Después una semana complicada, entre asuntos laborales, despedidas familiares y correcciones de mi segunda novela, llega el momento de la nueva entrada, y está relacionada con la de la semana pasada.
¿Os acordáis que hablamos sobre cómo surgió Amazon, y el origen de su éxito como vendedores de libros físicos y ahora también de libros eléctrónicos? Se hablaba de los e-books desde una perspectiva norteamericana. Hoy, la entrada analiza el libro electrónico desde una perspectiva más cercana, aquí, en España.
La Librería Garoa, ha publicado en su blog un artículo interesantísimo sobre qué siginifica el e-book para los libreros: ¿su fin?
Os lo pongo a continuación, desde su Blog:
*****¿Quién establece el precio de los ebooks?*****
Poco a poco parece ser que se están dejando a un lado discusiones tecnológicas ante productos que convencen al lector digital como el Ipad o el Kindle y ahora las discusiones se centran en las políticas de precios de los contenidos digitales, punto que definitivamente sí nos interesa y afecta a los libreros. Cada día se presentan más portales virtuales que ofrecen ebooks y hay muchas preguntas que responder ¿Quién establece los precios de los ebook? ¿Qué futuro le depara al precio venta único del libro?
La mayoría de las editoriales que han empezado a ofrecer ebooks han apostado por mantener el precio fijo de sus contenidos digitales. Existen editores que se apoyan en la Ley del Libro que establece la igualdad jurídica entre cualquiera de los soportes, siendo libro tanto el electrónico como el de papel, de manera que en esa extensión queden todos los libros amparados bajo la misma ley del precio fijo. En cambio al otro lado están otros editores que se agarran a la explicación jurídica asumiendo que los bienes digitales son distintos al resto porque, al no agotarse, no pueden tener el carácter ni la consideración jurídica de mercancía. También existe el decreto que liberaliza por completo el precio del sector de los libros de texto utilizados en la educación primaria y secundaria obligatoria. Y siguiendo con esta liberación, ¿Por qué deberíamos sostenerlo en el ámbito digital? ¿No cabrían toda clase de descuentos y excepciones para las bibliotecas, centros escolares o universidades que adquirieran el derecho a acceder a colecciones educativas según la modalidad de acceso que se pactara?
Dejando a un lado estas explicaciones jurídicas y los polos existentes entre los editores, estudiamos el escenario existente, que no es otro que los portales de ebooks están adoptando políticas de precio alejadas del precio de vena único. El precio de los productos y servicios ofrecidos en los catálogos y listas de precios de los portales son variables a lo largo del tiempo. ¿Será posible transmitir al lector, o mejor dicho al cliente, una situación de estabilidad entre distintos soportes bajo distintas políticas de precio?
Si el precio fijo del libro en papel tiene sentido porque permite que sobrevivan las librerías y, con ellas todo el sector del libro como distribuidoras o editoriales, parece ser que esto en el entorno electrónico carece de sentido. Y nos tememos que todo esto puede traer un movimiento o no cumplimiento en un futuro del precio único en librerías virtuales localizadas en la Web, siendo esta hipotética liberalización del precio una catástrofe para la red de librerías españolas. Y no solamente para las librerías, sino también para el lector, ya que sí acudimos a ejemplos como la de Inglaterra, en donde se aplica el precio de venta libre,los precios de los libros ascendieron la escandalosa cifra de un 30% al abolir la requisitoria del precio fijo, una guillotina para el libro de papel. Hoy en día numerosos editores ingleses abogan por el retorno del precio fijo por los efectos adversos que tuvo su abolición en la red de librerías y en el sistema en general. Aunque no lo parezca, el precio de venta único lejos de alentar el monopolio, propicia la libre competencia.
Así llegamos a entender que muchas editoriales vascas se hayan decidido por vender sus contenidos respetando el PVP. Otro punto es si es correcto o ético venderlo al 70% del PVP. Por ahora ninguna editorial ni portal ha logrado vender libros electrónicos con éxito suficiente como para poder sentar las bases del precio. Las editoriales vascas no están apenas vendiendo ebooks, y se supone que Amazon ha sido la primera que se ha acercado lo suficiente, no respetando el precio de venta único. Nos atrevemos a decir esto recordando antecedentes como la condena impuesta en el 2006 a Amazon por vulnerar la ley francesa de precio fijo, ya que ofrecía a sus nuevos usuarios un cheque regalo de 5 euros, cheque que excedía el 5% del descuento máximo aplicable e incurría en competencia desleal hacia los libreros independientes. A su vez, el juez dictó que el envío gratuito de libros constituía una venta con prima prohibida, siendo en muchos casos una venta a pérdida y una práctica desleal de precios. Desgraciadamente las editoriales no reciben ningún apoyo de las autoridades para impedir la venta de libros a través de Internet desde otros países que no aplican el sistema de precio fijo.
Pero no acaba ahí todo, es difícil apostar por una política de precios basada en el PVP cuando existen comunicados de la Asociación Colegial de Escritores de España aconsejando “Estimamos contraproducente que la descarga de un libro digital puesta a la venta por la Plataforma española cueste una cantidad superior a los 10 dólares (8,50 euros), que será el precio aproximado que establezcan los grandes servidores mundiales”.
Entonces, viendo esta realidad, cuál debe ser el camino ¿Seguir apoyando el precio de venta único o acudir a la realidad global existente en la Red y moldear los contenidos a las políticas de precios de los grandes portales dando por perdida esta lucha? En la librería Garoa opinamos que las editoriales han de adherirse a las tendencias que marcan las grandes multinacionales. Al estar a la espera de movimientos hemos perdido la posibilidad de defender el precio de venta único, la tendencia ya la han creado otros, y si no reaccionamos y nos adecuamos, llegaremos demasiado tarde. Digo demasiado tarde ya que la los usuarios que están dispuestos a pagar por contenidos digitales acudirán a las plataformas de precio libre y variable, y nos nos queda otra solución que acostumbrarnos a sus costumbres. Seguiremos analizando todo esto porque tenemos mucho que aprender.
Necesitamos leer. Quizá ahora, y aquí, más que nunca.
(Podeís leer al artículo completo aquí, en su Blog)