Desde mi paternidad hace ya cinco meses, mi vida ha cambiado totalmente. De mi vida laboral no hablo, sigue en equilibrio inestable. En lo personal, estoy en adaptación continua a lo que es estar desplazado por trabajo entre semana, y los fines de semana estar a tiempo completo con el cuidado y la responsabilidad de un niño pequeño. También hay disfrute, cada vez más en tanto Blas Jr crece y cambia de ser una máquina de hacer caca a ser un muñequillo risueño y algo travieso. También hay más sueño; más bostezos a medianoche; más reflexiones sobre el futuro.
Y en lo literario, hay menos lectura y menos escritura. Es inevitable, hay nuevas prioridades vitales.
Pero la Literatura no se acaba con el nacimiento de tu hijo. Y por eso me resultó llamativa la entrada que me enviaron desde el Writer Digest, ¿cómo organizarte para seguir siendo escritor a la vez que padre? ¿Cómo mantenerse creativo a pesar del cansancio acumulado?
1.- Piensa en tu historia, en tu argumento.
El agotamiento y el estrés por el niño no durarán siempre. Mientras, aunque no puedas escribir ni una palabra, puedes pensar, así que haz eso. Piensa. En los elementos, en los personajes, en la trama. Mantén tu historia viva en tu mente, progresando, encajando las piezas. Y cuando llegue un momento de calma, anota tus ideas. Ya llegará en momento de escribir. Mientras, puedes construir tu argumento.
2.- Cuando el niño duerme.
Si hay una oportunidad de escribir, es cuando la fierecilla descansa. Eso sí, antes debes haber resuelto todas tus otras obligaciones, hay un dicho que dice "Una esposa feliz, una vida feliz". Si cumples eso, también lograrás una nueva rutina de escritura.
3.- Repasa viejas historias o trabajos sin terminar.
Crear exige más que el hecho de revisar o releer. Si tienes un momento libre, puede ser bueno para tu creatividad releer esas narraciones que empezaste pero no concluiste. Puede darte nuevas perspectivas (qué considerar bien hecho, qué no) y nuevos impulsos para continuar.
4.- Escucha audiolibros.
Si no puedes escribir, puedes estar activo escuchando audiolibros. Requiere menos ataduras que leer, y puedes hacerlo en cualquier momento, incluso mientras realizar tus rutinas de cuidado de tu hijo. [NOTA: lo mismo sucede con las peliculas, si no tienes tiempo para ver la televisión, sí puedes escuchar peliculas audiodescritas. MUY instructivo]
5.-Usa un programa de reconocimiento de texto.
¿No puedes escribir? Pues que un programa lo haga por ti. Mientras estás paseando a la fiera. Hay tanta gente por la calle hablando con el telefono por manos libres que nadie reparará en ti: estarás escribiendo al dictado. Es una forma de avanzar en tu escritura. Puede ser muy cómoda y eficaz.
6.-Escribir te ayudará a sobrevivir al día a día.
Criar a un niño puede ser muy estresante. Escribir, o pensar en escribir, te ayudará a estar calmado. Además, durante la crianza, te verás saturado de información sobre cómo cuidar a tu hijo; y eso te hará más eficaz para analizar y procesar información, una habilidad muy necesaria para los escritores. Te puedes encontrar de pronto con nuevas ideas y nuevos alicientes para escribir.
Ahora mismo, por ejemplo. Mientras la fiera y mi mujer descansan unos minutos, aqui estoy dándole a la tecla y sin dejar de pensar en mi manuscrito, Que es a lo que voy a dedicar unos minutos ahora. No hay que desanimarse por escribir menos, se trata de seguir disfrutando y escribiendo.
El artículo original, aquí:
http://www.writersdigest.com/online-editor/6-ways-to-stay-creative-as-a-writer-when-youre-a-parent?utm_source=newsletter&utm_campaign=wd-bak-nl-151119&utm_content=801404_WDE151124&utm_medium=email
Pues sí, Hemingway fue rechazado veintisiete veces, veintisiete nada menos, veintisiete editoriales que lo descartaron mondo y lirondo. Que luego ganara el premio Nobel de literatura no es lo importante, sino que encajó veintisiete derrotas una tras otra y sin embargo volvía a levantarse. Todo un peso pesado de las letras.
martes, 8 de diciembre de 2015
lunes, 26 de octubre de 2015
ROTURA DE STOCK, O CÓMO PERDER A UN LECTOR O GANARLO.
El mundo editorial tiene un vocabulario propio y rico para designar cada elemento, cada engranaje, que forma parte de la maquinaria del Universo de los Libros. Uno de sus términos es temido por autores, libreros y distribuidores, y aunque no lo sabes, quizás también por ti, lector.
Es el término Rotura de Stock.
Imagina que andas pensando varios días si comprarte o no determinado libro. Un libro que sabes que se vende, que no es muy antiguo y que a lo mejor te lo encuentras anunciado de repente en promoción. Estamos hablando de libro impreso, no en digital. Entras en una librería y lo encargas en persona, o bien online, y te dicen en la librería que está DISPONIBLE. Lo encargas, en una semana estará en tus manos.
Pues no.
Pasa una semana tras otra. ¿Será que coincide el reparto con algún festivo? ¿Será que en septiembre se da prioridad al libro escolar? Será, será... Te mosqueas. Te llegan correos, diciéndote que tengas paciencia. Santo Job, no te olvides de mí. Pasa un mes, te dicen que existe Rotura de Stock y que no pueden servírtelo. Te quedaste sin libro.
La Rotura de Stock es un desajuste entre la oferta y la demanda, que provoca en algún momento que la demanda supere la disponibilidad del libro en cuestión. Se puede producir a nivel de Librería, de Distribuidora o de Editorial. Puede darse tanto con libro nuevo como con libro viejo (con más de 6 meses de vida, para entendernos). A nivel de librería no es problemático. A nivel de distribuidora o editorial puede serlo.
Cómo se produce. Librerías, Distribuidoras y Editoriales tienen su Almacén. Las tres forman una jerarquía, si en un almacén no hay se pide al del nivel superior. Cuando los ejemplares de una tirada están todos distribuidos, digamos que están inmovilizados en los estantes y escaparates, no están en rotación, no vuelven a dormir a alguno de los tres almacenes. Si entonces alguien pide, no se le puede suministrar. También puede suceder que se hayan vendido todos. Eso es más raro: ya se encargaría la editorial de hacer una reimpresión si eso sucede, le interesa vender mientras haya demanda.
Si hay libros disponibles, pero están inmovilizados en las librerías, eso significa que el lector puede que lo encuentre en otra librería. Un librero pierde un cliente, otro lo gana. A lo mejor, también el autor lo pierde; el lector puede preferir no darse más paseos, y compra otro libro.
La rotura de stock puede suponer la pérdida de ventas posibles para la editorial; o un incentivo para sacar rápidamente una nueva tirada de ese libro para aprovechar la demanda.
Existe una forma de rotura de stock propia de grandes centros de venta (GCV). Una falsa rotura de stock. En los grandes centros de venta de libros, su almacén no acapara ejemplares para poder atender la demanda de sus lectores, sino en función de sus convenios con editoriales. Eso significa grandes cantidades de muy pocos títulos, y muy, muy pocos, de muchos títulos. Su objetivo es una rápida rotación de novedades en busca del superventas que cuadre las cifras, donde no importa lo que el Lector quiere comprar, sino que que compre lo que el Vendedor le quiere vender. Recurren a la manida frase: "Lo siento, está descatalogado".
