Esta última semana ha estado llena de vicisitudes. Por un lado la Crisis sigue anegando la vida de nuestras ciudades y pueblos, como si fuera una niebla que se derramara deteniéndolo todo ahora que entramos en los primeros fríos del otoño, aviso del invierno que vendrá. Amigos y compañeros se dispersan por medio mundo para sobrevivir; otros se concentran en su amargura e inquietud alistados en el ejército del INEM, un ejército de gente que poco a poco está perdiendo esperanza y paciencia.
En el mundo cultural y literario me llegan noticias inquietantes. Unos compañeros de letras descubren sus ultimas obras pirateadas, apenas mes y medio después de su puesta de largo, en webs y portales que se ufanan de ser adalides de la libertad de expresión y que agradecen los esfuerzos de los que les proporcionan el material de sus páginas web. Otros me cuentan que este año que comenzará en un mes diputaciones, fundaciones y bibliotecas mirarán más por sus cuentas que por su servicio público, cancelando actividades de promoción y difusión de la cultura si no hay dinero por delante. Dinero, dinero, dinero... todo lo demás parece que queda atrás.
También tuve una llamada editorial que me ha transmitido una buena noticia, si, pero también cierta angustia, y también decepción. Todo el sector editorial está en crisis, ni los gigantes se libran de la hecatombe. Se reduce el número de libros editados, sus tiradas, su promoción... los libros impresos se hunden, lo digital no despega por el lastre de la piratería, y los lectores cada vez suspiran más ante los escaparates de las librerías, sin atreverse a entrar.
Las bibliotecas tampoco tendrán fondos para adquirir novedades. Una biblioteca sin lectores no es una biblioteca, es una tumba de libros. Todo es más difícil, todo es más lento, todo se hace cada vez con menos alegría. La escritura también lo nota, plasmar palabras sobre una hoja en blanco parece cada vez más fútil.
¿Desistir? Jamás.
A veces puede ser el momento de pasar a la acción. De no conformarse.
Espero poder deciros algo más concreto en unas semanas.