Ahora que nadie mira los blogs, y menos hoy a 31 de diciembre, os apunto cuáles son mis deseos para el 2018.
-En lo literario, la publicación de un nuevo libro.
2017 ha sido para mí un año irregular. Esperaba la publicación de una nueva novela, que estaba incluso contratada, pero las fusiones editoriales pudieron más que los buenos deseos y las promesas. Creo que el mercado editorial tradicional seguirá reduciéndose, habrá más fusiones y reestructuraciones de las editoriales, y eso se traducirá en menos títulos publicados. Esas son malas noticias para las ilusiones de los autores. Pero las editoriales son negocios, no fabricantes de ilusiones. Eso se traduce en que todos los autores debemos asumir eso, habrá más competencia. Y en eso doy la razón a Ken Follet: no podemos quejarnos de que se venden menos libros, sino que tenemos que esforzarnos para escribir mejores libros.
En eso sí me he esforzado. Terminé en 2017 un nuevo manuscrito, revisado y todo, y empecé otro, a 1500 años de distancia del anterior. El primer hito ya lo he cumplido hace una hora: he alcanzado 100 páginas del primer borrador antes de la finalización de 2017.
Como todo está como está, sigo confiando en la labor de mi agente literario, y espero que alguno de mis vástagos inéditos (tiene 4 en su poder) alcance las imprentas y los lectores en 2018. Espero tener pronto noticias.
He leído bastante este año. Para mí, mi lectura del año ha sido AZTECA, de Gary Jennings. 10/10.
-En lo laboral, encontrar un nuevo trabajo.
Ya he cruzado eso que llaman la Crisis de los 40. Y en crisis sigo. Espero cambiar mis circunstancias laborales, a mejor si es posible, y no me refiero solo a lo económico. A veces otros aspectos tienen prioridades, como el sentirse valorado (no me siento), el trato personal (poco), la atención a sugerencias propias de cambios (ninguna), adaptación a nuevas situaciones personales (ninguna), la formación continua prometida (ninguna). Por decirlo literariamente, este barco ya no me lleva a ninguna parte, así que pronto me lanzaré al agua, con salvavidas o sin él.
-En lo personal, aumentar la familia.
No es lo menos importante, aunque lo comente lo último. Los años pasan volando y hay ciclos que se dan unos años en la vida y ya nunca más. Si mis dos primeros deseos se cumplen, este último será fácil de lograr. Si no, lo mismo tocará tomar varias decisiones arriesgadas.
Con las nuevas tecnologías escribir es más fácil. Hace dos meses que escribo también con el móvil, con una aplicación llamada Writer. Cualquier tiempo muerto es bueno para sumar unos párrafos. Y sumando, llegas a páginas, de páginas a capítulos... Me está cundiendo más. Luego lo vuelco al ordenador y lo fusiono con el texto en Word. Así estoy inmerso en la historia en todo momento, todo hueco es para escribir algo, poco o mucho, pero algo.
Encontrar tiempo ha sido a costa de otras cosas, como renunciar a las Jornadas de Granada, que no hemos podido mantener. La ilusión se desgasta y también hay decepciones. Pero la vida es superar decepciones. Y escribir, que no falte.
Escribid mucho.
Feliz 2018 a todos.
Blas Malo Poyatos
blasmalo@yahoo.es
www.blasmalopoyatos.com
Pues sí, Hemingway fue rechazado veintisiete veces, veintisiete nada menos, veintisiete editoriales que lo descartaron mondo y lirondo. Que luego ganara el premio Nobel de literatura no es lo importante, sino que encajó veintisiete derrotas una tras otra y sin embargo volvía a levantarse. Todo un peso pesado de las letras.
domingo, 31 de diciembre de 2017
martes, 24 de octubre de 2017
¿Estás buscando AGENCIA LITERARIA?
A lo mejor quieres publicar tu manuscrito. A lo mejor, en vez de intentarlo a las bravas con las editoriales (o autoeditándote en Amazon o similares), sin saber si eres objetivo con lo que escribes, prefieres buscar un Agente Literario que valore tu trabajo y decida representarte. Si lo consigues, habrás dado un paso importante. Yo creo que es el mejor camino.