Lo cual no suele ser cierto: lo que dicen es que el libro que tú quieres ellos no lo venden, que compres otro de los que tienen. "Lo siento, está descatalogado" supone que GCV no va a solicitar ese libro que pides a la distribuidora o a la editorial. En su almacén de GCV hay lo que hay. Lo compras, o te vas. En mi caso, me voy.
Esa es la forma de perder un lector, un cliente, un autor, una presentación, un acto de firmas.
Una forma de ganarlo es no engañar al lector. MI MORALEJA: Ve a una librería, de esas que sólo venden libros, no a un GCV que trata a los libros como longanizas.
Es el término Rotura de Stock.
Imagina que andas pensando varios días si comprarte o no determinado libro. Un libro que sabes que se vende, que no es muy antiguo y que a lo mejor te lo encuentras anunciado de repente en promoción. Estamos hablando de libro impreso, no en digital. Entras en una librería y lo encargas en persona, o bien online, y te dicen en la librería que está DISPONIBLE. Lo encargas, en una semana estará en tus manos.
Pues no.
Pasa una semana tras otra. ¿Será que coincide el reparto con algún festivo? ¿Será que en septiembre se da prioridad al libro escolar? Será, será... Te mosqueas. Te llegan correos, diciéndote que tengas paciencia. Santo Job, no te olvides de mí. Pasa un mes, te dicen que existe Rotura de Stock y que no pueden servírtelo. Te quedaste sin libro.
La Rotura de Stock es un desajuste entre la oferta y la demanda, que provoca en algún momento que la demanda supere la disponibilidad del libro en cuestión. Se puede producir a nivel de Librería, de Distribuidora o de Editorial. Puede darse tanto con libro nuevo como con libro viejo (con más de 6 meses de vida, para entendernos). A nivel de librería no es problemático. A nivel de distribuidora o editorial puede serlo.
Cómo se produce. Librerías, Distribuidoras y Editoriales tienen su Almacén. Las tres forman una jerarquía, si en un almacén no hay se pide al del nivel superior. Cuando los ejemplares de una tirada están todos distribuidos, digamos que están inmovilizados en los estantes y escaparates, no están en rotación, no vuelven a dormir a alguno de los tres almacenes. Si entonces alguien pide, no se le puede suministrar. También puede suceder que se hayan vendido todos. Eso es más raro: ya se encargaría la editorial de hacer una reimpresión si eso sucede, le interesa vender mientras haya demanda.
Si hay libros disponibles, pero están inmovilizados en las librerías, eso significa que el lector puede que lo encuentre en otra librería. Un librero pierde un cliente, otro lo gana. A lo mejor, también el autor lo pierde; el lector puede preferir no darse más paseos, y compra otro libro.
La rotura de stock puede suponer la pérdida de ventas posibles para la editorial; o un incentivo para sacar rápidamente una nueva tirada de ese libro para aprovechar la demanda.
Existe una forma de rotura de stock propia de grandes centros de venta (GCV). Una falsa rotura de stock. En los grandes centros de venta de libros, su almacén no acapara ejemplares para poder atender la demanda de sus lectores, sino en función de sus convenios con editoriales. Eso significa grandes cantidades de muy pocos títulos, y muy, muy pocos, de muchos títulos. Su objetivo es una rápida rotación de novedades en busca del superventas que cuadre las cifras, donde no importa lo que el Lector quiere comprar, sino que que compre lo que el Vendedor le quiere vender. Recurren a la manida frase: "Lo siento, está descatalogado".
Lo cual no suele ser cierto: lo que dicen es que el libro que tú quieres ellos no lo venden, que compres otro de los que tienen. "Lo siento, está descatalogado" supone que GCV no va a solicitar ese libro que pides a la distribuidora o a la editorial. En su almacén de GCV hay lo que hay. Lo compras, o te vas. En mi caso, me voy.
Esa es la forma de perder un lector, un cliente, un autor, una presentación, un acto de firmas.
Una forma de ganarlo es no engañar al lector. MI MORALEJA: Ve a una librería, de esas que sólo venden libros, no a un GCV que trata a los libros como longanizas.
domingo, 11 de octubre de 2015
V JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA
Arranca la Cuenta Atrás.
V JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA (7 y 8 de noviembre de 2015)
¡Ven y cuéntalo!
(Con Carolina Molina, Mario Villén Lucena, Blas Malo Poyatos, Sara Esturillo Reyes, Noelia Ibañez Hidalgo, Teo Palacios Herminia Luque, Santiago Castellanos, Andrés Palma, Adolfo Liñán)
Editoriales que colaboran:
Ediciones B
Editorial Áltera
Ediciones Pàmies
Edhasa
Fundación José Manuel Lara
Otras entidades:
Cafetería Bibrambla
Librería Babel
Manuel Ruiz, pintor y autor del cartel de JORNADAS
Biblioteca de Andalucía / Junta de Andalucía
Bodegas Muñana
Agua Lanjarón - Grupo Danone
Universidad de Granada
V JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA (7 y 8 de noviembre de 2015)
¡Ven y cuéntalo!
(Con Carolina Molina, Mario Villén Lucena, Blas Malo Poyatos, Sara Esturillo Reyes, Noelia Ibañez Hidalgo, Teo Palacios Herminia Luque, Santiago Castellanos, Andrés Palma, Adolfo Liñán)
Editoriales que colaboran:
Ediciones B
Editorial Áltera
Ediciones Pàmies
Edhasa
Fundación José Manuel Lara
Otras entidades:
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Manuel Ruiz, pintor y autor del cartel de JORNADAS
Biblioteca de Andalucía / Junta de Andalucía
Bodegas Muñana
Agua Lanjarón - Grupo Danone
Universidad de Granada
domingo, 30 de agosto de 2015
Robert Graves: la novela histórica es como un salchichón
Esta pasada semana disfruté como un enano con "Claudio el dios, y su esposa Mesalina", de Robert Graves. Escrita en 1934, es sorprendente su actualidad. Su prosa es moderna y ágil, su erudición sorprende porque no se hace pesada sino todo lo contrario. Provoca querer saber más.
Y entre otras perlas, a lo largo de este libro inmortal y magistral se halla una mención a la novela histórica. La eterna discusión de si es una etiqueta, si es un género, si no es nada, si es una invención moderna, o qué es.
"Yo había dedicado más de veinte de los mejores años de mi vida a esos libros y tomado infinitas preocupaciones para aprender los distintos idiomas necesarios para reunir y verificar mis hechos. Y ni una sola persona, hasta entonces que yo supiera, se había tomado el trabajo de leerlos. Cuando digo "ni una sola persona" tengo que hacer dos excepciones: Herodes había leído la "Historia de Cartago" —no le interesaba el tema de Etruria— y dijo que aprendió mucho en ella en cuanto al carácter de los fenicios, pero que no creía que mucha gente tuviese el mismo interés que él.
—Este salchichón tiene demasiado carne —dijo—, y no bastantes especias y ajo.
Quería decir que contenía demasiada información y no la suficiente elegancia de redacción. "
(Claudio el Dios, y su esposa Mesalina, pág. 168)
Lo cual es un buen, buen consejo.
Robert Graves (1895-1985)
Y entre otras perlas, a lo largo de este libro inmortal y magistral se halla una mención a la novela histórica. La eterna discusión de si es una etiqueta, si es un género, si no es nada, si es una invención moderna, o qué es.
"Yo había dedicado más de veinte de los mejores años de mi vida a esos libros y tomado infinitas preocupaciones para aprender los distintos idiomas necesarios para reunir y verificar mis hechos. Y ni una sola persona, hasta entonces que yo supiera, se había tomado el trabajo de leerlos. Cuando digo "ni una sola persona" tengo que hacer dos excepciones: Herodes había leído la "Historia de Cartago" —no le interesaba el tema de Etruria— y dijo que aprendió mucho en ella en cuanto al carácter de los fenicios, pero que no creía que mucha gente tuviese el mismo interés que él.
