Es cierto, he tropezado con ella de casualidad, esta tarde, en Granada. Bueno, lo confieso: en realidad me he hecho el encontradizo. Pensaba que estaría por su lugar favorito, pero no, aún no había llegado. Era pronto, pero se me ocurrió que quizás se pasaría antes por el centro.
¡Y la encontré, entre la multitud! Al principio se sorprendió; se dio la vuelta, sonrió y posó permitiendo que le sacara una foto de incógnito:
Se la presenté a mi mujer, que la reconoció por su Blog Gatos por los tejados. Blanca se sorprendió de verla y de que uno de los personajes de su "Nunca fuimos a Katmandú" (Editorial Viceversa) se llamara como ella, al final congeniaron bien y Lola acabó en nuestra casa para cenar.
En definitiva, desde ayer día 23 podéis encontrar a Lola por donde menos esperéis. Saludadla, no tengáis miedo... y no os olvidéis de pedirle el autógrafo, claro.