Entonces, si buscas un Agente Literario en España, esta es tu página donde buscar. Aquí tiene el listado de 26 AGENCIAS LITERARIAS con sus contactos para que pruebes fortuna. Son las 26 agencias que han acudido con los manuscritos de sus autores a la Feria del Libro de Frankfurt 2017, la feria del libro más importante del mundo.
Espero que esta recopilación te sea de utilidad, estimado escribano. Sí, yo tengo agente literario. Y sí, estoy satisfecho con su trabajo. Un Agente Literario abre puertas literarias que están vetadas a autores desnudos, no olvides esto.
Estos datos están recopilados del catálogo público de expositores de la propia feria.
Quizás el año que viene tu libro esté en esa feria. ¡Suerte!
Entonces, si buscas un Agente Literario en España, esta es tu página donde buscar. Aquí tiene el listado de 26 AGENCIAS LITERARIAS con sus contactos para que pruebes fortuna. Son las 26 agencias que han acudido con los manuscritos de sus autores a la Feria del Libro de Frankfurt 2017, la feria del libro más importante del mundo.
Espero que esta recopilación te sea de utilidad, estimado escribano. Sí, yo tengo agente literario. Y sí, estoy satisfecho con su trabajo. Un Agente Literario abre puertas literarias que están vetadas a autores desnudos, no olvides esto.
Estos datos están recopilados del catálogo público de expositores de la propia feria.
Quizás el año que viene tu libro esté en esa feria. ¡Suerte!
martes, 8 de agosto de 2017
Mis dos centavos: Los negros en Roma
Hoy me encuentro con una polémica literaria que no conocía. La BBC ha difundido un video educativo sobre el imperio romano para niños, y la primera escena es la construcción de un fuerte romano por parte de unos legionarios, siguiendo las instrucciones de su superior. La polémica la ha generado el color de la piel: este oficial que ordena a las tropas es negro.
¿Se trata de una realidad histórica, o simplemente de una licencia del productor hacia "lo políticamente correcto"? En el documental se justifica eso diciendo que el imperio es étnicamente diverso. La historiadora Mary Beard ha sido muy criticada por defender esa diversidad étnica en Roma y por tanto la plausibilidad del video.
Quienes han inflado todo creando polémica insisten: una cosa es la extensión del imperio romano, que permitía tener ciudadanos romanos en Oriente Medio y en Hispania, en la fría Britania y en la calurosa Mauritania, y otra que esa presencia dentro de la ciudadanía fuera algo más que anecdótica. Vamos, que los pueblos conquistados estaban destinados a ser esclavos y ciudadanos de segunda o de tercera, no de primera.
A ver. Seguro que la sociedad romana estaba muy estratificada, pero existía un elemento clave de promoción social, el ejército. Un esclavo, por sus servicios, podían ser manumitido y convertirse en liberto. Sus hijos adquirían la ciudadanía. O bien, hombres libres de tierras conquistadas pero que no eran ciudadanos podían incorporarse al ejército, jurar lealtad a Roma, sobrevivir a 25 años de servicio en las legiones y adquirir la ciudadanía y el retiro en alguna finca de Africa o de Hispania, o de Tracia, o de donde fuera que le dieran tierras como premio a sus servicios. Sus hijos también serían ciudadanos romanos. Así que imposible, imposible que un oficial romano fuera negro, no lo es.
Seguro que Roma, las capitales de provincia y las ciudades costeras del Mar Mediterráneo, con una importante actividad comercial, eran más cosmopolitas que ciudades del interior de los territorios. Igual ocurre ahora.
Si el documental de la BBC hubiera hablado de Londinium (Londres) en el s. II de oficiales romanos negros dirigiendo las tropas y trabajadores esclavos chinos estibando en el puerto del Támesis... pues sería posible. ¿Chinos en Londres? Sí. Un estudio arqueológico de 2016 de una antigua necrópolis romana encontró restos óseos de personas de ancestros asiáticos que no pasaron su infancia en Inglaterra.
Los dos chinos en Londinium:
https://elpais.com/elpais/2016/09/29/ciencia/1475144962_946698.html
Que yo sepa, esa noticia de los chinos no creó polémica entonces.
