La última revisión de EEDLA ha concluido. ¡Por fin! Cuatro semanas de intenso trabajo han bastado para terminar la revisión que irá al siguiente escalón para publicar: Corrección de Estilo y Galeradas. Cuando recibí el Informe con 176 comentarios me temí lo peor: ¡reescritura! . En realidad ha sido arduo pero sencillo; las lineas generales estaban bien, y eran retoques y detalles, muchos detalles, lo que me recuerda un dicho que me gusta aplicarme en mi vida laboral:
El Diablo está en los detalles
Las conclusiones literarias que saco al día de hoy:
1.- La Perfección de una obra literaria matemáticamente es asintótica (como otras parcelas de la vida). Mejorar en cada nueva revisión un grado significativo respecto a la revisión precedente supone un aumento exponencial de consumo de recursos (séase tiempo, principalmente)
2.- Como la Perfección al 100% no se puede alcanzar, hay que truncar el proceso de revisión en algún momento (los recursos son limitados, ¡no tengo tiempo para estar revisando 24 años la misma obra, como hizo J.R.R. Tolkien con "El Señor de los Anillos", o 14 años Patrick Rothfuss con "El nombre del viento"!), digamos al 99% de Perfección Ideal.
3.- Corolario I: Las ventas del libro alcanzan una asíntota a partir del 99.5% de Perfección (lo difícil es alcanzar ese 0.5% extra que hace que tu libro no quede para los restos guardando polvo en una caja de un almacén de distribución) (Un no-premio a quien lo demuestre)
4.- Corolario II: Cada libro publicado con anterioridad te da un "extra" de Perfección (digamos que un 0.1%. Entonces si uno consigue publicar 4 libros y mantenerse en el mercado, a lo mejor el quinto libro se convierte en un superventas (Otro no-premio a quien lo demuestre))
5.- Lo más difícil de todo: ¿quién define qué es la Perfección Literaria? (al que defina esto le preparo un bocata de mi jamón de pata negra, véase la penúltima Entrada anterior)
6.- En cualquier caso, no te fíes del Corrector Ortográfico del Word a partir de la tercera revisión, sobre todo si tu novela tiene más de 300 páginas.
Como recompensa a mi trabajo, me he dado una vuelta por mi librería favorita. Me encanta entrar allí por la mañana, cuando casi no hay nadie, y pasearme por los pasillos llenos de libros y novedades. ¡Ah, ese aroma de la celusosa impresa es insustituible! (si alguien lo inventa y lo aplica a los ebook readers, se forra). Me he fijado en el marketing que despliega cada editorial. El escaparate de la librería es una delicia de composición, con los nuevos libros de los escritores conocidos dispuestos con astucia. Además, algunas editoriales editan fasciculos con páginas de muestra de sus novedades. No lo había visto antes, desde luego es una forma ingeniosa de llegar al lector. He pecado; he cogido las muestras de tres libros, y catálogos de novedades de la competencia para ver cómo se presenta el año.
Por último, me he concedido un capricho. Tenía curiosidad a tenor de sus críticas, soy seguidor suyo del Facebook, tenía 20 euros en el bolsillo y a lo mejor llego a conocer al autor algún día, puesto que compartimos editorial. He salido de la librería con "La Sombra del Faraón", de Santiago Morata
Hale, ya he dado una pista a los más curiosos...