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domingo, 18 de agosto de 2013

La sombra del plagio en la novela histórica

Según la Real Academia Española, plagio se define como la acción y efecto de plagiar:

plagiar.
(Del lat. plagiāre).
1. tr. Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.
2. tr. Entre los antiguos romanos, comprar a un hombre libre sabiendo que lo era y retenerlo en servidumbre.
3. tr. Entre los antiguos romanos, utilizar un siervo ajeno como si fuera propio.
4. tr. Am. Secuestrar a alguien para obtener rescate por su libertad.

Hablando sobre novelas, siempre que entro en una librería me sorprendo del elevado número de títulos que puedo encontrar, sobre cualquier tema y género. Los ciclos del mercado y la competencia por captar lectores hacen que si un título triunfa, aparezcan más sobre la época, el personaje, la cultura... Los romanos están omnipresentes; Egipto; la Edad Media; las guerras napoleónicas; la guerra civil española; la Segunda Guerra Mundial.



Como lector, está bien poder elegir. Como autor, cada vez se reducen más las posibilidades de ser original. Se puede ser original en la forma de contar una historia, en la elección del personaje principal, en elegir el bando vencedor o el bando perdedor; hablar de un hecho conocido a través de un personaje ficticio; o descubrir un aspecto de la Historia poco conocido y nada novelado, digno de ser contado. 

Como hablamos de novela histórica, y yo concretamente no soy historiador, necesito fuentes que me hablen de la época, cultura y personajes sobre los que quiero hablar. Los ensayos son fuentes importantes de datos, otras veces recurro a crónicas de la época (cuando las hay), y a fuentes arqueológicas. Entonces es cuando me planteo una duda, y es si emplear esa documentación es una forma de plagio. Necesito datos y detalles en mi novela que encuentro en obras que otros autores también han usado como fuentes. ¿Reduce eso la originalidad de mi creación? 

En el caso de las novelas que beben de crónicas antiguas como trama fundamental, ¿son una forma actualizada de plagio, aun cuando el autor del manuscrito original lleve muerto 1000 años? A veces me lo pregunto, si sólo en la parte de ficción de mis novelas soy un auténtico creador. Quizás por ello intento compensar mi trama, 50% bebiendo del pasado; 50% creación propia. Si creara al 100% sería un autor de fantasía, no de histórica, pues todo lo que se escriba que se inspire en la realidad presente o pasada beberá de alguna fuente que otro autor ya habrá empleado. 

"Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias." Si veo en las mesas de novedades 10 novelas que por ejemplo traten sobre Aníbal como elemento sustancial, ¿se puede hablar de plagio, de copia del pasado? ¿O sólo reconociendo al final de la novela cuáles son nuestras fuentes, pasamos a ser autores inspirados? Es más, si en una novela encuentro detalles (procedentes de fuentes históricas y ensayos de autores muertos hace más de 100 años) que me parecen adecuados para mi propia trama, ¿es legítimo emplearlos, como si la novela fuera una "fuente"; o sería plagio?

No es fácil escribir novela histórica.

viernes, 5 de marzo de 2010

¡En pie el tribunal!

Llevo todo la semana bregando con mi trabajo y al mismo tiempo intentando cumplir los objetivos de escritura que me había fijado; y estoy agotado, pero satisfecho. Miro mi mesa de la oficina y es para deprimirse: tres montañas, tres, de asuntos pendientes. Pero cuando llego a casa, por muy tarde que sea... me siento un rey. Por la escritura, claro.

Aunque sea un reo. Y todo por un crimen... que sí cometí.



Haré una breve recopilación de los hechos:
Octubre 2004: Escribo un relato breve de 10 hojas para distraerme en mi transición a otro empleo, mientras me saco un título de inglés. Para entonces yo ya estaba "infectado" y era consciente de ello.
2005: Después de leer y releer el relato, decido que la historia puede dar más de sí. Un nuevo trabajo. Comienzo a extender el relato.
2005-2007: A ratos avanzo hasta terminar la novela. ¡Mi primera novela! La reviso dos, tres veces. La registro. Empiezo a preguntarme si sería publicable... Empiezo a informarme sobre cómo encontrar un Agente Literario. Comienzo mi segunda novela.
2008: Desanimado por varias negativas, me centro en mi segundo libro. Reposo el primero. A final de año, vuelvo a prestar atención al primero. Lo reviso desde otra perspectiva. Busco agente otra vez. ¡Por fin hay gente interesada! Me decido a abrir este Blog; conozco a un montón de gente, que dará lugar a la Generación del XXI.
2009: Una nueva negativa acompañada de palabras positivas me hace perseverar. Termino mi segundo libro e inicio una continuación, que podría dar lugar a una saga futura.
Mayo 2009: ¡Una Agencia literaria decide representarme! Iniciamos una nueva revisión de la novela bajo su guía. Aprendo un montón de detalles a tener en cuenta, que aplico en la revisión de mi segundo libro.
Octubre 2009: Mi Agente presenta EEDLA a las editoriales. Termino la revisión de mi segundo libro, lo registro y comienzo en Diciembre mi tercera novela.
Febrero 2009: ¡Firmo contrato de edición para EEDLA! Mi tercera novela avanza a buen ritmo. He conseguido llegar a las 100 páginas y tengo los esbozos de los siguientes cuatro capítulos para continuar.

Estos son los hechos, señor juez. Dicen que sólo un 2% de los noveles consiguen publicar. Soy culpable de intentarlo cuanto he podido. Las únicas víctimas de mi mente perversa, si las hay, serán los lectores.



Ahora espero la sentencia. En la celda tacho palito tras palito, descontando los días que faltan para que el jurado decida mi condena, o mi absolución. Será el próximo lunes día 8. Será el día en que llegará el Informe de Lectura.

Y la verdad es que me siento inquieto. Porque soy aprendiz de juntaletras, porque profesionales de la lectura dirán cuán bién lo he hecho, o cuán grande es mi ignorancia sobre estilo, gramática, argumento o base histórica. Porque seré juzgado y dictarán sentencia.

Será el comienzo en serio de un sueño. Y veo que la semana que viene ese sueño chocará frontalmente con mi actual vida laboral, donde no hay horarios, donde no pagan horas extras, ni es bien visto solicitar vacaciones, donde no me siento persona sino "recurso humano", y donde la vida sólo puede ser igual. Aspiro a cambiar mi vida. ¿Trabajo o literatura? Literatura. La semana que viene... promete ser muy interesante.

Por cierto, que en la próxima entrada os pondré una foto de la "Medieval Experience III", y comprenderéis porqué me gusta tanto la novela histórica.