¿Será que estamos acostumbrados a las películas de Hollywood y a las series de novela histórica sobre Roma, y a todo tipo de ensayos, donde todos son (o al menos protagonistas principales) de raza caucásica blanca?
¿Será que la identificación del imperio romano con la superpotencia actual que es USA, se ha propiciado de tal forma a lo largo del último siglo en literatura y cine que se da un sesgo racista de preferencia blanca / europea a todo lo relacionado con USA y por ende, con Roma?
Creo que hay que dejar que las evidencias hablen. Al fin y al cabo los historiadores no son novelistas: deben apoyar sus afirmaciones con hechos, no con posibilidades. Yo creo que sí, que la ficción de la BBC es asumible, aunque a algunos les escueza. Pero con los novelistas es diferente. Las posibilidades pueden tenerse en cuenta, si ayudan a la ficción. A mejor es hora de tener todo esto en cuenta y de atreverse a reescribir sobre Roma con otras perspectivas, con otros personajes.
Como novelista, esa posibilidad me parece fascinante.
La noticia completa, aquí:
https://verne.elpais.com/verne/2017/07/27/articulo/1501148623_366673.html
(El mencionado oficial negro romano. Vía: TheGuardian)
¿Se trata de una realidad histórica, o simplemente de una licencia del productor hacia "lo políticamente correcto"? En el documental se justifica eso diciendo que el imperio es étnicamente diverso. La historiadora Mary Beard ha sido muy criticada por defender esa diversidad étnica en Roma y por tanto la plausibilidad del video.
(Emperador Septimio Severo)
Quienes han inflado todo creando polémica insisten: una cosa es la extensión del imperio romano, que permitía tener ciudadanos romanos en Oriente Medio y en Hispania, en la fría Britania y en la calurosa Mauritania, y otra que esa presencia dentro de la ciudadanía fuera algo más que anecdótica. Vamos, que los pueblos conquistados estaban destinados a ser esclavos y ciudadanos de segunda o de tercera, no de primera.
A ver. Seguro que la sociedad romana estaba muy estratificada, pero existía un elemento clave de promoción social, el ejército. Un esclavo, por sus servicios, podían ser manumitido y convertirse en liberto. Sus hijos adquirían la ciudadanía. O bien, hombres libres de tierras conquistadas pero que no eran ciudadanos podían incorporarse al ejército, jurar lealtad a Roma, sobrevivir a 25 años de servicio en las legiones y adquirir la ciudadanía y el retiro en alguna finca de Africa o de Hispania, o de Tracia, o de donde fuera que le dieran tierras como premio a sus servicios. Sus hijos también serían ciudadanos romanos. Así que imposible, imposible que un oficial romano fuera negro, no lo es.
Seguro que Roma, las capitales de provincia y las ciudades costeras del Mar Mediterráneo, con una importante actividad comercial, eran más cosmopolitas que ciudades del interior de los territorios. Igual ocurre ahora.
Si el documental de la BBC hubiera hablado de Londinium (Londres) en el s. II de oficiales romanos negros dirigiendo las tropas y trabajadores esclavos chinos estibando en el puerto del Támesis... pues sería posible. ¿Chinos en Londres? Sí. Un estudio arqueológico de 2016 de una antigua necrópolis romana encontró restos óseos de personas de ancestros asiáticos que no pasaron su infancia en Inglaterra.
Los dos chinos en Londinium:
https://elpais.com/elpais/2016/09/29/ciencia/1475144962_946698.html
Que yo sepa, esa noticia de los chinos no creó polémica entonces.
¿Será que estamos acostumbrados a las películas de Hollywood y a las series de novela histórica sobre Roma, y a todo tipo de ensayos, donde todos son (o al menos protagonistas principales) de raza caucásica blanca?
¿Será que la identificación del imperio romano con la superpotencia actual que es USA, se ha propiciado de tal forma a lo largo del último siglo en literatura y cine que se da un sesgo racista de preferencia blanca / europea a todo lo relacionado con USA y por ende, con Roma?