—Este salchichón tiene demasiado carne —dijo—, y no bastantes especias y ajo.
Quería decir que contenía demasiada información y no la suficiente elegancia de redacción. "
(Claudio el Dios, y su esposa Mesalina, pág. 168)
Lo cual es un buen, buen consejo.
jueves, 6 de agosto de 2015
Mika Waltari, cansado de escribir a los 42 años
Si estos días he estado lejos de mi Blog, hay un buen motivo: he sido padre.
Contra pronóstico, mi primogénito se porta bastante bien. Me deja dormir un poco. Me deja leer algo, me deja escribir a ratos.
Estos días tenía deudas pendientes que estoy solventando. Estoy sumergido en "Sinuhé, el egipcio", de Mika Waltari (1908-1979), autor finés que me tiene asombrado. Ya lo consiguió con el primer libro que leí de él, "El ángel sombrío".
Leer sobre su vida es sorprendente.Tuvo éxito con las letras siendo joven. Pronto pudo deja de escribir "como un trabajo" para escribir únicamente "por vocación", gracias a la regalías y liquidaciones por las traducciones de "Sinuhé" y después pudo continuar así gracias a sus siguientes libros. Pero siempre supo que a pesar de ser "Sinuhé" su primera novela, publicada en 1945, traducida a más de cuarenta idiomas, representada en cine y teatro, nunca, nunca, volvería a escribir una novela que tuviera como poco tanto éxito como ella.
A los 42 años descubrió para su horror que, después de haber contado todo lo que quería decir y como quería decirlo, escribir se le hacía más y más tedioso, más y más difícil. Se sentía con menos motivación para escribir. En 1950, Mika Waltari tenía 42 años y se sentía cansado, muy cansado, de escribir. Vivía una vida ordenada con una esposa a la que amaba y tenían una hija adolescente que adoraba.
Ese año, a una petición de sus editores, confesó que se sentía exhausto.
Me quedan 4 años para llegar a esa edad. Yo aún no me he cansado.
Contra pronóstico, mi primogénito se porta bastante bien. Me deja dormir un poco. Me deja leer algo, me deja escribir a ratos.
Estos días tenía deudas pendientes que estoy solventando. Estoy sumergido en "Sinuhé, el egipcio", de Mika Waltari (1908-1979), autor finés que me tiene asombrado. Ya lo consiguió con el primer libro que leí de él, "El ángel sombrío".
Leer sobre su vida es sorprendente.Tuvo éxito con las letras siendo joven. Pronto pudo deja de escribir "como un trabajo" para escribir únicamente "por vocación", gracias a la regalías y liquidaciones por las traducciones de "Sinuhé" y después pudo continuar así gracias a sus siguientes libros. Pero siempre supo que a pesar de ser "Sinuhé" su primera novela, publicada en 1945, traducida a más de cuarenta idiomas, representada en cine y teatro, nunca, nunca, volvería a escribir una novela que tuviera como poco tanto éxito como ella.
A los 42 años descubrió para su horror que, después de haber contado todo lo que quería decir y como quería decirlo, escribir se le hacía más y más tedioso, más y más difícil. Se sentía con menos motivación para escribir. En 1950, Mika Waltari tenía 42 años y se sentía cansado, muy cansado, de escribir. Vivía una vida ordenada con una esposa a la que amaba y tenían una hija adolescente que adoraba.
Ese año, a una petición de sus editores, confesó que se sentía exhausto.
"He vivido demasiado. Demasiado trabajo, demasiada lectura, demasiada escritura, demasiados viajes y demasiadas guerras. Como escritor seguramente he logrado un éxito mayor del que merezco. Sin embargo, intento aceptarlo con modestia, conocedor de que todo es relativo.
No soy un predicador, ni un luchador, ni un profeta. Después de todas mis experiencias y decepciones, si tuviera que resumir de forma general mis libros, sería con estas palabras: libertad individual, humanidad y tolerancia.
Uno necesita, además, un poco de hermosas decepciones para poder seguir viviendo. Puede parecer duro, pero creo que es esencial."
Me quedan 4 años para llegar a esa edad. Yo aún no me he cansado.
domingo, 12 de julio de 2015
Dos reflexiones de escritores
Se necesita ilusión para escribir. A veces esa ilusión nos falta.
Entonces, buscamos ejemplos.
Los comienzos de los que ahora son autores aclamados por el público y la crítica son historias de personas corrientes que nos emocionan porque, en algún momento, siendo personas tan corrientes y anónimas como nosotros, escribieron su primer libro. Empezaron con uno, de alguna forma, de alguna manera. A pesar de que ya en su momento todo el mundo editorial parecía tan complicado como ahora. Consiguieron empezar; perseveraron años; y una combinación adecuada de talento, oportunidad y suerte les trazó el inicio de su carrera con un éxito. El primer gran éxito.
Por eso, si alguno de esos autores ofrece algún consejo de forma desinteresada, puede ser interesante escucharles. Se puede aprender de ellos, ¿por qué no? Un buen consejo que inyecte ilusión puede ser más efectivo que cualquier curso o masterclass sobre cómo escribir.
Sobre la cita de Isaac Asimov: fue pronunciada en una larga entrevista realizada en 1988 por el periodista Bill Moyers, donde el escritor habló sobre lo que opinaba acerca de la ciencia, la religión, la literatura, la vida... Bill Moyers le preguntó cuál era el secreto de su prolífica carrera literaria, con más de 400 publicaciones entre novelas, ensayos, estudios científicos. Fue explícito: tenía una vida estresada. Tenía su familia, sus obligaciones académicas, sus hijos, sus conferencias, sus entrevistas.
Frente a autores que expresan que escribir es lo más importante para ellos, para Asimov lo primero era vivir. No sobrevivía de la escritura, que siempre vio como una actividad complementaria a sus ingresos académicos. Vivía cumpliendo con todas sus responsabilidades y luego, sólo entonces, si encontraba tiempo, escribía. Y si no lo encontraba en un día concreto, no se preocupaba: el día siguiente sería un nuevo día lleno de oportunidades, de nuevas ideas y quizás, con un momento para escribir.
Claro, que tenía una ventaja. Dormía poco. No tenía insomnio, necesitaba pocas horas de sueño profundo para despejarse. Estaba acostumbrado desde su juventud en la pastelería de sus padres a madrugar y realizar jornadas de hasta 16 horas. Y la escritura para él no era sólo el acto mecánico de escribir, sino también el de imaginar. Él tenía imaginación; era capaz de crear en su cabeza en cualquier momento o instante. Sólo le faltaba pasarlo a máquina al papel. Era veloz tecleando: era un animal al teclado de su máquina de escribir, decía que era capaz de teclear mucho más rápidamente que escribiendo palabras a mano. La vida le inspiraba, la Historia le inspiraba, la Ciencia le inspiraba. Su propia ilusión le ilusionaba.
Sobre la cita de Ken Follet: fue pronunciada en una entrevista realizada en el programa británico "Eye to Eye" en 2011. En ella habla de sus orígenes, de sus inicios, de su última trilogía "The Century" y también sobre el futuro, sobre los libros electrónicos, sobre internet, sobre las nuevas juventudes. Se expresa con claridad meridiana. El ocio digital está entre nosotros y los jóvenes son afortunados al tener tantos elementos de ocio para divertirse. ¿Se lee? Sí. Más que antes. Los niños leen, si encuentran algo que les guste leer, y pone sin tapujos como ejemplo la obra de J. K. Rowling ("Harry Potter"). No entra a discutir si leer a Rowling en vez de Shakespeare es motivo de rasgarse las vestiduras (compárese la polémica sobre los jóvenes españoles y el Quijote de Cervantes), sino que el mismo hecho de leer algo que les entusiasme es para celebrarlo. "Esas larguísimas colas para comprar el libro sobre Harry Potter indican que quieren leer lo que les gusta". Que hay más lectores que antes, sólo hay que ofrecerles libros de su interés para que lean en vez de jugar a las videoconsolas. Y él lo tiene claro: ante tanta demanda de ocio, para que se lea más por parte de jóvenes y adultos, sólo hay una forma: hay que escribir mejores libros.
