domingo, 5 de junio de 2011

Al sol que anuncia el verano

Hace un tiempo espectacular en Granada, el sol está fuera pero no quema. Corre una ligera brisa de la Sierra, que refresca por la tarde y noche y es una delicia. No como en Sevilla, donde el verano ya ha llegado, y donde lo sufro entre semana.

Me he despertado de una pequeña siesta, y me siento estupendo. El sol entra por la ventana, mi minihuerto urbano prospera y me doy cuenta que soy afortunado. En lo laboral, en lo personal, en la literatura. Me siento con un raro optimismo, después de semanas de ajetreo y cansancio pensando en el futuro.



Prosigo con mi siguiente novela a buen ritmo, una nueva novela histórica, y he estado un poco agobiado con el poco tiempo que le puedo dedicar, por problemas laborales. Madrugo mucho para sacar unas horas antes de trabajar; trasnocho otro tanto para obtener una o dos hojas manuscritas antes de dormir. Y hoy, tras la siesta, me siento otro. Tengo que disfrutar un poco más el presente, ya que es lo único que tenemos. Y todo, porque el sol que entra por la ventana ya anuncia el verano, haciéndome recordar los largos veranos de tres meses de vacaciones que tenía en mi juventud en las playas de Alicante, con otros jóvenes cachorros ansiosos de comerse el mundo.

Es como si con el sol el cuerpo y nuestra mente quisieran reprogramarse, recordando esa vitalidad, esa ansia de vida y de interés por lo que nos rodea. Me siento con esa sensación, años ha perdida. Y me gusta. Intentaré que no me la quiten mañana lunes.



Para ser optimista razones tengo: se están organizando unas jornadas de literatura en Murcia a las que estoy invitado, he firmado hoy unos cuantos ejemplares de "El esclavo de la Al-Hamra" (Ediciones B) a unos amigos, y en el foro "ABRETE LIBRO" van a realizarme una entrevista con todas las preguntas que reciban de los lectores, podéis participar enviando las vuestras antes del 15 de Junio pinchando en este Enlace

Y luego está mi segundo libro...