Se termina el año. Si estás leyendo esta entrada, entonces el mundo sigue girando. No hacen falta predicciones de un mundo en crisis, ya lo estamos. Es como si renaciera el pesimismo medieval, o será que nunca se había ido. Tenemos internet, tenemos globalización, dispositivos de telefonía móvil asombrosos, avances tecnológicos y todo, pero seguiemos teniendo la misma incertidumbre al futuro que las generaciones que nos precedieron. En eso no hemos avanzado nada.
Crisis, pesimismo, malestar, angustia.. espera. Respira hondo. El futuro se hace desde el presente, desde este presente. El futuro es de los niños.
Save The Children es una organización no gubernamental que lucha por la defensas de los derechos de los niños (en todo el mundo, también en España), allá donde se encuentren vulnerados sus derechos a un desarrollo digno, al aprendizaje, a unas mismas oportunidades de futuro. Hace dos años surgió la iniciativa "1 libro, 1 euro", para recaudar fondos a su favor mediante la venta de libros electrónicos a bajo precio (1 euro). Con la donación de 1 euro, puedes descargarte tantos e-books como desees desde su plataforma, en la que colaboran cada vez más escritores. Juan Gómez-Jurado, escritor best-seller, lo inició todo, ahora otros también colaboramos
Y por eso Javier G. Valverde presenta.... "Leyendas de la Caverna Profunda"
En ella ha juntado a un buen puñado de escritores, entre los que yo me hallo, para colaborar con una colección que os sorprenderá. Os dejo para abrir boca la relación de los títulos de los relatos, por autor.
Índice de relatos: Autor:
1. Flores …………………………. Montse de Paz
2. El Canto de Amergin…………. Javier Pellicer
3. Premio Nobel………………….. Teo Palacios
4. Primera cita……………………. María Martínez
5. Lama Sabachthani…………….. Daniel Franco
6. Viviendo unidos………………… Marta Querol
7. La Otra senda…………………… Blas Malo
8. Última reflexión………………… Ramón Alcaraz
9. El loco Casimiro………………… Blanca Miosi
10. El conjuro de las brujas………... Anika Lillo
11. Revientatumbas…………………. Alberto Lominchar
12. El anillo Bretón………………….. Francisco Gijón
13. Crónica de Sarimab…………….. Álvaro Tato
14. El extraño caso de Antonio…….. Jesús García
15. Aromas…………………………….. Ana Fúster
16. Aliado de las sombras……………. J.J Hernández
17. Hechizo……………………………… Ramón Muñoz
18. Cuando la bala encontró al deseo… Javier G. Valverde
El Blog de Javier G. Valverde es
Blog Generación Del Alcoyano
Gracias, Javier, por ser tan insensato y atreverte a juntarnos en esta antología. Por ayudarnos a ser generosos. Es la única forma de salir de la Crisis: mirando a nuestro alrededor, y prestándonos a hacer cosas por los demás.
Por un euro, lector. Por sólo un euro. Todo destinado a una buena causa.
http://www.1libro1euro.com/
Pues sí, Hemingway fue rechazado veintisiete veces, veintisiete nada menos, veintisiete editoriales que lo descartaron mondo y lirondo. Que luego ganara el premio Nobel de literatura no es lo importante, sino que encajó veintisiete derrotas una tras otra y sin embargo volvía a levantarse. Todo un peso pesado de las letras.
jueves, 20 de diciembre de 2012
domingo, 16 de diciembre de 2012
Escribir una novela (XIV): literatura positiva
Hoy voy a hablar sobre el tono literario. Estamos escribiendo nuestra novela y ya hemos avanzado mucho en su desarrollo, su estructura, los personajes y diálogos... pero no hemos hablado sobre cómo podemos expresar todo eso.