La pregunta del millón sería: ¿qué es escribir mejores libros? Para Ken Follet, es escribir libros que involucren emocionalmente al lector, que hagan que no quiera dejar de leer, sobre temas que el lector quiera leer. No habla de críticos literarios. Ken Follet, en otra entrevista, lo dijo claro: tener cien millones de lectores es mucho más satisfactorio para él que ganar el premio Nobel de Literatura. Los lectores son los jueces.
Entonces, buscamos ejemplos.
Los comienzos de los que ahora son autores aclamados por el público y la crítica son historias de personas corrientes que nos emocionan porque, en algún momento, siendo personas tan corrientes y anónimas como nosotros, escribieron su primer libro. Empezaron con uno, de alguna forma, de alguna manera. A pesar de que ya en su momento todo el mundo editorial parecía tan complicado como ahora. Consiguieron empezar; perseveraron años; y una combinación adecuada de talento, oportunidad y suerte les trazó el inicio de su carrera con un éxito. El primer gran éxito.
Por eso, si alguno de esos autores ofrece algún consejo de forma desinteresada, puede ser interesante escucharles. Se puede aprender de ellos, ¿por qué no? Un buen consejo que inyecte ilusión puede ser más efectivo que cualquier curso o masterclass sobre cómo escribir.
Isaac Asimov (1920-1992)
"El secreto de mi creatividad es sencillo. ¿Cuándo escribo? Cuando no estoy haciendo ninguna otra cosa."
Ken Follet (nacido en 1949)
"¿Que los jóvenes leen poco? ¿Que los libros no pueden competir con el ocio digital? No es cierto. Para que los jóvenes prefieran los libros al ocio digital sólo hay que hacer una cosa: escribir mejores libros."
Sobre la cita de Isaac Asimov: fue pronunciada en una larga entrevista realizada en 1988 por el periodista Bill Moyers, donde el escritor habló sobre lo que opinaba acerca de la ciencia, la religión, la literatura, la vida... Bill Moyers le preguntó cuál era el secreto de su prolífica carrera literaria, con más de 400 publicaciones entre novelas, ensayos, estudios científicos. Fue explícito: tenía una vida estresada. Tenía su familia, sus obligaciones académicas, sus hijos, sus conferencias, sus entrevistas.
Frente a autores que expresan que escribir es lo más importante para ellos, para Asimov lo primero era vivir. No sobrevivía de la escritura, que siempre vio como una actividad complementaria a sus ingresos académicos. Vivía cumpliendo con todas sus responsabilidades y luego, sólo entonces, si encontraba tiempo, escribía. Y si no lo encontraba en un día concreto, no se preocupaba: el día siguiente sería un nuevo día lleno de oportunidades, de nuevas ideas y quizás, con un momento para escribir.
Claro, que tenía una ventaja. Dormía poco. No tenía insomnio, necesitaba pocas horas de sueño profundo para despejarse. Estaba acostumbrado desde su juventud en la pastelería de sus padres a madrugar y realizar jornadas de hasta 16 horas. Y la escritura para él no era sólo el acto mecánico de escribir, sino también el de imaginar. Él tenía imaginación; era capaz de crear en su cabeza en cualquier momento o instante. Sólo le faltaba pasarlo a máquina al papel. Era veloz tecleando: era un animal al teclado de su máquina de escribir, decía que era capaz de teclear mucho más rápidamente que escribiendo palabras a mano. La vida le inspiraba, la Historia le inspiraba, la Ciencia le inspiraba. Su propia ilusión le ilusionaba.
Sobre la cita de Ken Follet: fue pronunciada en una entrevista realizada en el programa británico "Eye to Eye" en 2011. En ella habla de sus orígenes, de sus inicios, de su última trilogía "The Century" y también sobre el futuro, sobre los libros electrónicos, sobre internet, sobre las nuevas juventudes. Se expresa con claridad meridiana. El ocio digital está entre nosotros y los jóvenes son afortunados al tener tantos elementos de ocio para divertirse. ¿Se lee? Sí. Más que antes. Los niños leen, si encuentran algo que les guste leer, y pone sin tapujos como ejemplo la obra de J. K. Rowling ("Harry Potter"). No entra a discutir si leer a Rowling en vez de Shakespeare es motivo de rasgarse las vestiduras (compárese la polémica sobre los jóvenes españoles y el Quijote de Cervantes), sino que el mismo hecho de leer algo que les entusiasme es para celebrarlo. "Esas larguísimas colas para comprar el libro sobre Harry Potter indican que quieren leer lo que les gusta". Que hay más lectores que antes, sólo hay que ofrecerles libros de su interés para que lean en vez de jugar a las videoconsolas. Y él lo tiene claro: ante tanta demanda de ocio, para que se lea más por parte de jóvenes y adultos, sólo hay una forma: hay que escribir mejores libros.
La pregunta del millón sería: ¿qué es escribir mejores libros? Para Ken Follet, es escribir libros que involucren emocionalmente al lector, que hagan que no quiera dejar de leer, sobre temas que el lector quiera leer. No habla de críticos literarios. Ken Follet, en otra entrevista, lo dijo claro: tener cien millones de lectores es mucho más satisfactorio para él que ganar el premio Nobel de Literatura. Los lectores son los jueces.
sábado, 20 de junio de 2015
Ken Follet no tenía Facebook. Tenía un coche roto. 008/365
Es cierto. No tenía, cuando escribió sus primeras DIEZ NOVELAS, que sólo tuvieron una acogida mediocre. Tampoco tenía Twitter. Nada de eso de redes sociales informáticas existía.
Sólo tenía un coche roto.
"El inicio de todo fue que mi viejo coche se averió, un viejo Vauxhall Ventura. La reparación suponía 200 libras, que no podía permitirme pagar. Yo trabajaba en aquel entonces de periodista, y otro compañero en el periódico había escrito un thriller y el anticipo que le pagó el editor fueron 200 libras, justo la cantidad que yo necesitaba para que me arreglaran el coche. Así que tras pensarlo unos días, decidí que si él había podido, ¿por qué yo no? Y así se lo dije a mi mujer.
-¿Sabes, querida? Voy a escribir un libro, voy a escribir un thriller.
-¿Ah, sí? -respondió sin darle más importancia, mientras me ponía la cena.
Escribí el libro, lo ofrecí al mismo editor. Y lo quiso. Me dio un anticipo de 500 libras, y pude arreglar mi coche. Pensé que podía escribir otro libro.Y eso hice."
Su primer libro se tituló The Big Needle, escrito bajo el pseudónimo Simon Myles en 1974.
Apenas vendió doscientos ejemplares.
Nueve libros y cuatro años más tarde logró el éxito con Eye of The Needle, su primer gran éxito de ventas.
Hoy en día tiene cuenta en Facebook, con 296.212 seguidores.
Bitácora 008/365
Sólo tenía un coche roto.