Creo que hay que dejar que las evidencias hablen. Al fin y al cabo los historiadores no son novelistas: deben apoyar sus afirmaciones con hechos, no con posibilidades. Yo creo que sí, que la ficción de la BBC es asumible, aunque a algunos les escueza. Pero con los novelistas es diferente. Las posibilidades pueden tenerse en cuenta, si ayudan a la ficción. A mejor es hora de tener todo esto en cuenta y de atreverse a reescribir sobre Roma con otras perspectivas, con otros personajes.
Como novelista, esa posibilidad me parece fascinante.
La noticia completa, aquí:
https://verne.elpais.com/verne/2017/07/27/articulo/1501148623_366673.html
jueves, 27 de abril de 2017
Steven Saylor y Gordianus el Sabueso.
Estos días me he dado el capricho de comprar dos novelas de Steven Saylor, autor de la serie de novelas "Roma Sub Rosa", ambientadas en la Roma del s.I a.C. Es el creador del personaje de Gordianus el Sabueso, un husmeador que dedica sus esfuerzos a que no lo maten al indagar en los turbios asuntos que suceden en la Subura y en el Capitolio, allá donde no se desean testigos inoportunos.
Ya había leído antes a Saylor. Leí hace años su primera novela, "Sangre Romana", una magnífica historia. Ahora quiero leer más sobre él.
En la red existen varias entrevistas suyas en inglés, y una de ellas es superinteresante, pues desvela qué le motivó a empezar a escribir, cómo empezó, cómo continuó... y después habla del mundo editorial y hace algunas sabias reflexiones sobre los libros y sobre la novela histórica. Y como creo que os gustará, os pongo algunas de sus respuestas:
Os dejo en enlace en inglés, AQUI
Ya había leído antes a Saylor. Leí hace años su primera novela, "Sangre Romana", una magnífica historia. Ahora quiero leer más sobre él.
En la red existen varias entrevistas suyas en inglés, y una de ellas es superinteresante, pues desvela qué le motivó a empezar a escribir, cómo empezó, cómo continuó... y después habla del mundo editorial y hace algunas sabias reflexiones sobre los libros y sobre la novela histórica. Y como creo que os gustará, os pongo algunas de sus respuestas:
[Sobre si Gordianus es un personaje creíble en esa época histórica] Creo que es creible. Algunos han dicho que lo ven como un americano de hoy vestido de toga, con su sistema de valores modernos. Se podría escribir una novela sobre el mundo antiguo donde de verdad se intentara emular una psicología totalmente ajena a uno, pero no creo que fuera una novela demasiado interesante. Y luego está la visión de qué es la Historia según Tolstoy. Tolstoy sentía que a lo largo de toda la Historia, no importa a dónde viajes en el tiempo, uno encontrará siempre gente con los que tendrías algo en común
[Cada uno de tus libros parece desarrollarse alrededor de un impactante hecho histórico. ¿Siempre buscas algo así; y cómo lo encuentras y te convences?] Sí, tiene que ser un hecho crucial, un evento muy importante sobre el que gire mi historia. Y eso fue un problema para mi editor porque para mi segundo libro salté siete años, ya que después de Cicerón en "Sangre Romana", el siguiente evento crucial que me cautivó fue la revuelta de esclavos liderada por Espartaco.
[¿Cómo se enfrenta al difícil equilibrio entre precisión histórica y lograr un argumento histeresante?] Es una cuestión de encaje, de si puedes incorporar la precisión histórica a tu argumento o no. Tengo bastante respeto a los historiadores y a la Historia y lo cierto es que intento ser cuidadoso. Es importante para mí que la novela tenga un sentimiento de precisión. Y nunca escribo nada gratuitamente incorrecto. Cuando uno trata con figuras históricas, nunca podemos pensar los definitivo César o Claopatra. Cada uno de los lectores va tener su propia visión.
[Sobre sus lectores] Creo que la mayoría dice que disfrutan escapando al mundo que yo creo. Cuando yo era más joven, como otros chicos en el instituto, leía a J.R.R. Tolkien, y me encantaba, me emocionaba. En eso consiste el placer de la lectura. Que saltasa otras muchas existencias. Esa sensación todavía hoy existe. Cuando leo a Agatha Christy, atraviesas una puerta a otro lugar. Aparentemente, yo he tenido éxito en crear otro mundo y es un lugar al que otra gente desea sumergirse.
