jueves, 22 de septiembre de 2011

Escribir una novela (V): esquema organizativo



Hola a todos. Me reincorporo al ajetreo diario después de una semana de estancia en Roma. ¡Grandísima Italia! La etapa oscura de la Edad Media supuso mil años perdidos de evolución cultural, hasta el Renacimiento. Uno no puede dejar de preguntarse dónde estaríamos hoy si no hubiera habido interrupción, ya que todo, todo lo que tenemos hoy (electrónica e informática aparte) ya existía de alguna forma en Roma: eficiente red de comunicaciones terrestres y marítimas, comercio global, bancos y créditos, redes de sunistro de agua y de alcantarillado, centros comerciales de dos plantas, ínsulas de seis pisos llenos de vecinos, seguridad y control de incendios... y también corrupción, ambiciones humanas, estragos inmobiliarios y confrontaciones políticas.

Roma parece hecha de ladrillo y revestida de mármol toda ella. La ciudad moderna es tan monumental como lo fue la antigua metrópolis. Los excesos del Renacimiento y Barroco la han elevado a joya del arte.

La ingente cantidad de ladrillos romanos, en pilares, muros, bóvedas y galerías me llevaron a pensar en los bosques que hizo faltar talar destinados a los hornos de los ceramistas y en la mano de obra esclava que puso esos millones de ladrillos, uno a uno.

Y ladrillo a ladrillo, seguimos con nuestra novela. Vamos a comenzar con el guión. Os voy a comentar mi propia forma de organizarme.

Una vez tenemos pensadas las líneas generales, dos o tres personajes principales y otros tantos secundarios, el inicio, intermedio, clímax y fin, ya podemos comenzar a escribir nuestro Guión. Para ello haremos uso de dos documentos:

-Sinopsis Desarrollada
-Cronología esquemática

La Sinopsis Desarrollada es el documento donde describo qué acontece en la novela capítulo a capítulo. Para cada capítulo busco un título otiginal, y describo brevemente su contenido, como una llamada de atención a lo que luego desarrollaré en el Borrador con más palabras. Si lo veo relevante incorporo trozos de diálogo relevante que me describan las emociones de los personajes. Ese diálogo me recordará qué debo sentir cuando como personaje escriba el Borrador. Me ayudará a ser el personae, estar dentro de su psicología.



Personalmente, soy capaz de redactar esta sinopsis de corrido diez/doce capítulos sin problemas. Luego, las tramas secundarias requieren en paralelo mi segunda herramienta.

La Cronología Esquemática es una sencilla Hoja Excel donde ubico cronológicamente toda la novela, para todos los personajes principales y secundarios. En la primera columna pongo las fechas, con detalles incluso de días. En la primera fila coloco cada uno de mis personajes, primero los principales y luego los secundarios. Y comienzo a rellenar celdas, para cada uno, empezando para los datos históricos que tengo por ciertos:

-Nacimiento.
-Esponsales, hijos.
-Hechos relevantes, incluyendo cuándo conoce a quién, se enemista, mata..
-Muerte.



La cronología me permite tener en una hoja todos los datos históricos que emplearé, y de forma cruzada puedo crear la cronología de mis personajes ficticios, atendiendo a lo que quiero que suceda de acuerdo a mi Sinopsis Desarrollada.

Son dos herramientas ligadas. Cuando profundizo más en mi investigación y en la novela, puede suceder que encuentre incoherencias y que algún capítulo no pueda ser como yo quería. Colocando los nuevos datos en la Cronología veo inmediatamente dónde está el problema; ya será cuestión de inventiva e inspiración tomar otro camino para llegar adonde quiero.

Si se mezclan dos culturas en la novela, digamos musulmanes y castellanos, como en "El esclavo de la Al-Hamrá" (Ediciones B), es imprescindible tener a mano un conversor de fechas, que transforme el Calendario Gregoriano en el Musulmán y al revés, con detalle de día y mes. En mi Cronología coloco entonces ambas fechas para el mismo evento, así puedo cotejar qué sucede en todo momento sin problemas.

Si me detengo en el avance de la Sinopsis, avanzo en la Cronología; y viceversa. Con ayuda de estos elementos elaboro mi guión.

La Cronología además me da otra información importante: si una vez termino, veo que existen zonas en blanco demasiado extensas, significa que en la novela hay partes donde no sucede nada relevante. A menos que sea un salto de parte en el argumento, eso ha que corregirlo. En una novela deben suceder hechos y con un motivo. Tocaría revisar el porqué de ese vacio, y aprovecharlo para cerrar flecos de trama.

Reconozco que soy un impaciente y no espero a tener el guión completo. En cuanto tengo claros un buen montón de capítulos, me pongo a escribir iniciando así el Borrador. Siempre dejo así la puerta abierta a algún cambio inesperado.