"El inicio de todo fue que mi viejo coche se averió, un viejo Vauxhall Ventura. La reparación suponía 200 libras, que no podía permitirme pagar. Yo trabajaba en aquel entonces de periodista, y otro compañero en el periódico había escrito un thriller y el anticipo que le pagó el editor fueron 200 libras, justo la cantidad que yo necesitaba para que me arreglaran el coche. Así que tras pensarlo unos días, decidí que si él había podido, ¿por qué yo no? Y así se lo dije a mi mujer.
-¿Sabes, querida? Voy a escribir un libro, voy a escribir un thriller.
-¿Ah, sí? -respondió sin darle más importancia, mientras me ponía la cena.
Escribí el libro, lo ofrecí al mismo editor. Y lo quiso. Me dio un anticipo de 500 libras, y pude arreglar mi coche. Pensé que podía escribir otro libro.Y eso hice."
Su primer libro se tituló The Big Needle, escrito bajo el pseudónimo Simon Myles en 1974.
Apenas vendió doscientos ejemplares.
Nueve libros y cuatro años más tarde logró el éxito con Eye of The Needle, su primer gran éxito de ventas.
Hoy en día tiene cuenta en Facebook, con 296.212 seguidores.
Bitácora 008/365
viernes, 5 de junio de 2015
La Era de los Autores 007/365
"Más del 90% de los jóvenes de los EE.UU. dicen que desean escribir un libro algún día"
(Jane McGonigal)
¿Elimina eso la noción de qué es un Escritor, como una identidad especial?
Porque, si cada uno de nosotros es un escritor, ¿qué hace que un escritor determinado sea especial?
Entoces, ¿será por eso que los escritores "conocidos" están asustados?
Si cualquiera puede ser un escritor y ninguno desea ser un lector, entonces, ¿quién nos leerá? ¿Quién nos pondrá en un pedestal, si todos los demás están
también escribiendo? ¿Y eso no hará que los buenos libros (nuestros buenos libros)
queden sepultados por la mediocridad?
Ya no volveremos a la época en la que se consumía cultura de forma pasiva. Los escritores que deseen hacerse visibles o diferenciarse en el mercado:
-Tendrán que relacionarse activamente con sus lectores (e incluso antes, tendrán que averiguar quiénes son sus lectores, o dónde están)
-Deberán pensar más allá del libro para dar a conocer sus creaciones literarias.
(Extraído y traducido del Blog de Jane Friedman: http://janefriedman.com/2015/05/29/book-writing-dream/ )
Bitácora 007/365
domingo, 31 de mayo de 2015
Y dijo ayer el imán de Granada... 006/365
—Insh Alláh, Insh Alláh... —El imán extendió las manos mientras hablaba desde el almimbar de la mezquita mayor de Granada, deseando parabienes a la concurrencia, y a los novios, nerviosos y felices.
La mezquita mayor, en el corazón de la ciudad, rodeada de tiendas de cambistas, de perfumistas y de la alcaicería con sedas de la Alpujarra y orfebrería del oro del Sudán, más allá de Siyilmassa; el corazón religioso de la medina.
—Insh Alláh, Insh Alláh..
—Ojalá, ojalá...
—Dios lo quiera, Dios lo quiera...
Ayer estuve de boda. Se celebró en el Sagrario, adyacente a la catedral renacentista terminada en 1563 con Diego de Siloé como maestro de obras. En el corazón católico de la ciudad tomada por los reyes Isabel y Fernando a los nazaríes, se levantó la iglesia parroquial de El Sagrario sobre el solar de la antigua mezquita mayor. En esa iglesia de raíces pétreas que se alimentan de pasado de Reconquista y de aljibe musulmán (aún existe, oculto en los subterráneos), oír al sacerdotesu sermón empezando con "Ojalá, ojalá" me sumió en un viaje de siglos evocador, inspirador. ¡Qué rico es nuestro pasado!
La novia estaba radiante.
Bitácora 006/365
La mezquita mayor, en el corazón de la ciudad, rodeada de tiendas de cambistas, de perfumistas y de la alcaicería con sedas de la Alpujarra y orfebrería del oro del Sudán, más allá de Siyilmassa; el corazón religioso de la medina.
—Insh Alláh, Insh Alláh..
—Ojalá, ojalá...
—Dios lo quiera, Dios lo quiera...
Ayer estuve de boda. Se celebró en el Sagrario, adyacente a la catedral renacentista terminada en 1563 con Diego de Siloé como maestro de obras. En el corazón católico de la ciudad tomada por los reyes Isabel y Fernando a los nazaríes, se levantó la iglesia parroquial de El Sagrario sobre el solar de la antigua mezquita mayor. En esa iglesia de raíces pétreas que se alimentan de pasado de Reconquista y de aljibe musulmán (aún existe, oculto en los subterráneos), oír al sacerdotesu sermón empezando con "Ojalá, ojalá" me sumió en un viaje de siglos evocador, inspirador. ¡Qué rico es nuestro pasado!
La novia estaba radiante.
Bitácora 006/365
domingo, 24 de mayo de 2015
Edmundo de Amicis 005/365
Y ahora, el lector acompáñeme al hotel a tomar un poco de aliento.
Una gran parte de lo que hasta aquí he descrito, lo visitamos mi amigo y yo el día mismo de nuestra llegada; imagínese el que que lo lee, cómo debíamos tener la cabeza al volver a la fonda, cuando caía la noche.
Durante el camino, no dijimos ni una palabra; y apenas hubimos entrado en el cuarto, nos dejamos caer sobre el sofá, mirándonos cara a cara, y preguntándonos los dos a un mismo tiempo:
—¿Qué te parece?
—¿Qué me dices?
—¡Y pensar que he venido aquí para pintar!
—¡Y yo para escribir!
Y ambos nos sonreímos en señal de fraternal compasión.
Aquella tarde, en efecto, aun durante algunos días después, si Su Majestad Abdul-Aziz me hubiera ofrecido en premio una provincia de Asia Menor, no me hubiera atrevido a escribir diez líneas seguidas acerca de la capital de sus Estados; tan cierto es, que para describir las grandes cosas, es preciso hacerlo de lejos, y para acordarse bien, haberlas olvidado un poco.
¿Y cómo hubiera podido escribir en un cuarto, desde el cual se contempla el Bósforo, Scutari y la cima del Olimpo?
Edmundo de Amicis, "Constantinopla" (ALMED Editorial)
Y es que leer es eso, provocar envidia con lo que las páginas escritas te descubren: más vidas, más personas, hombres y mujeres, ciudades maravillosas... que este mundo de miserias también tiene grandezas que inspira a querer escaparse y a recorrerlo, a aprender idiomas, a beber café en Estambul y a detenerse para saborear todo lo que nos rodea.
La vida moderna de oficinista nos encierra en un cubículo, y todo eso nos lo perdemos. Ya no miramos a la gente, ni nos preguntamos por qué. Por qué corremos de un lado para otro, huyendo para no vivir.
Quiero volver a Bizancio / Constantinopla / Estambul. ¿Cuándo?
No quiero que me falte vida para ello.
Bitácora 005/365
Una gran parte de lo que hasta aquí he descrito, lo visitamos mi amigo y yo el día mismo de nuestra llegada; imagínese el que que lo lee, cómo debíamos tener la cabeza al volver a la fonda, cuando caía la noche.
Durante el camino, no dijimos ni una palabra; y apenas hubimos entrado en el cuarto, nos dejamos caer sobre el sofá, mirándonos cara a cara, y preguntándonos los dos a un mismo tiempo:
—¿Qué te parece?
—¿Qué me dices?
—¡Y pensar que he venido aquí para pintar!
—¡Y yo para escribir!
Y ambos nos sonreímos en señal de fraternal compasión.