No me refiero a una cuestión de estilo. Me refiero a cómo expresar nuestra ideas. Podemos construir frases de distintas formas, todas gramaticalmente correcta, pero sólo una de ellas nos servirá para transmitir no "información", que es algo tangible, sino un "sentimiento", que es algo inmaterial. No se trata de decir que Fulanito hizo algo y por eso sucede un conflicto en la novela; se trata de transmitir al lector una emoción, que es algo inmaterial y sin embargo es lo que más ayuda a que un lector se sumerja en una lectura.
Emociones. Debemos ser capaz de hacer que el lector experimente emociones y si es posible trasmitirle algo más, y no con palabras textuales, sino de forma indirecta y sutil. No se trata de decir:
"Entonces Manuel sintió que la desesperanza le embargaba, al encontrar a Julia muerta. Nunca se había atrevido a abandonar a su mujer y declarar su amor; y ya era tarde. Se sentó a los pies de la escalera y se echó a llorar"
sino:
"Él había atravesado toda la ciudad y la había encontrado demasiado tarde. Habia tardado años en decidirse a presentarse ante su puerta, de desvelarle que nunca la había olvidado; que su matrimonio había sido una farsa desdichada que no le había traído felicidad ya que su rostro, su sonrisa, su cuerpo en extásis en aquella única noche que le había hecho el amor, no le abandonaban y se le aparecían noche tras noche en su alcoba atormentándole. Su mujer le había abandonado, convencida al fin de que era Julia quien palpitaba en sus recuerdos; y en la soledad de la traición silenciosa, una vez acalladas las voces de su conciencia, decidió buscarla tras décadas de autoengaño. Sí, la había encontrado. Entre el fragor de las bombas, de los niños suplicando pan, de los humos de los incendios que teñían las nubes de rojo, de la llegada de los tropas nacionales, Manuel había preguntado por ella, pugnando por liberar sentimientos ocultados cincuenta años; sus manos ya no eran jóvenes, su piel ya no era tersa, sus cabellos habían perdido el color pero era ella, la que reposaba bella como un ángel, amortajada y fría en el velatorio entre cirios negros y crespones de luto. Había desperdiciado su vida, sus esperanzas, su futuro y la guerra lo destruía todo. Luego supo que murmuró su nombre con su último aliento, y fue demasiado para él. Alejándose de las plañideras y sus sollozos, se sentó a los pies de las escaleras y se echó a llorar."
Se debe rodear al lector de emociones, el escenario debe mostrarse tal y como lo perciben los persoanjes, quienes hallan en él reflejo de sus sentimientos interiores.
Por ejemplo, en novela histórica suele predominar la narración donde las peripecias vitales de personajes anónimos se entremezclan con los de grandes hechos históricos, y donde predomina un tono trágico de la vida. Toda la vida es lucha, es cierto. En cualquier narración el Conflicto rodea a los personajes obligándoles a actuar para sobrevivir y superarlo. Aquí es importante el tono narrativo. Los lectores pueden leer como evasión de la realidad, o como búsqueda de una analogía de la realidad que le ayude a comprenderla:
1.-Puede ser un tono de resignación ante la vida, con final de la novela que acaba de forma tráfica para ellos, muy similar a los grandes dramas griegos de la antigüedad, también muy "shakesperiano". Puede decirse que, como la realidad es Gris y Deprimente, una novela con un tono negativo de la existencia encaja bien en los ánimos de los lectores, se identifican mejor con las penurias de los protagonistas.
2.-Puede ser un tono de no resignación, de presentar a los lectores personajes con afanes y luchas que incluso en plena tragedia aún guarden un halo de esperanza. Y como es literatura, que la novela tenga un final positivo. Se trata de dignificar la vida, la existencia. Mientras hay vida, puede haber esperanza de cambiar nuestro sino, nuestro destino; y eso está en nuestras manos. Esto es lo que yo llamo "literatura positiva", en la cual los lectores encuentran una reflexión que les anima y les alimenta el alma.
A la hora de escribir, pues, es importante tener claro qué tono literario queremos transmitir al lector con el conjunto de la novela.
