartarse de la verdad académica. Y así, el pasado que debía ser de todos ha estado alejado de la luz.


Durante tres, cuatro años estuve realizando mi tesis sobre Bizancio, y me di cuenta, a punto de terminarla, que quería contar todo lo que había conocido y aprendido de otra forma, de otra manera. Y por eso me atreví a escribir mi primera novela, “Tiempo de leones”, sobre el emperador Heraclio. Un gran personaje, y como tantos otros, olvidado. Pero no fue un cualquiera, su influencia traspasó siglos y fronteras. En la Edad Media fue tenido como un gran héroe, digno de culto, protegido por las santas reliquias de la Vera Cruz, que le dieron la victoria contra los persas, la gran amenaza de Oriente. Estamos en Granada. La lucha de Castilla contra Granada era comparada por los reyes Isabel y Fernando, nuestros Reyes Católicos, con la lucha de Bizancio contra el imperio persa. Cuando Granada fue conquistada el 2 de enero de 1492, Isabel y Fernando, en señal de agradecimiento a Dios, fundaron en Roma una iglesia, que llamaron de la Vera Cruz, y en ella, el rey Fernando aparece representado como Heraclio vencedor, portando la sagrada reliquia, y la reina Isabel, como Santa Helena, madre de Constantino el Grande, el fundador de Constantinopla y descubridora en Jerusalén de la Vera Cruz y de las santas reliquias.


La historia no es algo del pasado, la historia es ante todo continuidad. Y no es algo aislado limitado a un territorio, sino que se comunica y trasvasa, y hay continuidad a lo largo del tiempo. Desde iberos, romanos, árabes, todo continua y todo se une y se relaciona, y se conecta, como han dicho los autores, desde la Roma de Augusto, hasta Japón del s. XVII, y a Irlanda del S.V.


Herodoto fue el primer historiador que además dio tono narrativo a sus escritos. La ficción no está reñida con el rigor, y se ha descubierto la congruencia y verdad de muchas de las historias y detalles que contaba. ¿Y por qué se le ha seguido copiando por miles de años? Copiando, que no es como ahora, sino a mano, una actividad onerosa y cara, una y otra vez. No era por su rigor, que lo tenía, sino porque entretenía, y porque sigue entreteniendo. Y en eso ha fracasado la historia académica, error en el que cayeron muchos de los ilustres historiadores que me precedieron, y en el que caerán muchos los que vendrán en nuevas generaciones, caerán en el mismo error.


Por ese error, por ese servicio a la sociedad que los forma que no se realiza, de información y formación, ese pasado ahora no se percibe como conectado con el presente. Y por eso Europa ha perdido su identidad. ¿Dónde están hoy día los hombres del Renacimiento, aquellos que bebían de la época clásica, que se tenían por sus herederos, que defendían su herencia cultural frente a otras culturas, otros pueblos? Doce mil jóvenes occidentales se han unido a ISIL en Siria, en Irak, ¿en qué ha quedado la identidad de Europa occidental? Se ha perdido. Todos esos jóvenes han perdido sus orígenes. Y ese es el gran fracaso de Europa.”

Amén.

Y ya estamos preparando las IV Jornadas de Novella Histórica de Granada. 







domingo, 20 de abril de 2014

Cuando no hay tiempo para nada. "Pequeñas Historias"

He vuelto de unos días en Madrid, estancia que he aprovechado para visitar museos, documentarme y comprar libros (y eso que no estaba previsto, pero siempre me pasa igual.Visitar una librería es mi perdición). Tenía ilusión por contemplar los tesoros mostrados en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) y me he llevado sensaciones distintas. Por un lado, por haber disfrutado tan cerca de las grandes piezas de nuestro pasado, esas que en época de estudiante te aprendías en la asignatura de Historia y Arte en el bachillerato, o que te mencionaban en el Latín del extinto BUP (ya no se sé siquiera si la Historia o el latín se dan a las nuevas generaciones. ¡Espero que sí!). Ese contacto me ha rejuvenecido. Por otro, por el aparente desorden descontextualizado en el que están reunidas las piezas. Quien sepa qué es lo que ve, gozará la visita. Quien no, no aprenderá casi nada de nuestra Historia. En muchos casos, no se responde a las preguntas de Por Qué y Cómo, ni Quién, se ven muchos tesoros, oro, plata... pero son datos, no Conocimiento. No puedo evitar compararlo con las exposiciones del British Museum, o del Louvre, más explicativas y también más impactantes.