Aquella tarde, en efecto, aun durante algunos días después, si Su Majestad Abdul-Aziz me hubiera ofrecido en premio una provincia de Asia Menor, no me hubiera atrevido a escribir diez líneas seguidas acerca de la capital de sus Estados; tan cierto es, que para describir las grandes cosas, es preciso hacerlo de lejos, y para acordarse bien, haberlas olvidado un poco.
¿Y cómo hubiera podido escribir en un cuarto, desde el cual se contempla el Bósforo, Scutari y la cima del Olimpo?
Edmundo de Amicis, "Constantinopla" (ALMED Editorial)
Y es que leer es eso, provocar envidia con lo que las páginas escritas te descubren: más vidas, más personas, hombres y mujeres, ciudades maravillosas... que este mundo de miserias también tiene grandezas que inspira a querer escaparse y a recorrerlo, a aprender idiomas, a beber café en Estambul y a detenerse para saborear todo lo que nos rodea.
La vida moderna de oficinista nos encierra en un cubículo, y todo eso nos lo perdemos. Ya no miramos a la gente, ni nos preguntamos por qué. Por qué corremos de un lado para otro, huyendo para no vivir.
Quiero volver a Bizancio / Constantinopla / Estambul. ¿Cuándo?
No quiero que me falte vida para ello.
Bitácora 005/365
jueves, 14 de mayo de 2015
El cariño de los lectores, desde Uruguay 004/365
14.05.2015 De hoy. El cariño de los lectores:
"El motivo de mi comentario es resaltar que he tenido la oportunidad últimamente como uruguayo de leer autores españoles de la altura de Blas Malo Poyatos, Julia Navarro, Santiago Posteguillo entre otros y destaco el talento de su pluma y la capacidad de enseñarte cuestiones históricas como si las estuvieras viviendo en primera persona, como testigo directo de los mismos.
Sin caer en prolegómenos redundantes y aportando ideas claras y precisas con un excelente toque de ficcion, donde sentimos y vibramos con los personajes, demostrándonos consecuentemente las miserias de la vida,el poder y la riqueza que nos subsumen en un mar de pensamientos. Obras ccomo "El Señor de Castilla" de Blas Malo o "Dime Quien Soy " de Julia Navarro y la trilogia Roma de Santiago Posteguillo son únicas en ese mundo de la escritura donnde es dificil estar y mantenerse. "
(Marcelo Arruda. "Redelibros.es" )
http://redelibros.es/social/posts/82610/marcelo-arruda
Y así uno se acuesta a las 2:00 am, con ganas de seguir escribiendo en vez de desilusionarse con negativismos. Desde Uruguay, nada menos.
Bitácora 004/365
"El motivo de mi comentario es resaltar que he tenido la oportunidad últimamente como uruguayo de leer autores españoles de la altura de Blas Malo Poyatos, Julia Navarro, Santiago Posteguillo entre otros y destaco el talento de su pluma y la capacidad de enseñarte cuestiones históricas como si las estuvieras viviendo en primera persona, como testigo directo de los mismos.
Sin caer en prolegómenos redundantes y aportando ideas claras y precisas con un excelente toque de ficcion, donde sentimos y vibramos con los personajes, demostrándonos consecuentemente las miserias de la vida,el poder y la riqueza que nos subsumen en un mar de pensamientos. Obras ccomo "El Señor de Castilla" de Blas Malo o "Dime Quien Soy " de Julia Navarro y la trilogia Roma de Santiago Posteguillo son únicas en ese mundo de la escritura donnde es dificil estar y mantenerse. "
(Marcelo Arruda. "Redelibros.es" )
http://redelibros.es/social/posts/82610/marcelo-arruda
Y así uno se acuesta a las 2:00 am, con ganas de seguir escribiendo en vez de desilusionarse con negativismos. Desde Uruguay, nada menos.
Bitácora 004/365
martes, 12 de mayo de 2015
Hanlin Yuan y la Gran Enciclopedia del Mundo 003/365
Pekín, 24 de Junio de 1900: Las escasas tropas aliadas
occidentales se enfrentan al poderoso movimiento nacionalista chino.
Intentando acabar con los occidentales, los chinos prenden fuego a
varios edificios alcanzando al edificio HanLin Yuan.
Este edificio conservaba la única copia existente (la otra desapareció en 1449) de la "Gran Enciclopedia del Mundo", o enciclopedia Yung-lo Ta-tien, obra monumental formada por 22.937 secciones sobre todas las cosas humanas y divinas y compuesta por más de 370 millones de palabras.
Fue culminada en 1407 y en ella trabajaron 2.000 sabios.
La obra estaba totalmente interrelacionada y se decía que para leer un párrafo era necesario conocer todos los dialectos.
También fue comparada con el mismísimo universo porque se supuso que nadie jamás sería capaz de recorrerla íntegra. Su fin era preservar la identidad china. Un inglés que presenció la destrucción (Lancelot Giles) se arrojó al fuego gritando "Yo salvé la sección 13.345 por mí mismo"
(De http://www.todolibroantiguo.es)
Bitácora 003/ 365
lunes, 11 de mayo de 2015
Comprar libros a ciegas 002/365
En la Casa del Libro de Málaga, han tenido una idea genial consistente en envolver
libros, dar pistas a los lectores e invitarles a comprar a ciegas. ¿Se
fiarán del criterio del librero?
¿Te fiarías tú?
Porque el librero se convierte así en un amigo, casi en un psicólogo. En un vaticinador: Eres lo que lees. ¿Leerás esto? Así, comprar libros vuelve a ser un descubrimiento, una sorpresa, un viaje al paraíso. Más, si cabe.
Bitácora 002/365. Gracias a Jesús Lens por la noticia.
¿Te fiarías tú?
Porque el librero se convierte así en un amigo, casi en un psicólogo. En un vaticinador: Eres lo que lees. ¿Leerás esto? Así, comprar libros vuelve a ser un descubrimiento, una sorpresa, un viaje al paraíso. Más, si cabe.
Bitácora 002/365. Gracias a Jesús Lens por la noticia.
domingo, 10 de mayo de 2015
Joseph Campbell y "El héroe de las mil caras". 001/365
Semana terrible. No sólo por la ingeniería y la política a todas horas salpicando (en la tele y en el trabajo), también en las redes sociales sobre la piratería digital, la desidia de las administraciones públicas, la desconfianza, la apatía, la indiferencia de los lectores, la desilusión. Por escribir, por crear, por comunicar.
La semana pasada leí un libro maravillloso. Joseph Campbell y "El héroe de las mil caras".
Y no he parado de pensar en él, en cómo los mitos han sido un puente durante milenios entre la dura realidad y la comprensión de las cosas. El viaje del héroe: la salida, el paso por el Umbral, y el consejo / guía del Guardián del Umbral; la iniciación, las pruebas (que son las pruebas de la misma vida), el logro de la meta; y el regreso. El reparto del elixir, del conocimiento. Un círculo, que se inicia. Una y otra vez.
He comprendido, no que Ulises era un hombre, sino que cada hombre es Ulises, o que cada hombre lucha por ser como Ulises, por no desfallecer, por marchar a Troya a luchar con la esperanza de regresar a Ítaca, pronto, tarde, ¡regresar!. He comprendido que los Portales están ahí, en cada actividad. Los portales y los Guardianes del Umbral. Al abrir un libro. Al conectarse a Internet. Al visitar a amigos y familia. Al atravesar cualquier puerta. Al poner el bolígrafo sobre un papel en blanco.
En una búsqueda errante de un Guardián que me guíe en mis pasos, he comprendido, que, pronto, yo mismo seré un Guardián cuando mi hijo cruce el Umbral que su madre ha estado preparando por meses. Ya falta poco. Sí. Por él, seré. Espero guiarle con fortuna.
