Como trabajo en el sector de la construcción estoy viviendo de forma bastante directa la crisis actual, donde parecía que sobre el mundo del ladrillo nunca se pondría el sol. Se ha abusado de la época de bonanza sin ninguna planificación, sin ningún control, y como una plaga ahora abundan los edificios con sólo el esqueleto de la estructura y sin terminar, con matojos inquietantes en aceras nunca acabadas, tramos de autovía que no llevan a ninguna parte, obras civiles eternizadas y sin presupuesto convertidas en la denuncia silenciosa de una era de excesos donde al final parece que nadie tiene culpa de nada.
A modo de anécdota, recuerdo hace cinco años cuando un amigo dedicado a construir residenciales me decía que se iba a una obra a construir mil adosados de lujo en la costa de Málaga. Yo me asombraba.
-¿Pero queda sitio en la costa para construir más?
-¿Sitio?¡Claro!¡Hacia en interior, a 8 km de la costa! Les construimos a los extranjeros su golf y sus piscinas y tan contentos todo el mundo. Y a hacer negocio, que es lo que importa.
No importaba si no había agua para el golf, no importaba si no había servicios básicos (hospitales, policía, mercados, carreteras, depuradoras), lo importante era construir casas como setas, una detrás de otra, aprovechar el momento... hipotecar (literalmente) el futuro.
Algo parecido, pensaba yo ayer, le está pasando al sector editorial.
Hace no más de cinco años, parecía increíble que cada año aumentara más y más el volumen de novedades. Los nuevos libros iban y venían a la velocidad de la pólvora, entraban y salían de los estantes, ¿pero se vendían? Nadie se paró a analizar cómo evolucionaba el mercado. La respuesta editorial fue: si el mercado se reduce, entonces tengo que saturar el mercado con mi material, sólo así puedo retener mi cuota de lectores y de mercado.
Lamentablemente a los libros les pasa los mismo que a los ladrillos: no se comen, y cuando la urgencia de las familias se centra en comer, todo lo demás que sea accesorio es eliminado.
Con los almacenes a rebosar de libros recién impresos y cajones completos de libros devueltos, la crisis ha llegado al mundo del libro. No es un problema de talento sino que el mercado ha estallado. Antes, en Navidad, había gente que regalaba 3-4 libros, este último año sólo han comprado uno, si acaso. El número de asistentes a las presentaciones de autores reconocidos ha descendido significativamente, y las posibilidades de los noveles se han reducido mucho.
La burbuja editorial ha estallado.
Al igual que con el ladrillo, no hay recetas fáciles pero algunas pautas son:
-Acabar con el stock existente de los almacenes. ¿Cómo? Vendiendo casi al precio de coste, o destruyendo el género (como si fueran pepinos; un sacrilegio).
-Apostar por aquello que funciona: los autores reconocidos. Olvidarse de experimentos (los noveles).
-Y si no se recuperan costes ni se obtienen beneficios, enfrentarse a la realidad: a lo mejor hay demasiadas editoriales. Algunas, cerrarán.
El sector tiene que adaptarse a nuevos tiempos, y quizás, esa adaptación suponga centrarse de verdad en el ebook, un terreno casi vírgen En tiempos de desesperación, a veces la suerte sonríe a los intrépidos (y otras, a los pioneros se los comen los indios)
Os dejo también el enlace a la última entrada del Blog "El Alma Impresa", de Sergio G. Ros, titulado "Hecatombe editorial".
Pues sí, Hemingway fue rechazado veintisiete veces, veintisiete nada menos, veintisiete editoriales que lo descartaron mondo y lirondo. Que luego ganara el premio Nobel de literatura no es lo importante, sino que encajó veintisiete derrotas una tras otra y sin embargo volvía a levantarse. Todo un peso pesado de las letras.
lunes, 30 de mayo de 2011
domingo, 22 de mayo de 2011
Anatomía de la Edición
Bicheando por la Red, tropecé hace unos días con una página Web más que interesante, dedicada al mundo editorial. La página se llama "Anatomía de la Edición", y en ella hay recursos y documentos sobre las estrategias de marketing a través de la Red, estudios sobre la implantación del ebook (presente y futuro) y entrevistas/cuestionarios realizadas sobre temas diversos a un montón de editoriales del país, lo cual sirve para:
-Ver la ingente cantidad de editoriales (grandes, medianas, pequeñas; privadas e institucionales) que existe en nuestro pais, lo que nos da una idea de las distintas posibilidades disponibles a los autores para intentar dar vida a nuestras obras.