Os dejo en enlace en inglés, AQUI
martes, 4 de abril de 2017
Mis dos centavos: los libros matan
Si pregunto quién fue Lope de Vega, muchos sabéis la respuesta. Autor del Siglo de Oro, escritor de comedias de éxito, enemigo de Góngora y de Cervantes, y luego también de Quevedo... Mujeriego, apasionado, insomne, experto espada y de mano firme y escritura desbordante.
¿Pero quién sabe quién fue Cayetano Alberto de la Barrera?
Silencio.
Yo no lo conocí hasta que comencé la documentación para LOPE. LA FURIA DEL FÉNIX. Su historia es bastante triste. La de un lector que quiso vivir de su ilusión: de los libros, y no lo consiguió.
Era hijo del farmacéutico Antonio de la Barrera y Canales, cuya familia provenía toda del ámbito militar, y de María de la Concepción Leirado y Ortega.
Nació en Madrid y a pesar de su mala salud estudió en el Colegio Imperial de los Jesuitas y obtuvo el bachiller en Filosofía en el Colegio de San Carlos. Quiso hacer Derecho, inició Medicina, pero la carrera que terminó fue la de Farmacia en 1837 y trabajó en la botica de su padre, ya enfermo: marchó por cuestiones de salud a un clima más seco y puso una farmacia en Martos (Jaén) durante dos años. A fines de 1844, recuperado, ya estaba otra vez en Madrid. Murieron sus padres en 1852 y tras llevar la botica cuatro años la malvendió en 1856, consumiendo su patrimonio en comprar libros raros para sus investigaciones bibliográficas, pero subsistiendo de las rentas de una propiedad heredada.
Libros, libros, libros por todas partes. La historiografía era su ilusión. Y sacrificó todo lo demás por ella. Casó tardíamente en el año 1867 con 51 años y un mal negocio le hizo perder la mitad de sus bienes; como además tuvo una niña, (luego tendrá otras dos) tuvo que vender sus libros, volver a trabajar de farmacéutico y hacer oposiciones para el Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios, a lo que le daban derecho sus numerosos trabajos bibliográficos, pero en ausencia de plazas, fue creada una a duras penas para él de miserable oficial tercero en la sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional encomendándosele la ingrata tarea de confeccionar un índice por materias. Murió pobre dejando tres niñas en la infancia y una viuda, para la que se le pidió una cortísima pensión.
Se dedicó con pasión al estudio de los genios españoles del Siglo de Oro, y él debemos una importante biografía sobre Lope de Vega, con la aportación de nuevos datos, apuntes y manuscritos que mostraban al verdadero Lope. Le supuso numerosos quebraderos de cabeza con la moralidad imperante del s.XIX. Lope ya no era un cristiano abnegado y luego sacerdote, sino un mujeriego pecador del que podía decirse mucho malo y poco bueno.
Me lo imagino a veces renegando de sus malas decisiones: dejar una botica que daba ingresos seguros por una afición a libros malolientes, añejos y desvencijados, y por un puesto misérrimo que le hizo malvender su propia biblioteca para dar de comer a su familia. En su cuarto, se sentiría como el Bibliotecario de Alejandría; fuera, con los lloros de las tres niñas y el lamento de su mujer, la zarpa de la pobreza, se sentiría el más desgraciado de los hombres.
Los libros matan. O más bien, los libros requieren sosiego. Algo que en la vida moderna se carece cada vez más. Y lo que mata es nuestra frustración por no poder dedicar más tiempo a nuestros libros.
¿Pero quién sabe quién fue Cayetano Alberto de la Barrera?
Silencio.
Yo no lo conocí hasta que comencé la documentación para LOPE. LA FURIA DEL FÉNIX. Su historia es bastante triste. La de un lector que quiso vivir de su ilusión: de los libros, y no lo consiguió.
Era hijo del farmacéutico Antonio de la Barrera y Canales, cuya familia provenía toda del ámbito militar, y de María de la Concepción Leirado y Ortega.
