martes, 16 de junio de 2009

La importancia del punto de vista



Estoy concentrado en mi novela EEDLA, redactando la nueva revisión de la sinopsis, y hace dos días descubrí que no la estoy enfocando corectamente. Uno de mis personajes, Ibn Shalam está atascado en mitad del desierto del Sahara, esperando que decida qué hacer con él.

A fuerza de pensar y pensar la evolución de la escena me dí cuenta de un error importante. Me esforzaba por pensar que haría él, teniendo en cuenta su psicología, sus deseos y su pasado. ¡Qué gran error!

No hay qué pensar qué haría el personaje, sino qué haría yo. Porque yo, una vez asumo la psicología del personaje y sus emociones y anhelos, yo soy el personaje. Yo soy Ibn Shalam.

Así que después de esa revelación, me encontré de pronto en el desierto, asustado por la llegada de la noche, exhausto después de huir durante horas tras el ataque del ejército meriní a la caravana de bereberes, y con las manos manchadas de sangre de un inocente. ¡Alá!, grité, ¿qué es lo que he hecho?

Y tras eso, supe qué hacer.

Además iba a escribir sobre que me encontraba estancado, ¡pero ya no! Así que me voy inmediatamente a transcribir lo que las Musas me están dictando, con su voz dulce de nectar y ambrosía, antes de que el olvido se lleve las ideas.

martes, 9 de junio de 2009

¡¡¡Brain Storming!!!



Ayer tuve la reunión prevista, a la hora acordada, con precisión suiza (tal vez sería mejor decir alemana). En cuanto sonó el telefóno fijo me atrincheré en mi despacho, cerré las lamas de la persiana de la ventana, atranqué la puerta y apagué el móvil de empresa así como la pantalla del ordenador.

-¿Sí, Diga...me?´
-¡Hola!¿Blas?¡Qué tal, soy XXXX de la Agencia YYYY!¡Encantanda de oírte!
Hecho un flan y con ese inicio mío tan poco espectacular comenzó mi primera entrevista de trabajo en el mundillo de la escritura.

Después de las presentaciones de rigor, tuve examen de historia. Esto es, tenían dudas sobre ciertos aspectos históricos, que pude responder sin problemas. Tengo mis deberes hechos. Después pasamos al análisis de la Sinopsis, ¡y se desató la tormenta de ideas! Dimos mil vueltas a la trama, del derecho y del revés, cambiándola, sacando personajes de la chistera, matando a algunos, resucitando a otros, modificando escenas del libro, ¡buff! Un montón de "inputs", como los llamó ella.

Algunas sugerencias son aceptables, otras chirrían o entran en contradicción con lo propiamente histórico y documentado, otras no me parecen adecuadas. Mientras me soltaban más y más sugerencias y cambios, sin duda dictados por su experiencia, me preguntaba yo ¿pero qué va a quedar de mi novela?¿Tendré que reescribirla entera?

Exagero, claro. Me toca analizar sus sugerencias, ver cuáles me parecen ok y cuales no, justificar el por qué y rehacer la Sinopsis (será Rev5). Pero de momento acepto todo. Ya tocará tiempo de discutir.

La opinión general: muy positiva. Creo que se toman con paciencia mi libro, y creo que van a tener que dedicarme bastante tiempo, y ellos lo saben (novato, primera obra, la Crisis, etc) ¡y aún así están dispuestos a ello! Esto va a ser como ir a la escuela: a aprender todo lo que se pueda.

Digo yo, que si EEDLA les causa tal tormenta cerebral a mis Agentes ¡es porque algo tiene!. Sólo falta ordenarlo todo y dejarlo bien pulidito para editor y para el lector.

viernes, 5 de junio de 2009

Un pasito más



Después de dos semanas de intenso trabajo, el pasado miércoles envié a la Agencia la nueva revisión de la Sinopsis del EEDLA (rev 4a). Ha habido cambios en la trama y en el orden de los capítulos, debido a que detecté un error en la línea temporal de la novela, lo que me ha llevado a reestructurar casi por completo la Segunda Parte.

Varios navegantes del Forum literario de Bibliotecas Virtuales, donde participo con asiduidad, me han preguntado extrañados cómo es que aún no estoy trabajando directamente con el libro.

Bien, la respuesta es sencilla. A la Agencia le propuse, y le pareció muy bien, que en vez de reescribir directamente trabajáramos primero sobre una sinopsis ampliada. Cuando mando mis propuestas, si me solicitan un segundo envío de material adicional o la novela completa, envío además una Sinopsis completa de la obra, capítulo por capítulo, que ocupa tres páginas.

Trabajando sobre ella, he ido reflejando los cambios comentados con la Agencia, añadiendo incluso fragmentos de diálogo si son significativos para reflejar aspectos psicológicos de los personajes, un giro en el argumento o nuevas emociones, y además añado información complementaria. Con todo eso lo que obtengo es un buen Guión, con suficiente detalle para trabajar pero que a la vez permite no perder la visión de conjunto.

Mi Sinopsis ha pasado así de tres a trece páginas. Lo más importante es que me evito reescribir en balde y no pierdo tiempo, ni yo ni la Agencia. ¡Es más rápido revisar 13 páginas que 324! Y si todo queda conforme pasaré a lo divertido, reescribirlo con más detalle.

Con todo ello, el próximo martes 9 será un día importante. Tendré mi primera cita con ellos. Debo decir que Barcelona me pilla lejos y mal comunicada por tema de trabajo, y han sido muy comprensivos, pues me han propuesto que la primera toma de contacto sea un trío telefónico. He hecho un esfuerzo importante en la Rev4a. Espero que no queden decepcionados.

domingo, 31 de mayo de 2009

Posesión



Estoy inmerso de lleno en las modificaciones de EEDLA. Acordé con la Agencia que me tomaría dos semanas de reflexión profunda para investigar la coherencia de mi propio libro. Me he preguntado constantemente por la psicología de mis personajes, y el por qué de sus acciones. ¿Actuaría el visir así, o de tal forma?¿Qué pensaba en ese momento?¿Estaba más concentrado en los asuntos de Estado que en su vida personal, o al contrario?

¿Y la reacción del Gran Cadí si recibiera esa *noticia*, trascendental en la novela?¿Tendría una respuesta racional, o actuaría movido por su intolerancaia religiosa, y sus celos políticos?. El propio protagonista, Ahmed, ¿se decidirá en el climax por una acción o por otra?

Así que a veces no he sabido a ciencia cierta quién era yo, si yo mismo o uno de los personajes. Y ha ocurrido. Aunque parezca mentira, me ha ocurrido no una sino tres veces. Un personaje me ha poseído. No era yo, el que miraba arrogante el último desplante de mi jefe. Era Ibn Zamrak, el poderoso visir del reino nazarí, el que planeaba cómo vengar su desaire, el que respondía desafiante a cualquiera que osara interrumpirme en mis tareas. Era él, el que con una voluntad de hierro, amenazaba con el timbre de la voz a quien se atreviera a no obedecerme según mis planes y previsiones.

Era él, era yo, el que ante la adversidad, recordaba constantemente que para un hombre con poder no existen obstáculos, sino un objetivo: el ejercicio del propio poder a cualquier precio.

Alucinado, me acordé inmediatamente de Margarite Yourcenar, quien a fuerza de investigar y pensar en el emperador Adriano, sintió que efectivamente ella era el emperador Adriano, al escribir sus memorias.

Así que confieso que hay mucho de mí en el visir, o del visir en mí, y que a pesar de que 800 años nos separan me he sentido como él, arrasado por las emociones, por los giros del destino, por la incomprensión del mundo y por la consciencia de la mortalidad.

¿Alguien más se ha visto poseído así? Espero ser capaz de trasladar todo eso a la novela. Como no he encontrado nada parecido sobre el visir, os dejo como imagen de obsesión por el poder a la pintura de Francis Bacon sobre Inocencio X de Velázquez.