-Comprobar tendencias, conocer de primera mano las inquietudes de los editores, que pueden ayudar a enfocar nuestras expectativas de publicación de una forma más ventajosa y provechosa.
-Tomar ideas para difundir nuestra obra. Opino en mi corta experiencia que el autor es el principal responsable de la difución de su obra. Internet nos brinda unas posibilidades que no existían hace diez años.
De entre todos su documentos me ha llamado la atención una infografía. ¿No os habéis preguntado nunca cómo se distribuye la riqueza que genera un libro? Yo sí. Allá va el esquema que he encontrado en su página:
Sorprende que sean los intermediarios (los distribuidores) casi los que menos se llevan (el que menos, el autor), cuando yo, sinceramente, había pensado que sucedía como con los tomates. Ese esquema plantea una interesante cuestión: si mantenemos los márgenes de autor y editorial, el resto de márgenes suma un 46.9%. Entonces, ¿por qué en España los libros eléctricos no valen un 46.9% menos que los libros en formato papel?
De hecho, esa diferencia de precio podría ser más acusada, ya que la editorial puede ahorrarse la imprenta y el papel, digamos que sería otro 10%, y que si reduce un poco sus márgenes, estamos hablando que un ebook debería ser sumamente económico, sin perjuicio casi del beneficio empresarial. Si esto no es así, es por una causa: el miedo a las copias ilegales. Imaginemos que se vende un ebook; y se pone en la Red en descarga no autorizada:
-Puede suceder que la editorial no recupere su inversión, que todo el mundo prefiera no pagar nada a pagar poco. La ruina.
-Puede suceder que se produzca una descarga masiva, y con ello, una distribución viral masiva que se traduzca en una masiva campaña de marketing por las redes sociales globalizadas (dándolo a conocer a millones de clientes potenciales), y bastaría con que un pequeño porcentaje de esos lectores potenciales lo comprara legalmente, atraídos por su publicidad, para que la editorial obtenga beneficios incluso a pesar de las descargas no autorizadas.
Supongo que entre estos dos escenarios estará la realidad, y es en ese momento donde entra en juego el riesgo empresarial: ¿Me arriesgo? ¿No me arriesgo? ¿Y si la competencia se arriesga y le va bien y me roba lectores?
No obstante, hay editoriales que han decidido firmemente no apostar por los e-books, por ejemplo la Editorial Siruela, porque entiende los libros como una experiencia sensorial: el tacto, el olor, el peso, las hojas... y que todo eso no lo puede reflejar un ebook. En la Web de Anatomía, podéis encontrar la entrevista que le hicieron.
Este año 2011 será un año clave. La crisis está siendo aprovechada por las editoriales para replantearse su futuro. Queda ver qué nos traerá el 2012.
-Ver la ingente cantidad de editoriales (grandes, medianas, pequeñas; privadas e institucionales) que existe en nuestro pais, lo que nos da una idea de las distintas posibilidades disponibles a los autores para intentar dar vida a nuestras obras.
-Comprobar tendencias, conocer de primera mano las inquietudes de los editores, que pueden ayudar a enfocar nuestras expectativas de publicación de una forma más ventajosa y provechosa.
-Tomar ideas para difundir nuestra obra. Opino en mi corta experiencia que el autor es el principal responsable de la difución de su obra. Internet nos brinda unas posibilidades que no existían hace diez años.
De entre todos su documentos me ha llamado la atención una infografía. ¿No os habéis preguntado nunca cómo se distribuye la riqueza que genera un libro? Yo sí. Allá va el esquema que he encontrado en su página:
Sorprende que sean los intermediarios (los distribuidores) casi los que menos se llevan (el que menos, el autor), cuando yo, sinceramente, había pensado que sucedía como con los tomates. Ese esquema plantea una interesante cuestión: si mantenemos los márgenes de autor y editorial, el resto de márgenes suma un 46.9%. Entonces, ¿por qué en España los libros eléctricos no valen un 46.9% menos que los libros en formato papel?