Al igual que me he propuesto un Plan. Me he propuesto escribir todos los días una entrada, por 365 años. Algo positivo sobre libros, todos los días. No más negativismo. Es un Plan que me propongo. Escribir poco o mucho en este blog. Sea leído, o no. Espero que mi ilusión mejore con ello.
Buen domingo. Esta es la bitácora 001/365
La semana pasada leí un libro maravillloso. Joseph Campbell y "El héroe de las mil caras".
Y no he parado de pensar en él, en cómo los mitos han sido un puente durante milenios entre la dura realidad y la comprensión de las cosas. El viaje del héroe: la salida, el paso por el Umbral, y el consejo / guía del Guardián del Umbral; la iniciación, las pruebas (que son las pruebas de la misma vida), el logro de la meta; y el regreso. El reparto del elixir, del conocimiento. Un círculo, que se inicia. Una y otra vez.
He comprendido, no que Ulises era un hombre, sino que cada hombre es Ulises, o que cada hombre lucha por ser como Ulises, por no desfallecer, por marchar a Troya a luchar con la esperanza de regresar a Ítaca, pronto, tarde, ¡regresar!. He comprendido que los Portales están ahí, en cada actividad. Los portales y los Guardianes del Umbral. Al abrir un libro. Al conectarse a Internet. Al visitar a amigos y familia. Al atravesar cualquier puerta. Al poner el bolígrafo sobre un papel en blanco.
En una búsqueda errante de un Guardián que me guíe en mis pasos, he comprendido, que, pronto, yo mismo seré un Guardián cuando mi hijo cruce el Umbral que su madre ha estado preparando por meses. Ya falta poco. Sí. Por él, seré. Espero guiarle con fortuna.
Al igual que me he propuesto un Plan. Me he propuesto escribir todos los días una entrada, por 365 años. Algo positivo sobre libros, todos los días. No más negativismo. Es un Plan que me propongo. Escribir poco o mucho en este blog. Sea leído, o no. Espero que mi ilusión mejore con ello.
Buen domingo. Esta es la bitácora 001/365
domingo, 12 de abril de 2015
Escribir una novela (XXIV): librito o novelón
Cuando comienzo a pensar en una nueva idea, en un nuevo argumento, aparte de tener una escena como punto de partida y una ambientación de época que rodee la historia y la complete, me hago una reflexión: cuántas páginas deseo escribir para dar forma a mi nueva novela.
No es asunto baladí.¿Importa eso al desatar la creatividad? ¿No dicen que cada historia, si se hacen caso a las Musas, acaba teniendo las páginas que necesita, ni más ni menos? Las Musas inspiran, pero el que escribe y decide es el escritor. ¿Es necesario detallar cada mínimo gesto de los personajes? Hay que tener en cuenta que se debe detallar cuando lo que se detalla es importante para la novela, y no sólo si es ambientación.
Novelas con mil y pico páginas, haberlas haylas. Con trescientas y menos, también. Un escritor puede necesitar decenas de páginas porque desea contarnos algo relevante, o simplemente pretende causar placer estético al recrearse, o bien, se le va de las manos las subtramas y los personajes. O bien, porque realmente es una novela coral que necesita todo eso. Es fácil rellenar cientos de páginas: crea muchos personajes y cruza sus vidas, que aparezcan conflictos, desenlaces, hechos... Lo difícil, difícil, es mantener el interés del lector es esos cientos de páginas, ahí radicar la habilidad del escritor. Pero por otro lado, ¿es menos hábil quien es capaz de emocionar más con menos palabras? ¿Quien comprime una historia completa en trescientas páginas, sin excesos, sin decenas de personajes, sin tramas que duren treinta años? Yo creo que es más hábil el que reduce que el que extiende. Libros gruesos, libros livianos: he leído de ambas clases, y en ambas he tropezado con auténticas joyas que devoraba horas y horas, y peñazos auténticos que se me atragantaban.
Aparte de la experiencia lectora de cada lector, que influye y mucho en cómo afronta cada nueva lectura, sí me hago una reflexión cierta. Antes, de adolescente, y antes de ponerme yo mismo a escribir, disponía de mucho más tiempo para leer. No me importaban las páginas si el novelón lo merecía. Tragaba y tragaba. Ahora, con más años, más obligaciones, más interrupciones (es ya una utopia disponer de 4 o 5 horas seguidas de lectura), más estrés, más cinismo, más desengaño, más de todo, ya no tengo tanto tiempo. Estoy empezado a tener preferencia por libros de espesor moderado, que no me condicionen mi escaso tiempo en demasía y que no se me eternice la lectura. Así, además, puedo leer más libros, más autores, y recrearme en más narraciones que esperan. Mi "Pila de Lecturas Pendientes" es desasosegadora.
Pero luego reviso mi librería, me regocijo en lo que leí y disfruté, y digo, de tanto en tanto, "¡Qué carajo! Ahora le toca a éste". Sin discriminar si tiene más o menos páginas. A leer y punto.
Importante. Si escribes teniendo en mente un objetivo de páginas, serás capaz de centrarte en lo valioso y en eliminar lo superfluo de tu escritura. Plantéate qué escribir, pero cómo escribirlo para condensarlo en pocas páginas. Es un buen truco para dar agilidad de relámpago a tu manuscrito.
Como recomendación: piensa crear un manuscrito de 300 páginas, y tal que seas capaz de escribirlo en un año.
A partir de ahí, culpa a las Musas.
No es asunto baladí.¿Importa eso al desatar la creatividad? ¿No dicen que cada historia, si se hacen caso a las Musas, acaba teniendo las páginas que necesita, ni más ni menos? Las Musas inspiran, pero el que escribe y decide es el escritor. ¿Es necesario detallar cada mínimo gesto de los personajes? Hay que tener en cuenta que se debe detallar cuando lo que se detalla es importante para la novela, y no sólo si es ambientación.
Novelas con mil y pico páginas, haberlas haylas. Con trescientas y menos, también. Un escritor puede necesitar decenas de páginas porque desea contarnos algo relevante, o simplemente pretende causar placer estético al recrearse, o bien, se le va de las manos las subtramas y los personajes. O bien, porque realmente es una novela coral que necesita todo eso. Es fácil rellenar cientos de páginas: crea muchos personajes y cruza sus vidas, que aparezcan conflictos, desenlaces, hechos... Lo difícil, difícil, es mantener el interés del lector es esos cientos de páginas, ahí radicar la habilidad del escritor. Pero por otro lado, ¿es menos hábil quien es capaz de emocionar más con menos palabras? ¿Quien comprime una historia completa en trescientas páginas, sin excesos, sin decenas de personajes, sin tramas que duren treinta años? Yo creo que es más hábil el que reduce que el que extiende. Libros gruesos, libros livianos: he leído de ambas clases, y en ambas he tropezado con auténticas joyas que devoraba horas y horas, y peñazos auténticos que se me atragantaban.
Aparte de la experiencia lectora de cada lector, que influye y mucho en cómo afronta cada nueva lectura, sí me hago una reflexión cierta. Antes, de adolescente, y antes de ponerme yo mismo a escribir, disponía de mucho más tiempo para leer. No me importaban las páginas si el novelón lo merecía. Tragaba y tragaba. Ahora, con más años, más obligaciones, más interrupciones (es ya una utopia disponer de 4 o 5 horas seguidas de lectura), más estrés, más cinismo, más desengaño, más de todo, ya no tengo tanto tiempo. Estoy empezado a tener preferencia por libros de espesor moderado, que no me condicionen mi escaso tiempo en demasía y que no se me eternice la lectura. Así, además, puedo leer más libros, más autores, y recrearme en más narraciones que esperan. Mi "Pila de Lecturas Pendientes" es desasosegadora.