No me refiero a una cuestión de estilo. Me refiero a cómo expresar nuestra ideas. Podemos construir frases de distintas formas, todas gramaticalmente correcta, pero sólo una de ellas nos servirá para transmitir no "información", que es algo tangible, sino un "sentimiento", que es algo inmaterial. No se trata de decir que Fulanito hizo algo y por eso sucede un conflicto en la novela; se trata de transmitir al lector una emoción, que es algo inmaterial y sin embargo es lo que más ayuda a que un lector se sumerja en una lectura.
Emociones. Debemos ser capaz de hacer que el lector experimente emociones y si es posible trasmitirle algo más, y no con palabras textuales, sino de forma indirecta y sutil. No se trata de decir:
"Entonces Manuel sintió que la desesperanza le embargaba, al encontrar a Julia muerta. Nunca se había atrevido a abandonar a su mujer y declarar su amor; y ya era tarde. Se sentó a los pies de la escalera y se echó a llorar"
sino:
"Él había atravesado toda la ciudad y la había encontrado demasiado tarde. Habia tardado años en decidirse a presentarse ante su puerta, de desvelarle que nunca la había olvidado; que su matrimonio había sido una farsa desdichada que no le había traído felicidad ya que su rostro, su sonrisa, su cuerpo en extásis en aquella única noche que le había hecho el amor, no le abandonaban y se le aparecían noche tras noche en su alcoba atormentándole. Su mujer le había abandonado, convencida al fin de que era Julia quien palpitaba en sus recuerdos; y en la soledad de la traición silenciosa, una vez acalladas las voces de su conciencia, decidió buscarla tras décadas de autoengaño. Sí, la había encontrado. Entre el fragor de las bombas, de los niños suplicando pan, de los humos de los incendios que teñían las nubes de rojo, de la llegada de los tropas nacionales, Manuel había preguntado por ella, pugnando por liberar sentimientos ocultados cincuenta años; sus manos ya no eran jóvenes, su piel ya no era tersa, sus cabellos habían perdido el color pero era ella, la que reposaba bella como un ángel, amortajada y fría en el velatorio entre cirios negros y crespones de luto. Había desperdiciado su vida, sus esperanzas, su futuro y la guerra lo destruía todo. Luego supo que murmuró su nombre con su último aliento, y fue demasiado para él. Alejándose de las plañideras y sus sollozos, se sentó a los pies de las escaleras y se echó a llorar."
Se debe rodear al lector de emociones, el escenario debe mostrarse tal y como lo perciben los persoanjes, quienes hallan en él reflejo de sus sentimientos interiores.
Por ejemplo, en novela histórica suele predominar la narración donde las peripecias vitales de personajes anónimos se entremezclan con los de grandes hechos históricos, y donde predomina un tono trágico de la vida. Toda la vida es lucha, es cierto. En cualquier narración el Conflicto rodea a los personajes obligándoles a actuar para sobrevivir y superarlo. Aquí es importante el tono narrativo. Los lectores pueden leer como evasión de la realidad, o como búsqueda de una analogía de la realidad que le ayude a comprenderla:
1.-Puede ser un tono de resignación ante la vida, con final de la novela que acaba de forma tráfica para ellos, muy similar a los grandes dramas griegos de la antigüedad, también muy "shakesperiano". Puede decirse que, como la realidad es Gris y Deprimente, una novela con un tono negativo de la existencia encaja bien en los ánimos de los lectores, se identifican mejor con las penurias de los protagonistas.
2.-Puede ser un tono de no resignación, de presentar a los lectores personajes con afanes y luchas que incluso en plena tragedia aún guarden un halo de esperanza. Y como es literatura, que la novela tenga un final positivo. Se trata de dignificar la vida, la existencia. Mientras hay vida, puede haber esperanza de cambiar nuestro sino, nuestro destino; y eso está en nuestras manos. Esto es lo que yo llamo "literatura positiva", en la cual los lectores encuentran una reflexión que les anima y les alimenta el alma.