También me ha sorprendido, como en otros sitios, la manía de las fotos. Fotos y más fotos. En vez de disfrutar las colecciones al natural, muchos se concentran en hacer fotos, en ver las maravillas por la pantalla de 3" pulgadas, capturarlas para su colección de gigas de imágenes, sin saborear (creo) el pasado. Dedicando sólo 1 segundo (¡!) para la foto, nada. Para tener la imagen, pero no para aprehender la Cultura.

Y es que no hay tiempo para nada. Nos estamos olvidando de aprehender la Cultura. No aprenderla, no; no memorizarla, sino interiorizarla, conectarla con nosotros y nuestras experiencias, y hacerlas así indelebles en nuestra mente. No, no hay tiempo. Yo me recreaba en las esculturas, en los capiteles románicos, buscando trazas de quién fue el que dedicó tiempo a su creación, por qué, sus motivos, su vida, su muerte. Su olvido. No hay tiempo para aprender, quizás sólo para la foto.

Aún así, también en el MAN saqué una importante lección literaria. La planta dedicada a Roma y al Medievo tenía gente, pero sólo una fracción de la muchedumbre que disfrutaba con la Prehistoria, llena de niños excitados. ¿Por qué? Porque tenía figuras. Porque no sólo había objetos, los neandertales estaban allí, vestidos, cazando, yaciendo en su tumba. Figuras humanas, en acción, dinámicas. No columnas muertas; no tesorillos deslumbrantes sin personas. No estatuas romanas monumentales pero lejanas, divinas, "personajes tan encumbrados que casi cagan mármol". La gente quiere sentir a la gente, no a una colección de vasijas. Quiere el contacto humano, no cien vitrinas de objetos muertos. Eso también hay que tenerlo en cuenta al escribir.



Mientras, en Granada, ciudad con el monumento más visitado de España (la Alhambra), el Museo Arqueológico sigue cerrado (¿!) casi diez años después de mi última visita. Y el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada, fundado en 1885, independiente, ajeno a subvenciones, sostenido hasta ahora de forma privada por socios y mecenazgo privado, ha anunciado que cierne sobre él la amenaza del cierre. ¿Son las actividades culturales las que estimulan el apetito de más cultura; o es la formación cultural de cada uno lo que pide y ansía actividades culturales? Yo creo que lo primero. Por eso, Granada está estancada, gris, huérfana de cultura accesible a todo el mundo. Como la sala de Roma del MAN; glorias pétreas pasadas que no emocionan.

Es una de las razones por las que Carolina Molina, Mario Villén y yo mismo, hemos creado la asociación "Jornadas de Novela Histórica de Granada", para que podamos compartir nuestra emoción por la Historia y por la novela histórica con más gente. Por eso, el próximo día 26 de abril, sábado, presentaremos a las 19:00 horas en el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada el libro "Pequeñas Historias", una colección de relatos históricos a la luz de las II Jornadas de Novela Histórica de Granada. Cuando no hay tiempo para nada, es bueno detenerse. Y, así, tener tiempo para algo.



Os esperamos por allí.

Centro Artístico, Literario y Científico de Granada - Facebook

https://es-es.facebook.com/CentroArtisticoGranada

viernes, 28 de marzo de 2014

Mi reflexión de dos días de novelas e Historia: Jornadas de Novela Histórica de Granada

Han pasado dos semanas desde las II Jornadas de Novela Histórica de Granada. Como director, como autor ponente, como lector.... se pueden dar diferentes puntos de vista. Creo que el evento ha vuelto a ser un éxito, a pesar de tener que pelear contra el buen tiempo. Éxito por la presencia de un público fiel, por una buena organización, por un magnífico stand de libros, y por una enorme calidad en las mesas de ponencias. Ninguno de los autores defraudó ni dejó indiferente. Todos consiguieron iluminar y acercar el pasado al público. Ese es el logro y el objetivo de las jornadas, dar una pincelada de otras épocas y que puedan acceder a ellas a través de los libros.