Nació en Madrid y a pesar de su mala salud estudió en el Colegio Imperial de los Jesuitas y obtuvo el bachiller en Filosofía en el Colegio de San Carlos. Quiso hacer Derecho, inició Medicina, pero la carrera que terminó fue la de Farmacia en 1837 y trabajó en la botica de su padre, ya enfermo: marchó por cuestiones de salud a un clima más seco y puso una farmacia en Martos (Jaén) durante dos años. A fines de 1844, recuperado, ya estaba otra vez en Madrid. Murieron sus padres en 1852 y tras llevar la botica cuatro años la malvendió en 1856, consumiendo su patrimonio en comprar libros raros para sus investigaciones bibliográficas, pero subsistiendo de las rentas de una propiedad heredada.
Libros, libros, libros por todas partes. La historiografía era su ilusión. Y sacrificó todo lo demás por ella. Casó tardíamente en el año 1867 con 51 años y un mal negocio le hizo perder la mitad de sus bienes; como además tuvo una niña, (luego tendrá otras dos) tuvo que vender sus libros, volver a trabajar de farmacéutico y hacer oposiciones para el Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios, a lo que le daban derecho sus numerosos trabajos bibliográficos, pero en ausencia de plazas, fue creada una a duras penas para él de miserable oficial tercero en la sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional encomendándosele la ingrata tarea de confeccionar un índice por materias. Murió pobre dejando tres niñas en la infancia y una viuda, para la que se le pidió una cortísima pensión.
Se dedicó con pasión al estudio de los genios españoles del Siglo de Oro, y él debemos una importante biografía sobre Lope de Vega, con la aportación de nuevos datos, apuntes y manuscritos que mostraban al verdadero Lope. Le supuso numerosos quebraderos de cabeza con la moralidad imperante del s.XIX. Lope ya no era un cristiano abnegado y luego sacerdote, sino un mujeriego pecador del que podía decirse mucho malo y poco bueno.
Me lo imagino a veces renegando de sus malas decisiones: dejar una botica que daba ingresos seguros por una afición a libros malolientes, añejos y desvencijados, y por un puesto misérrimo que le hizo malvender su propia biblioteca para dar de comer a su familia. En su cuarto, se sentiría como el Bibliotecario de Alejandría; fuera, con los lloros de las tres niñas y el lamento de su mujer, la zarpa de la pobreza, se sentiría el más desgraciado de los hombres.
Los libros matan. O más bien, los libros requieren sosiego. Algo que en la vida moderna se carece cada vez más. Y lo que mata es nuestra frustración por no poder dedicar más tiempo a nuestros libros.
miércoles, 25 de enero de 2017
Medio pasaje para Caronte
Aristóteles, Julio César, Belisario, Galileo, Leonardo Da Vinci, Fidias, Cristóbal Colón, Isaac Newton, Alejandro Magno, Einstein... hicieron grandes cosas antes de cumplir cuarenta años.
Cuando uno es un lector constante y apasionado de la Historia, descubre constantemente grandes personajes históricos que vivieron rápido y dejaron huella indeleble, por eso se han escrito libros sobre ellos, novelas donde son protagonistas. Y por eso hoy toca realizar una breve reflexión de lo vivido hasta ahora, al alcanzar los 40 años. Pero me acabo de dar cuenta que no hay que ser negativo, ni hacer una lista de frustraciones, sino positivo. La vida me ha sorprendido mucho en los últimos años. Desde luego, hace 20 años no me imaginaba cómo iba a estar hoy, o si lo imaginé, no acerté en nada. Lo cual es motivo para la curiosidad y el asombro, y para desear cumplir otros 20 u otros 40, para llegar al futuro de mi vida, donde seguro habrá grandes cosas para sorprenderme.
Por ejemplo. Volver a contemplar el cometa Halley, que pasó por acá en 1986 (regresará en 2062). Ser testigo del primer hombre en pisar Marte (podría ser mi hijo). O del surgimiento de la inteligencia artifical. El descubrimiento de vida extraterrestre. La puesta en marcha, tras un ITER exitoso, del primer reactor DEMO generador comercial de energía de fusión.
