Imaginemos que deseas en Navidad regalar algunos libros y que los buscas en Sevilla, por algunas de las librerias con más solera, que tienen un amplio local y años de asiento en la ciudad. Imaginemos que además algunos de ellos se ambientan en Sevilla, así que uno piensa ingenuamente que los encontrará sin problemas. Pues no es así. Nada hay más irritante para un lector que en una librería (donde uno está dispuesto a comprar un DOCENA de libros) lo tomen por tonto.
En los 4 establecimientos que visité, de nombre reconocido, quise comprar 4 ejemplares de tres novelas históricas publicadas en los últimos 4 años. Tenían un ejemplar de uno de los tres títulos. De lo demás, la respuesta invariable fue: "TENEMOS, PERO HAY QUE PEDIRLOS"
Si lo tienes que pedir, es que no los tienes, señor librero.
Si tu librería no tiene fondo ni catálogo vivo porque temes tener libros que no vas a vender, tendrás un cliente no satisfecho, señor librero.
Si en estas librerías encontré los mismos 20 libros de Planeta y satélites, pero nada más antiguo de 4 años, tienes un problema, señor librero.
Porque si no tienes libros que el lector desea y tienes que hacer esperar al lector DIAS, entonces, señor librero, ¿para qué quieres tener una tienda física? Para eso, el lector tiene la posibilidad de comprarlo en una tienda digital en la Red, se ahorra el paseo, la decepción y la impresión de que ya no es lector sino un incauto, de que la suya no es una librería sino una mercadería, que igual podía vender peras en vez de libros.
Sobre todo, si después de una llamada urgente a Granada, LIBRERIA BABEL (una librería con fondo) confirmó que sí tenía todo lo que yo pedía y los envió por mensajero urgente de Granada a Sevilla, a tiempo de regalarlos, sin ninguna pega ni problemas ni excusas: llegaron a la mañana siguiente.
Por eso hay librería y librerías, y por eso me temo que para muchas de ellas su futuro está condenado, cuando no pueden ofrecer un servicio más satisfactorio que el que ofrece una librería digital sin tienda física. Como lector, no me dan pena que esas librerías cierren. En mi barrio han abierto 4 en los últimos 3 años, en un radio de 150 metros. Ponen "Librería" pero sospecho, al ver sus escaparates, que, si venden algo, no son libros: no tienen fondo, y son más un bazar desesperado que un templo de los libros.
Y yo como lector hecho en falta más sitios que sean templos de los libros, que los tengan abarrotados del suelo al techo, apilados formando corredores estrechos entre libros, MUCHOS libros. Y no 4 superventas, que no se venden.