La parte pública de la literatura es la parte bonita que se ve, que atrae, que da una aureola de glamour, de fama, de vanidad, a lo que es Escribir.. La parte que no se ve es más anónima y sacrificada.



Las jornadas han sido posibles, primero, porque existen escritores. Personas que dedican tiempo personal y horas de no-sueño a una afición que tanto les apasiona que les lleva a involucrarse en eventos y jornadas. ¿Por el glamour, por la fama vana, por un reconocimiento, un prestigio fatuo? No, creo que no. Hay algo más. Es porque no comprenden cómo algo que tanto les apasiona no apasiona también hasta el éxtaxis a la inmensa mayoría que les rodea. Es porque escribir es una labor llena de Soledad. Cierto que es que quien escribe, en cierta forma, no está solo: sus personajes pueblan ese silencio, pero sólo le hablan a él. Y el mundo y la verdad están fuera. Inmensos, infinitos; y fuente y origen y destino de todas las historias escritas y por escribir.

Ahora hablo como escritor. Esa misma soledad que nos centra en nuestro mundo creado y nuestros personajes, también es una condena asfixiante. Algo que tanto nos emociona no podemos quedárnoslo para nosotros mismos. Necesitamos expresarnos, dar a conocer cómo es nuestra historia y cómo somos nosotros mismos. Nos expresamos escribiendo. Pero la Soledad puede corroernos. Necesitamos hablar de ello, ¿qué mejor que hacerlo con espíritus afines? Y eso hace que los eventos y jornadas sean puntos de encuentro, un oasis que nos hace salir de la cueva y de nuestra mente-prisión.

Nos sorprende que además, los lectores acuden a oirnos, a conocer qué pensamos, cómo creamos, sobre nuestras historias y personajes, que en muchos casos son reflejos de uno mismo, lo hagamos de forma consciente o no. Eligen oirnos, acudir a las jornadas, leernos y hablarnos. Nos hacen sentir que lo que escribimos tiene sentido para otros, no solo para nosotros. Que no estamos equivocados. Que esa evocación del pasado, que esas horas frías y solitarias, que ese abandonarse a la Creación Literaria no es algo intangiible, sino real y que se puede transmitir. Como si fuera un fuego que no se apaga. Y eso los lectores también lo sienten y transmiten. Yo no entiendo a la gente que se ufana de no leer. Lo respeto, pero no lo entiendo.

No deja de sorprenderme que en mi trabajo, gente que no lee, lo primero que preguntan cuando saben de esta afición mía (es trabajo, es aficion... se puede debatir sobre ello. Para mí, afición. No me lo tomo como actividad laboral) es: "¿y cuántos libros vendes, ganas dinero con ello?". Señores: de escribir rara vez se vive profesionalmente. Se sorprenden. Como pensando: "tanto trabajo escribir esos libros, para qué". Es difícil explicarlo. Remito a Isaac Asimov: "Escribo por la misma razón que respiro. Porque si no lo hiciera, moriría".

Por esa razón escribimos. Por esa razón buscamos reunirnos los locos escritores, y los lectores, tan locos como ellos. Por esa razón ya estamos pensando en organizar las III Jornadas.

domingo, 9 de marzo de 2014

II Jornadas de Novela Histórica de Granada (15 y 16 de marzo de 2014)

Después de una fabulosa conferencia en Montiel, mi siguiente aportación literaria este año tendrá lugar los próximos 15 y 16 de marzo de 2014, con la celebración de las II Jornadas de Novela Histórica de Granada, conmigo como director y con Carolina Molina y Mario Villén como coordinadores. El tema central es "Narradoras y narradas: mujeres de novela".

Os dejo el cartel y el programa del evento. Serán dos días intensos de vida literaria, ¡no os lo perdáis, el aforo es limitado!










Como veis, en esta segunda edición contaremos con un amplio cartel de autores de novela histórica, incluso autores extranjeros. Seguro que las jornadas no os defraudarán. Son una excusa magnífica para visitar Granada.

Si queréis saber más de las Jornadas y de la asociación cultural en la que estamos trabajando para afianzar el evento podeís visitar el Blog:

JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA