Hola a todos. Seguimos todavía en el confinamiento, y aunque acabe no hay que confiarse. El Covid19 sigue merodeando.
Hoy, rompo el silencio para dejar aquí la entrevista que me hicieron en ANCIENT SOLDIERS, a través de Instagram. Espero que os guste, son 5 minutos de lectura.
Pronto llegará el verano, y quizás, con él, más tiempo para leer y escribir.
Para quien no te conozca; ¿Cómo te presentarías?
Hola, soy Blas Malo, soy ingeniero y me apasionan la historia y los libros, y un día me atreví a escribir. Hasta ahora he publicado seis novelas, todas dentro del género de novela histórica.
Has publicado 6 libros. ¿Crees que te puedes considerar un escritor de éxito?
Cuando leo 'escritor de éxito' pienso qué significa. ¿Cientos de miles de ejemplares vendidos? Eso no me ha sucedido aún. Eso puede suceder en algún momento, o nunca. Así que me centro en escribir, intentando hacerlo cada vez mejor. Me considero afortunado por haber publicado ya esas seis novelas (y las que vendrán), significa que el editor correspondiente tiene fe en mi escritura y apuesta por ella. Ahora mismo Edhasa es quien publica mis novelas.
¿Qué crees que te diferencia de otros autores de novela histórica?
Creo que soy bastante menos bélico que la mayoría de los demás autores, quizás porque ya los hay que describen muy bien los aspectos de las batallas. En mis libros hay violencia también, pero no es el hilo conductor de los mismos. Me interesan más las vidas de mis personajes y sus conflictos, y sus cruces vitales.
En tu novela "El Veneciano" (La cual reseñamos en la cuenta) estableces una relación de ascendencia entre el personaje y principal y un emperador bizantino. ¿Por qué?
Una de mis pasiones históricas es el imperio romano de Oriente, sobre lo que casi no se ha novelado. Y no sé por qué. Hay grandes historias ahí. Los editores, sin embargo, no se atreven con esta temática. Roma vende. Constantinopla, parece que nadie quiere arriesgarse. La relación entre Bizancio y Venecia fue larga y la postre, violenta. Marco Lascaris, el personaje, es un guiño a esa relación y a ese imperio.
¿Cuáles son tus referentes en el mundo de la literatura?
El primero, JRR Tolkien, que más que fantasía, escribió novela histórica sobre un mundo inventado. Qué paradoja, ¿verdad? Luego un autor que tengo muy presente es Mika Waltari, y un libro que me impactó, "El ángel sombrío", sobre el final de Bizancio en 1453. Más recientes, tengo como base a Steven Saylor, y su saga romana de Gordiano el Sabueso. Y de mi quinta y españoles, hay autores que admiro: Sebastián Roa, David B. Gil, Juan Luis Gomar Hoyos. Ahora por ejemplo estoy descubriendo a Simon Scarrow. Hay grandes autores por todas partes que me despiertan envidia y admiración.
¿Hay algún libro o relato tuyo, sin necesidad de estar publicado, del que te avergüences o cuyo resultado no te gusta?
No es que me avergüence, de vez en cuando para mi sorpresa los lectores me dicen que les gustó mucho, pero creo que ahora mi segunda novela "El Mármara en llamas" (de nuevo, Bizancio) lo habría escrito de otra forma.
¿Qué te ha llevado a escribir novela histórica en vez de cualquier otro género?
Porque el pasado me asombra. O mejor: porque en el pasado de hace siglos uno se sumerje en una mentalidad de asombro constante ante un mundo amenazante y desconocido. No como ahora, donde ya todo se conoce. Sintiendo asombro y curiosidad por el mundo uno rejuvenece. Quizás porque con mis novelas siento que hago un poquito de defensa de la Historia, que ahora parece que se desprecia.
Tu última novela, "El guardián de las palabras" (2020, Edhasa)¿Qué es lo que te hizo, o te sedujo para escribir sobre esta? ¿Cómo la definirías a alguien que no la ha leído?
Don Juan Manuel, señor de Peñafiel, político y escritor, apareció en mi vida con mi primera novela, y antes de su novela apareció en tres de mis novelas. Me intrigó cada vez que intervino, y cuando ahondé en él, decidi que sí, que tenía que escribir sobre él. Su honra, su honor y la defensa de su linaje, de hechos, palabras y libros, me pareció apabullante.Fue capaz de tratar de igual a igual a los reyes de Castilla y Aragón, y se atrevió a desafiarlos a ambos, y a sentirse que él y no otro merecía ser rey en Castilla. Ahí está el conflicto; ahí surgió la novela.
¿Qué opinas de quienes se toman la ficción histórica como fuente verídica o principal, en vez de los ensayos?
Quizás en lo esencial pueda tomarse como una base de aprendizaje. Pero los novelistas somos mentirosos. Escribimos ficción. Yo creo que la ficción histórica cumple una función además de entretener: abre ventanas al pasado de una forma amena. La Historia es fascinante, las novelas hacen que se le pierda el miedo.
Y para terminar; ¿Qué crees que debe tener una buena novela histórica?
Sobre todo debe entretener. Y además debe asombrar. El pasado tiene otras costumbres, otras mentalidades, otros hechos. Ser ventana a nuestro pasado. La ficción es una forma relajada de aprender más sobre nosotros mismos.