Hoy voy a hablar sobre el tono literario. Estamos escribiendo nuestra novela y ya hemos avanzado mucho en su desarrollo, su estructura, los personajes y diálogos... pero no hemos hablado sobre cómo podemos expresar todo eso.
No me refiero a una cuestión de estilo. Me refiero a cómo expresar nuestra ideas. Podemos construir frases de distintas formas, todas gramaticalmente correcta, pero sólo una de ellas nos servirá para transmitir no "información", que es algo tangible, sino un "sentimiento", que es algo inmaterial. No se trata de decir que Fulanito hizo algo y por eso sucede un conflicto en la novela; se trata de transmitir al lector una emoción, que es algo inmaterial y sin embargo es lo que más ayuda a que un lector se sumerja en una lectura.
Emociones. Debemos ser capaz de hacer que el lector experimente emociones y si es posible trasmitirle algo más, y no con palabras textuales, sino de forma indirecta y sutil. No se trata de decir:
"Entonces Manuel sintió que la desesperanza le embargaba, al encontrar a Julia muerta. Nunca se había atrevido a abandonar a su mujer y declarar su amor; y ya era tarde. Se sentó a los pies de la escalera y se echó a llorar"
sino:
"Él había atravesado toda la ciudad y la había encontrado demasiado tarde. Habia tardado años en decidirse a presentarse ante su puerta, de desvelarle que nunca la había olvidado; que su matrimonio había sido una farsa desdichada que no le había traído felicidad ya que su rostro, su sonrisa, su cuerpo en extásis en aquella única noche que le había hecho el amor, no le abandonaban y se le aparecían noche tras noche en su alcoba atormentándole. Su mujer le había abandonado, convencida al fin de que era Julia quien palpitaba en sus recuerdos; y en la soledad de la traición silenciosa, una vez acalladas las voces de su conciencia, decidió buscarla tras décadas de autoengaño. Sí, la había encontrado. Entre el fragor de las bombas, de los niños suplicando pan, de los humos de los incendios que teñían las nubes de rojo, de la llegada de los tropas nacionales, Manuel había preguntado por ella, pugnando por liberar sentimientos ocultados cincuenta años; sus manos ya no eran jóvenes, su piel ya no era tersa, sus cabellos habían perdido el color pero era ella, la que reposaba bella como un ángel, amortajada y fría en el velatorio entre cirios negros y crespones de luto. Había desperdiciado su vida, sus esperanzas, su futuro y la guerra lo destruía todo. Luego supo que murmuró su nombre con su último aliento, y fue demasiado para él. Alejándose de las plañideras y sus sollozos, se sentó a los pies de las escaleras y se echó a llorar."
Se debe rodear al lector de emociones, el escenario debe mostrarse tal y como lo perciben los persoanjes, quienes hallan en él reflejo de sus sentimientos interiores.
Por ejemplo, en novela histórica suele predominar la narración donde las peripecias vitales de personajes anónimos se entremezclan con los de grandes hechos históricos, y donde predomina un tono trágico de la vida. Toda la vida es lucha, es cierto. En cualquier narración el Conflicto rodea a los personajes obligándoles a actuar para sobrevivir y superarlo. Aquí es importante el tono narrativo. Los lectores pueden leer como evasión de la realidad, o como búsqueda de una analogía de la realidad que le ayude a comprenderla:
1.-Puede ser un tono de resignación ante la vida, con final de la novela que acaba de forma tráfica para ellos, muy similar a los grandes dramas griegos de la antigüedad, también muy "shakesperiano". Puede decirse que, como la realidad es Gris y Deprimente, una novela con un tono negativo de la existencia encaja bien en los ánimos de los lectores, se identifican mejor con las penurias de los protagonistas.
2.-Puede ser un tono de no resignación, de presentar a los lectores personajes con afanes y luchas que incluso en plena tragedia aún guarden un halo de esperanza. Y como es literatura, que la novela tenga un final positivo. Se trata de dignificar la vida, la existencia. Mientras hay vida, puede haber esperanza de cambiar nuestro sino, nuestro destino; y eso está en nuestras manos. Esto es lo que yo llamo "literatura positiva", en la cual los lectores encuentran una reflexión que les anima y les alimenta el alma.
A la hora de escribir, pues, es importante tener claro qué tono literario queremos transmitir al lector con el conjunto de la novela.