Pero luego reviso mi librería, me regocijo en lo que leí y disfruté, y digo, de tanto en tanto, "¡Qué carajo! Ahora le toca a éste". Sin discriminar si tiene más o menos páginas. A leer y punto.
Importante. Si escribes teniendo en mente un objetivo de páginas, serás capaz de centrarte en lo valioso y en eliminar lo superfluo de tu escritura. Plantéate qué escribir, pero cómo escribirlo para condensarlo en pocas páginas. Es un buen truco para dar agilidad de relámpago a tu manuscrito.
Como recomendación: piensa crear un manuscrito de 300 páginas, y tal que seas capaz de escribirlo en un año.
A partir de ahí, culpa a las Musas.
jueves, 26 de marzo de 2015
Cuando se juntan escritores: IV Jornadas
Qué decir de estas Cuartas Jornadas, de las que soy miembro organizador, que no haya dicho ya en las otras ocasiones: que hay que acercar libros y autores a los lectores. Involucrar a los autores a acercarse a los que les leen; animar a la empresa privada a invertir en acción cultural.
Lo pasamos de fábula. Los ponentes y autores, fabulosos. La Biblioteca de Andalucía, maravillosa. Nuestros patrocinadores, decididos a seguir apostando por nosotros. Los lectores, animosos.
Los autores también necesitamos cariño en estos tiempos complicados. Lo digital está bien, pero nos gusta el papel. La Asociación "Jornadas de Novela Histórica de Granada" sigue creciendo. Os animo a visitarnos:
BLOG: http://jornadasdenovelahistoricaengranada.blogspot.com.es/
Foto 01: Inicio de IV Jornadas de Novela Histórica de Granada
De izquierda a derecha: Mario Villén, Blas Malo, Carolina Molina, José Manuel Barrios
José Barroso, Francisco Núñez, Coia Valls, Jorge Rodriguez
Foto 02: Apertura de Jornadas. Blas Malo, Mario Villén, Carolina Molina
Foto 03: "Vida cotidiana en Granada".
Carolina Molina, José Manuel Barrios, Julio Navarro, Jorge Rodríguez
Foto 04: "Entre la leyenda y la historia"
Emilio Ballesteros, Mario Villén, Carolina Molina, José Barroso, Blas Malo, Carlos Almira
Foto 05: "Guerra y violencia".
Gabriel Castelló, Carolina Molina, Javier Negrete, Blas Malo, Mario Villén
Foto 06: Con los miembros del blog literario "La espada en la tinta", en el centro : Loren y Jana
Foto 07: "En tiempo de cólera"
Carolina Molina, Coia Valls, Francisco Núñez
Foto 08: Hermanamiento con "Jornadas de Novela de Écija"
Mario Villén, Carollina Molina, Blas Malo y Manuel Sánchez-Sevilla (JNE)
Foto 09: Staff de "Jornadas de Novela Histórica de Granada"
Blas Malo, Carolina Molina, Mario Villén, Noelia Ibáñez, Sara Esturillo
Los domingos 7 y 15 de marzo, además, se organizaron 3 rutas literarias por Granada y Moclín. Éxito total.
La vida es complicada, y a veces muy, difícil. Entre otras cosas, tenemos libros para hacerla más llevadera.
jueves, 26 de febrero de 2015
Los señores del mal
Hoy no hablo sobre libros.
Ayer estuve viendo un documental, uno más, sobre la Segunda
Guerra Mundial. Estaba vez trataba sobre el final de la guerra y la decisión
del Departamento de Defensa estadounidense de invitar y animar a los grandes
estudios de cine de Hollywood a visitar la Europa devastada tras la guerra para
inspirarles argumentos sobre el conflicto armado, para dar propaganda a la
Victoria, para justificar el empleo de
las bombas atómicas en Japón y para crear el mito del Soldado guerrero americano,
que marcha joven y valiente a la guerra, dispuesto a luchar por el Bien, a
vencer el Mal, y vuelve victorioso, mejor, más fuerte.
En el documental se habla de los retornados. Jóvenes
traumatizados sobre su experiencia en Okinawa, en el norte de África, en
Berlín; jóvenes necesitados de una reeducación para su regreso a la vida civil;
mutilados y tullidos ofrecidos como ejemplos de superación y carácter en las
múltiples películas heroicas que siguieron. En centros especiales del ejército
se creó una sección especial de psiquiatría destinado a devolver la cordura a
los que volvieron locos, mudos, petrificados por su experiencia de la guerra.
El documental mostraba parta de esas filmaciones, vetadas por el gobierno
durante 30 años: la vulnerabilidad de sus soldados, que los hacía tan humanos y
débiles como cualquier otra persona, rompía el mito del soldado guerrero
americano; nada de eso debía llegar a la opinión pública.
70 años después del final del conflicto, la Segunda Guerra
Mundial sigue viva en el cine, en la televisión, en los libros. ¿Por qué? Porque la tecnología de las telecomunicaciones la
hizo global. Porque la tecnología bélica mostró su eficiencia aterradora, a una
escala nunca vista. Y lo más importante: porque nunca antes se manifestó que
era una lucha por la Civilización. El Bien contra el Mal encarnado en el
régimen nazi, y sus aliados, y en concreto, en una única persona con nombres y
apellidos (el del bigotillo, que no voy a nombrar). Un Mal que se enorgullecía
de querer exterminar una raza, una cultura, de aplastarlo todo y a todos, por
orden de un megalómano que usó todos los recursos de una nación industriosa en
su búsqueda del Apocalipsis, del Ragnarok. Después de la guerra, vendrían otras
atrocidades, otros regímenes, una Guerra Fría. En los mismos países aliados que
habían defendido la Civilización también hubo muchos matices oscuros y detestables, y
sigue habiéndolos, pero nunca, nunca se alcanzó una Maldad tan suprema ni tan
eficientemente organizada. Terrible.
El Mal existe. Y de nuevo, se ha hecho carne, como un Sauron
retornado. Hablo del autodenominado Estado Islámico (EI). Un cáncer que se
opone a la vida y a la civilización, unos pocos decidiendo vida y muerte de
muchos, sin más que su megalomanía y sus delirios para su justificación
injustificable. Un engendro de nación que secuestra civiles, que dispara a los
que no se convierten a su interpretación del Corán, que asesina porque sí a
gentes de otra religión, de otra lengua, de otra raza; que los fusila, o peor,
que los quema vivos. Que encadena a sus mujeres, esclavas; que decapita niños o les pone bombas y los llama mártires. Que saquea museos, que quema bibliotecas, que reescribe el pasado. Que se regodea en el
sufrimiento y la tortura y la sangre y se alimenta de la esperanza de las
familias y gobiernos de los secuestrados para pedir rescates imposibles, a sabiendas
de que miente: pide sobre muertos. Que ha hecho de su horror local un horror
global, al grabar y difundir por redes sociales y nuevas tecnologías sus
matanzas y sus logros, su regreso de la Civilización a la Edad de Piedra. Para
todos… menos para sus líderes, seguramente. Primus inter pares.
Qué arterias alimentan este cáncer, lo ignoro. Avaricia. Pobreza, hambre,
ignorancia y seguro, desesperación. Y no toda la culpa de esa desesperación
recae en el Estado Islámico. De la Segunda Guerra Mundial se han escrito
muchos, muchos libros, ensayos, novelas… y es bueno que así se haya hecho. Para no
olvidar lo que ya pasó. Y para recordar las raíces de cómo surge el Mal.
A los que nos gusta la Historia, todo nos parece que se
desarrolla en círculos.