A la hora de escribir, pues, es importante tener claro qué tono literario queremos transmitir al lector con el conjunto de la novela.
domingo, 2 de diciembre de 2012
A veces llega una avalancha
Esta última semana ha estado llena de vicisitudes. Por un lado la Crisis sigue anegando la vida de nuestras ciudades y pueblos, como si fuera una niebla que se derramara deteniéndolo todo ahora que entramos en los primeros fríos del otoño, aviso del invierno que vendrá. Amigos y compañeros se dispersan por medio mundo para sobrevivir; otros se concentran en su amargura e inquietud alistados en el ejército del INEM, un ejército de gente que poco a poco está perdiendo esperanza y paciencia.
En el mundo cultural y literario me llegan noticias inquietantes. Unos compañeros de letras descubren sus ultimas obras pirateadas, apenas mes y medio después de su puesta de largo, en webs y portales que se ufanan de ser adalides de la libertad de expresión y que agradecen los esfuerzos de los que les proporcionan el material de sus páginas web. Otros me cuentan que este año que comenzará en un mes diputaciones, fundaciones y bibliotecas mirarán más por sus cuentas que por su servicio público, cancelando actividades de promoción y difusión de la cultura si no hay dinero por delante. Dinero, dinero, dinero... todo lo demás parece que queda atrás.
También tuve una llamada editorial que me ha transmitido una buena noticia, si, pero también cierta angustia, y también decepción. Todo el sector editorial está en crisis, ni los gigantes se libran de la hecatombe. Se reduce el número de libros editados, sus tiradas, su promoción... los libros impresos se hunden, lo digital no despega por el lastre de la piratería, y los lectores cada vez suspiran más ante los escaparates de las librerías, sin atreverse a entrar.
Las bibliotecas tampoco tendrán fondos para adquirir novedades. Una biblioteca sin lectores no es una biblioteca, es una tumba de libros. Todo es más difícil, todo es más lento, todo se hace cada vez con menos alegría. La escritura también lo nota, plasmar palabras sobre una hoja en blanco parece cada vez más fútil.
¿Desistir? Jamás.
A veces puede ser el momento de pasar a la acción. De no conformarse.
Espero poder deciros algo más concreto en unas semanas.
En el mundo cultural y literario me llegan noticias inquietantes. Unos compañeros de letras descubren sus ultimas obras pirateadas, apenas mes y medio después de su puesta de largo, en webs y portales que se ufanan de ser adalides de la libertad de expresión y que agradecen los esfuerzos de los que les proporcionan el material de sus páginas web. Otros me cuentan que este año que comenzará en un mes diputaciones, fundaciones y bibliotecas mirarán más por sus cuentas que por su servicio público, cancelando actividades de promoción y difusión de la cultura si no hay dinero por delante. Dinero, dinero, dinero... todo lo demás parece que queda atrás.
También tuve una llamada editorial que me ha transmitido una buena noticia, si, pero también cierta angustia, y también decepción. Todo el sector editorial está en crisis, ni los gigantes se libran de la hecatombe. Se reduce el número de libros editados, sus tiradas, su promoción... los libros impresos se hunden, lo digital no despega por el lastre de la piratería, y los lectores cada vez suspiran más ante los escaparates de las librerías, sin atreverse a entrar.
Las bibliotecas tampoco tendrán fondos para adquirir novedades. Una biblioteca sin lectores no es una biblioteca, es una tumba de libros. Todo es más difícil, todo es más lento, todo se hace cada vez con menos alegría. La escritura también lo nota, plasmar palabras sobre una hoja en blanco parece cada vez más fútil.
¿Desistir? Jamás.
A veces puede ser el momento de pasar a la acción. De no conformarse.
Espero poder deciros algo más concreto en unas semanas.