O de haber alcanzado éxito literario. Dedicarme por completo a la escritura. Ser invitado a Estocolmo por el rey sueco. Poder desarrollar mi árbol genealógico al completo, indagar más en legajos. Comprarme un castillo medieval, reconstruirlo, recrear vida medieval. Comprarme un velero como Arturo Pérez-Reverte, donde navegar con nietos y familia. Aprender dos idiomas más, ser capaz de leer árabe. Ver mis libros traducidos a múltiples idiomas. Unas Jornadas Literarias de Granada internacionales. Tener una fundación que haga resurgir a la Granada romana que yace en el Albaicín. Hallar la tumba de Muley Hacén en lo alto de Sierra Nevada, y sus memorias junto a él. Viajar, mucho. A Stonehenge, Estambul otra vez, Venecia muchas veces, México, el Gran Cañón del Colorado, buscar oro en el Yucón y el Klondike. Comer carne de mamut congelado.
Cada día de aquí en adelante puede ser el inicio de muchas de estas cosas. Así que aunque ya Caronte me regale medio pasaje para su barca, espero no tener que darle las dos monedas en mucho tiempo, que será siempre menos del que yo desearía. Cumplo cuarenta años, con una mujer y un hijo que son un regalo. Con una familia extensa que cuando nos reunimos es el caos absoluto, por ser absolutamente delicioso y divertido. Con una fascinación por los libros que no cesa y que me sigue llenando de alegría. Del trabajo alimenticio, no hablo. Pero quién sabe si sacaré partido de él de otra forma más literaria.
Caronte, no me esperes por mucho tiempo. Ese es mi deseo.
Cuando uno es un lector constante y apasionado de la Historia, descubre constantemente grandes personajes históricos que vivieron rápido y dejaron huella indeleble, por eso se han escrito libros sobre ellos, novelas donde son protagonistas. Y por eso hoy toca realizar una breve reflexión de lo vivido hasta ahora, al alcanzar los 40 años. Pero me acabo de dar cuenta que no hay que ser negativo, ni hacer una lista de frustraciones, sino positivo. La vida me ha sorprendido mucho en los últimos años. Desde luego, hace 20 años no me imaginaba cómo iba a estar hoy, o si lo imaginé, no acerté en nada. Lo cual es motivo para la curiosidad y el asombro, y para desear cumplir otros 20 u otros 40, para llegar al futuro de mi vida, donde seguro habrá grandes cosas para sorprenderme.
Por ejemplo. Volver a contemplar el cometa Halley, que pasó por acá en 1986 (regresará en 2062). Ser testigo del primer hombre en pisar Marte (podría ser mi hijo). O del surgimiento de la inteligencia artifical. El descubrimiento de vida extraterrestre. La puesta en marcha, tras un ITER exitoso, del primer reactor DEMO generador comercial de energía de fusión.
O de haber alcanzado éxito literario. Dedicarme por completo a la escritura. Ser invitado a Estocolmo por el rey sueco. Poder desarrollar mi árbol genealógico al completo, indagar más en legajos. Comprarme un castillo medieval, reconstruirlo, recrear vida medieval. Comprarme un velero como Arturo Pérez-Reverte, donde navegar con nietos y familia. Aprender dos idiomas más, ser capaz de leer árabe. Ver mis libros traducidos a múltiples idiomas. Unas Jornadas Literarias de Granada internacionales. Tener una fundación que haga resurgir a la Granada romana que yace en el Albaicín. Hallar la tumba de Muley Hacén en lo alto de Sierra Nevada, y sus memorias junto a él. Viajar, mucho. A Stonehenge, Estambul otra vez, Venecia muchas veces, México, el Gran Cañón del Colorado, buscar oro en el Yucón y el Klondike. Comer carne de mamut congelado.
Cada día de aquí en adelante puede ser el inicio de muchas de estas cosas. Así que aunque ya Caronte me regale medio pasaje para su barca, espero no tener que darle las dos monedas en mucho tiempo, que será siempre menos del que yo desearía. Cumplo cuarenta años, con una mujer y un hijo que son un regalo. Con una familia extensa que cuando nos reunimos es el caos absoluto, por ser absolutamente delicioso y divertido. Con una fascinación por los libros que no cesa y que me sigue llenando de alegría. Del trabajo alimenticio, no hablo. Pero quién sabe si sacaré partido de él de otra forma más literaria.
Caronte, no me esperes por mucho tiempo. Ese es mi deseo.