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sábado, 11 de diciembre de 2010

Impresiones

Dentro de poco hará dos meses que mi libro está en la calle, y avanza desde su niñez hacia la pubertad. Está presente en todas partes, con mayor o menos fortuna, pero está, en escaparates, mesas y estantes. Me da alegrías todos los días: firmo ejemplares de compañeros de trabajo, gente de la profesión, familiares y conocidos; me dicen que están disfrutando, que es una excelente tratado sobre la Alhambra, y qu están deseando leer más sobre mí. Me dicen que les ha aportado algo a sus vidas.

Y eso, sólo eso, justifica horas y horas de desvelo; alegrías y a veces frustración; y sobre todo la pesadez de las revisiones. ¿Sabíais que la versión final de "EL ESCLAVO DE LA AL-HAMRA" (Ediciones B) corresponde a la Revisión 8a? A veces dudo; tengo que concentrarme para recordar si a tal personaje lo maté en tal capítulo, o si cuando lo amnistié lo hice en la ¿tercera?, ¿cuarta? revisión y ahora hace algo totalmente diferente.

Todo ese trabajo que supone que un libro vea la luz, hace que la sangre me hierva cuando leo noticias por la Red sobre algunas editoriales que no cumplen sus compromisos con sus escritores, incluso aunque sean libros con éxito. Ser gente de palabra, ser gente de honor, se ha perdido. Ésa es la Gran Crisis de este nuestro país.

Porque quiero hablar de la Gran Crisis. Como siempre, la Historia nos demuestra que apenas hemos cambiado en dos mil años:



-S. VI, Imperio Bizantino. El emperador Justiniano se embarca en un ambicioso programa político y militar para reconquistar los territorios del Imperio Romano de Occidente. Pone en marcha un vasto programa de obras públicas (carreteras, iglesias, monumentos, puertos y plazas fuertes). Para ello crea una enorme estructura burocrática destinada a controlar todos y cada uno de los aspectos de la vida de sus ciudadanos del imperio. Todo es sometido a imposiciones fiscales, salvo las grandes fortunas.

Las arcas del estado quedan vacías por el esfuerzo bélico (más propagandístico que práctico). Las obras de la capital consumen ingentes recursos mientras en la periferia muchas obras quedan paralizadas por falta de fondos. El Estado se convierte en gran deudor. ¿Solución de Justiniano? Confisca bienes y retira privilegios a las grandes fortunas, subvenciona carreras en el Hipodromo y deja de pagar a los soldados de sus ejércitos (que para sobrevivir se vieron obligados a esquilmar a los pequeños propietarios, en cada provincia donde estaban destinados). La gente huye de las ciudades para refugiarse en el campo y evitar a los recaudadores. Desesperanza, angustia social, corrupción. Revuelta de la Niká en Constantinopla, con más de 20.000 muertos, sofocada por el ejército. A su muerte, el Imperio estaba en la bancarrota.

-s.XXI, España
. Los dirigentes del país deciden poner a España en el lugar que le corresponde en el panorama internacional: se envían tropas a todas las regiones del planeta bajo égira de la ONU o por cuenta propia, y se lleva a cabo un ambicioso programa de obras públicas (poner aeropuertos en cada provincia, red de AVE en cada provincia, metro o tranvía en cada provincia, todo en todas las provincias) movido por criterios políticos en vez de técnicos o económicos. Se subvenciona todo, ayudas, trabajo, familia, transporte, agricultura, pesca, minería. Se crea la Televisión Digital, con 200 canales donde elegir. Se engrandece la burocracia hasta límites insospechados y se aprieta los impuestos de autónomos y asalariados.

El Estado y las instituciones públicas se convierten en los mayores morosos. Las empresas quiebran. Aumentan el paro y las subvenciones (a costa de Deúda Pública); disminuyen los ingresos del país. ¿Solución? Se aprueba decreto contra los controladores aéreos. Se eliminan subvenciones, pero se mantienen las ruinosas televisiones públicas que aportan 200 canales a la televisión digital. Se recortan los salarios a los funcionarios públicos, y se anuncian más impuestos.

Corrupción, economía sumergida, desesperanza, angustia social, la generación Ni-Ni, huída de investigadores, cerebros y emprendedores. La revuelta de la Niká será de risa comparado con lo que viene, a menos que suceda algo catártico ya.

¿Por qué no podemos aprender del pasado?¿Qué ceguera infecta a nuestros políticos?

lunes, 6 de diciembre de 2010

"El sueño de Justiniano", de Salvador Felip

El Imperio Romano sigue despertando pasiones y admiración. Basta con asomarse a las mesas de novedades editoriales para darse cuenta que esta civilización, germen de la Europa que conocemos, acapara la atención del público con numerosos elogios de crítica y lectores (por ejemplo la trilogía de Escipión, de Santiago Posteguillo; la serie de Marco Didio Falco, de Davis Lindsey; o las novelas sobre Gordianus, de Steven Saylor). Pero eso sólo es la mitad occidental del imperio. Después del saqueo de Roma por Odoacro en el 476, la mitad oriental aún sobreviviría otros mil años, y sin esa mitad, Europa sería totalmente diferente.