De hecho, esa diferencia de precio podría ser más acusada, ya que la editorial puede ahorrarse la imprenta y el papel, digamos que sería otro 10%, y que si reduce un poco sus márgenes, estamos hablando que un ebook debería ser sumamente económico, sin perjuicio casi del beneficio empresarial. Si esto no es así, es por una causa: el miedo a las copias ilegales. Imaginemos que se vende un ebook; y se pone en la Red en descarga no autorizada:
-Puede suceder que la editorial no recupere su inversión, que todo el mundo prefiera no pagar nada a pagar poco. La ruina.
-Puede suceder que se produzca una descarga masiva, y con ello, una distribución viral masiva que se traduzca en una masiva campaña de marketing por las redes sociales globalizadas (dándolo a conocer a millones de clientes potenciales), y bastaría con que un pequeño porcentaje de esos lectores potenciales lo comprara legalmente, atraídos por su publicidad, para que la editorial obtenga beneficios incluso a pesar de las descargas no autorizadas.
Supongo que entre estos dos escenarios estará la realidad, y es en ese momento donde entra en juego el riesgo empresarial: ¿Me arriesgo? ¿No me arriesgo? ¿Y si la competencia se arriesga y le va bien y me roba lectores?
No obstante, hay editoriales que han decidido firmemente no apostar por los e-books, por ejemplo la Editorial Siruela, porque entiende los libros como una experiencia sensorial: el tacto, el olor, el peso, las hojas... y que todo eso no lo puede reflejar un ebook. En la Web de Anatomía, podéis encontrar la entrevista que le hicieron.
Este año 2011 será un año clave. La crisis está siendo aprovechada por las editoriales para replantearse su futuro. Queda ver qué nos traerá el 2012.
domingo, 15 de mayo de 2011
Feria del Libro de Almería 2011
Ayer sábado 14 estuve en Almería, dispuesto a firmar más ejemplares de "El esclavo de la Al-Hamrá" (Ediciones B). Está muy cerca de Granada, a una hora y media en coche, así que la jornada se redujo a una excursión de medio día. Llegamos temprano, paseamos por las ramblas junto al mar, y cuando me llegó el momento monté mi atrezzo en la caseta de firmas.
Es una feria sencilla; no se puede comparar con la de Granada y Valencia. El número de casetas de librerías y editoriales es menor, y si a eso unimos un fin de semana lleno de sol junto al mar... bien, digamos que los muchos lectores prefirieron primero aprovechar la arena.
Luego se fue alegrando la cosa, y firmé bastantes ejemplares. Ana Amezcua, de Librería Picasso, que fueron los que organizaron mi asistencia, me dijeron que podía estar muy contento, porque incluso otros autores consagrados no habían conseguido apenas firmas. Coincidí con Jorge Molist, y con Carlos Díaz Dominguez ("Tres colores en Carinhall", Ediciones B), quien me saludó amablemente y compartí unas palabras.
Ana me comentó que en todo el sector el primer trimestre de este año ha sido terrible, y eso hace aumentar el mérito de alcanzar la 3º Edición de EEDLA.
No hay feria pequeña, y todos son sitios buenos para conocer lectores, preguntarles qué les ha parecido (si lo han leído) o por qué lo han elegido (si no). La respuesta de estos últimos es siempre la misma: porque se la han recomendado.
Por algo será.
Es una feria sencilla; no se puede comparar con la de Granada y Valencia. El número de casetas de librerías y editoriales es menor, y si a eso unimos un fin de semana lleno de sol junto al mar... bien, digamos que los muchos lectores prefirieron primero aprovechar la arena.
Luego se fue alegrando la cosa, y firmé bastantes ejemplares. Ana Amezcua, de Librería Picasso, que fueron los que organizaron mi asistencia, me dijeron que podía estar muy contento, porque incluso otros autores consagrados no habían conseguido apenas firmas. Coincidí con Jorge Molist, y con Carlos Díaz Dominguez ("Tres colores en Carinhall", Ediciones B), quien me saludó amablemente y compartí unas palabras.
Ana me comentó que en todo el sector el primer trimestre de este año ha sido terrible, y eso hace aumentar el mérito de alcanzar la 3º Edición de EEDLA.
No hay feria pequeña, y todos son sitios buenos para conocer lectores, preguntarles qué les ha parecido (si lo han leído) o por qué lo han elegido (si no). La respuesta de estos últimos es siempre la misma: porque se la han recomendado.
