domingo, 30 de agosto de 2015

Robert Graves: la novela histórica es como un salchichón

Esta pasada semana disfruté como un enano con "Claudio el dios, y su esposa Mesalina", de Robert Graves. Escrita en 1934, es sorprendente su actualidad. Su prosa es moderna y ágil, su erudición sorprende porque no se hace pesada sino todo lo contrario. Provoca querer saber más.



Robert Graves (1895-1985)

Y entre otras perlas, a lo largo de este libro inmortal y magistral se halla una mención a la novela histórica. La eterna discusión de si es una etiqueta, si es un género, si no es nada, si es una invención moderna, o qué es.

"Yo había dedicado más de veinte de los mejores años de mi vida a esos libros y tomado infinitas preocupaciones para aprender los distintos idiomas necesarios para reunir y verificar mis hechos. Y ni una sola persona, hasta entonces que yo supiera, se había tomado el trabajo de leerlos. Cuando digo "ni una sola persona" tengo que hacer dos excepciones: Herodes había leído la "Historia de Cartago" no le interesaba el tema de Etruria y dijo que aprendió mucho en ella en cuanto al carácter de los fenicios, pero que no creía que mucha gente tuviese el mismo interés que él.

Este salchichón tiene demasiado carne dijo, y no bastantes especias y ajo.
Quería decir que contenía demasiada información y no la suficiente elegancia de redacción. "

(Claudio el Dios, y su esposa Mesalina, pág. 168)

Lo cual es un buen, buen consejo.



jueves, 6 de agosto de 2015

Mika Waltari, cansado de escribir a los 42 años

Si estos días he estado lejos de mi Blog, hay un buen motivo: he sido padre.
Contra pronóstico, mi primogénito se porta bastante bien. Me deja dormir un poco. Me deja leer algo, me deja escribir a ratos.

Estos días tenía deudas pendientes que estoy solventando. Estoy sumergido en "Sinuhé, el egipcio", de Mika Waltari (1908-1979), autor finés que me tiene asombrado. Ya lo consiguió con el primer libro que leí de él, "El ángel sombrío".

Leer sobre su vida es sorprendente.Tuvo éxito con las letras siendo joven. Pronto pudo deja de escribir "como un trabajo" para escribir únicamente "por vocación", gracias a la regalías y liquidaciones por las traducciones de "Sinuhé" y después pudo continuar así gracias a sus siguientes libros. Pero siempre supo que a pesar de ser "Sinuhé" su primera novela, publicada en 1945, traducida a más de cuarenta idiomas, representada en cine y teatro, nunca, nunca, volvería a escribir una novela que tuviera como poco tanto éxito como ella.

A los 42 años descubrió para su horror que, después de haber contado todo lo que quería decir y como quería decirlo, escribir se le hacía más y más tedioso, más y más difícil. Se sentía con menos motivación para escribir. En 1950, Mika Waltari tenía 42 años y se sentía cansado, muy cansado, de escribir. Vivía una vida ordenada con una esposa a la que amaba y tenían una hija adolescente que adoraba.

Ese año, a una petición de sus editores, confesó que se sentía exhausto.


 
"He vivido demasiado. Demasiado trabajo, demasiada lectura, demasiada escritura, demasiados viajes y demasiadas guerras. Como escritor seguramente he logrado un éxito mayor del que merezco. Sin embargo, intento aceptarlo con modestia, conocedor de que todo es relativo. 

No soy un predicador, ni un luchador, ni un profeta. Después de todas mis experiencias y decepciones, si tuviera que resumir de forma general mis libros, sería con estas palabras: libertad individual, humanidad y tolerancia. 

Uno necesita, además, un poco de hermosas decepciones para poder seguir viviendo. Puede parecer duro, pero creo que es esencial."

Me quedan 4 años para llegar a esa edad. Yo aún no me he cansado.