El pasado 10 de Noviembre salió a las librerías una novela histórica ambientada en el s.VI en el Imperio Romano de Oriente, en la increíble ciudad de Constantinopla (hoy Estambul). La novela se titula "El sueño de Justiniano" (Ediciones B), y su autor es Salvador Felip. Es su segunda novela histórica, le precede "El ocaso de Bizancio" (Ediciones B), ambientada en la caída final de Constantinopla a manos de los turcos en 1453.



"El sueño de Justiniano" se centra en la vida del emperador Justiniano, en el s. VI. Medio imperio se había derrumbado por el empuje de las tribus germánicas. Hispania, las Galias, Germania e Italia estaban perdidas, el norte de África había sido arrasado por los vándalos, y Roma había dejado de ser la Ciudad Eterna. El Oriente del Mediterráneo aún era romano, y los emperadores en Constantinopla aún soñaban con recuperar la otra mitad del imperio. Aún perseguían que Roma renaciera de sus cenizas.

Justiniano fue el último emperador romano (en mentalidad y en espíritu); realizó el último intento por reconstruir el imperio como unidad, por convertir el Mediterráneo otra vez en el Mare Nostrum. Tan grande era su ambición que se le conocía como "el emperador insomne que nunca dormía". No bastaba que se apoyara en grandes hombres y mujeres para lograrlo, como sus generales Belisario y Narsés, y su amada e instigadora de intrigas la emperatriz Teodora; necesitaba la ayuda divina para su tarea sobrehumana, y como señal de su pacto no dudó en sacrificar todas las vidas humanas que hizo falta. Tal es el precio de la gloria y de la inmortalidad.

Recorred los soportales porticados de la Messé y admirad el marfil, el ébano, las esmeraldas y la seda que os ofrecerán sus comerciantes atrayéndoos a sus tiendas con mil argucias; saboread los guisos de pulpo y atún en el barrio del puerto de Eleuterion, y esquivad a los estibadores furiosos; ceded el paso a los monjes insomnes de San Juan Studios y evitad a la guarnición de soldados excubitores destinada a imponer el orden a la salida del Hipódromo, mientras próximo al Palacio Imperial y alrededor de un bosque de poleas y andamios un ejército de obreros y artesanos dan forma a la ambición de un visionario.

SINOSIS:

Año 532. Justiniano, emperador de Bizancio, obsesionado con la idea de recuperar la antigua gloria del Imperio romano, forja un pacto secreto con Dios por el que se le concederá un heredero si construye la mayor basílica jamás concebida en la historia de la humanidad. Cumplir con su juramento implica que Justiniano debe destruir Santa Sofía, la iglesia más querida por los ciudadanos de Constantinopla. Pero su ambición no conoce límites y para llevar a cabo sus planes el emperador provoca una revuelta en la ciudad, una insurrección que le permita destruir la antigua basílica sin que nadie pueda relacionarlo con semejante sacrilegio. A medida que la espiral de violencia se extiende por la ciudad, Justiniano observa que la revuelta se le escapa de las manos, poniendo en peligro su trono e, incluso, su propia vida.

Puedes leer el primer capítulo pinchando AQUI

Blog de Salvador Felip:
El ocaso de Bizancio

Respecto a "El esclavo de la Al-Hamra", os dejo dos enlaces que me han dejado sin palabras:
-Reportaje sobre EEDLA aparecido en el periódico IDEAL (29/11/2010) (pincha AQUI)
-Reseña sobre EEDLA aparecida en el periódico GRANADA HOY (29/11/2010) (pincha AQUI)
¿Qué más se puede decir?

domingo, 29 de junio de 2008

Justiniano tenía un sueño

Hola a todos. Yo también tengo un sueño: ver publicada mi novela. Justiniano tenía un gran sueño: reconquistar Occidente y volver a unir todo el Imperio Romano bajo su trono de Constantinopla. Eran tiempos difíciles. Al igual que hoy.

Justiniano tenía a Narsés y a Belisario. Y con ellos empezó su sueño. A diferencia de él yo ando escasos de medios. Mientras sigo buscando a un agente literario interesado en representarme continúo trabajando en mis dos novelas históricas. Una en avanzado proceso de revisión (EL ESCLAVO DE LA AL-HAMRA), la otra en fase de redacción (provisionamente se llama BIZANCIO)

Sí, es cierto. La novela histórica es mi pasión.

Os dejo un relato mío como presentación de este Blog, que podéis ver aquí. Espero que os guste. Sed todos bienvenidos