Por algo será.
domingo, 8 de mayo de 2011
Feria del Libro de Granada 2011
Ayer sábado fue otro día importante para mí. Tuve la alegría de estar presente en la XXX Feria del Libro de Granada, dedicada a la relación entre la novela y la historia, ¡y ahí estaba yo!
Justo cuando anunciaban mi nombre lleguamos mi mujer y yo a la caseta de firmas. Me presenté; y me indicaron la mesa donde sentarme, en el centro, a la vista de todos los curiosos. Había previsto llevar algo de atrezzo, concretamente, a mi hermano gemelo vestido como soldado nazari de los pies a la cabeza. Al final, pensé que sería excesivo (más aún con la espada en la cintura, andando entre la muchedumbre que deambula por la ciudad un sábado tarde, por la calle Recogidas). Me conformé con colocar un buen cartelón cartón pluma con la portada de mi novela, y mi casco, dotado de malla y turbante. Y una vez colocado, a esperar.
No esperé mucho.
Se ve que llamé la atención, inmediatamente dos fotografos del evento se dedicaron a hacerme fotos, me pidieron que posara para ellos, que me pusiera de perfil, cogiendo el libro y el casco, que mirara así y asá, que levantara la barbilla... y la gente de paso un poco alucinando. ¿Quién será ése?¡Ah. el de ese libro! Palabra, que por un momento me sentí como Ken Follet.
Y luego vinieron los lectores. Algunos ya los conocía, pues incluso he mantenido correspondencia con ellos; otros habían comprado el libro esa tarde para que el propio autor lo firmara. Con todos departí minutos increíbles, y todos decían lo mismo: que lo adquirían porque se lo habían recomendado con fervor. El famoso boca a boca.
Saludé a gente de los distribuidores, que me confirmaron que el libro seguía teniendo demanda, y que en Sudamérica, donde salió a las librerías hace ya mes y medio la situación era prometedora.
Fue una jornada muy satisfactoria, tanto como la que tuve en la Feria del Libro de Valencia.
Tengo además, otra excelente noticia. El próximo sábado 14 estaré en la Feria del Libro de Almería, a las 20:00 horas en la caseta de la LIBRERIA PICASSO, donde espero pasar otra jornada extraordinaria.
Y es que las letras no dejan de darme buenas noticias. Que siga así.
Justo cuando anunciaban mi nombre lleguamos mi mujer y yo a la caseta de firmas. Me presenté; y me indicaron la mesa donde sentarme, en el centro, a la vista de todos los curiosos. Había previsto llevar algo de atrezzo, concretamente, a mi hermano gemelo vestido como soldado nazari de los pies a la cabeza. Al final, pensé que sería excesivo (más aún con la espada en la cintura, andando entre la muchedumbre que deambula por la ciudad un sábado tarde, por la calle Recogidas). Me conformé con colocar un buen cartelón cartón pluma con la portada de mi novela, y mi casco, dotado de malla y turbante. Y una vez colocado, a esperar.
No esperé mucho.
Se ve que llamé la atención, inmediatamente dos fotografos del evento se dedicaron a hacerme fotos, me pidieron que posara para ellos, que me pusiera de perfil, cogiendo el libro y el casco, que mirara así y asá, que levantara la barbilla... y la gente de paso un poco alucinando. ¿Quién será ése?¡Ah. el de ese libro! Palabra, que por un momento me sentí como Ken Follet.
Y luego vinieron los lectores. Algunos ya los conocía, pues incluso he mantenido correspondencia con ellos; otros habían comprado el libro esa tarde para que el propio autor lo firmara. Con todos departí minutos increíbles, y todos decían lo mismo: que lo adquirían porque se lo habían recomendado con fervor. El famoso boca a boca.
Saludé a gente de los distribuidores, que me confirmaron que el libro seguía teniendo demanda, y que en Sudamérica, donde salió a las librerías hace ya mes y medio la situación era prometedora.
Fue una jornada muy satisfactoria, tanto como la que tuve en la Feria del Libro de Valencia.
Tengo además, otra excelente noticia. El próximo sábado 14 estaré en la Feria del Libro de Almería, a las 20:00 horas en la caseta de la LIBRERIA PICASSO, donde espero pasar otra jornada extraordinaria.
Y es que las letras no dejan de darme buenas noticias. Que siga así.
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