Ayer mismo estuve despidiéndome de mi hermano mayor, su mujer y sus dos niños en el aeropuerto de Granada, junto a nuestras familias; finalizadas sus vacaciones, regresan a su trabajo en Panamá, donde han tenido la posibilidad de recalar en un trabajo apasionante y bien remunerado, a diferencia de lo que aquí se puede encontrar ahora mismo en España. La contraparte es la distancia y la lejanía con la familia, no volveremos a verles cara a cara en meses. Mucho me temo que la emigración es una posibilidad que va a volverse certeza también en mi futuro inmediato.
El caso es que estos días he disfrutado de mis locos sobrinos, niño y niña de 4 y 6 años, respetivamente, y había pensado en hacerle unos regalos para que no se olviden de uno. ¿Qué regalo puede darles "el tito que escribe"? Pensé que sería bonito incentivarles a la lectura, y estuve viendo en una de mis librerías favoritas libros para niños, grandes, llenos de imágenes, con opciones como figuras en 3D que despliegan y arman al pasar las páginas; recortables para dar relieve a la historia que cuentan; pegatinas para jugar con los personajes y el cuento; zonas para colorear, acertijos, puzzles... No tenía claro qué les gustaría más, qué personajes infantiles son los que siguen en televisión o de los que tienen muñecos y ropa, así antes de comprar nada decide verles a ver si obtenía algunas pistas.
Llegué a casa de mis padres, donde los dos habían dormido esa noche, y entré en su cuarto, donde les oía reir y hablar a voces como hacen los niños. Para mi sorpresa, no estaban jugando, o sí, según se mire. Estaban entusiasmado con un juego de plataformas, que manejaban desde la pantalla táctil de una tablet. Con sólo 4 años, el pequeño de la casa hacía subir y bajar al personaje, que saltara esquivando obstáculos, para llegar al final de la fase del juego.
Leer es un hábito, hay que estimular a los niños para que les guste leer. Por muchos recortables y muchos dibujos que tengan los libros para niños, ¿pueden competir con un juego electrónico 100% visual que además les ofrece efectos especiales de sonido, y que requiere una fracción de esfuerzo y concentración que supone la lectura? Me hizo pensar cómo cambia todo, de una generación a otra.
La palabra escrita tendrá que renovarse, para ser atrayente a la nueva juventud, y quizás su futuro pase por hacerse primero digital (ya está dando sus pasos), y segundo, tan interactiva como un videojuego. Pero entonces será un videojuego, que no alimenta la imaginación sino que lo da todo hecho al lector, ¿eso supone perder la esencia de la lectura, la reinterpretación íntima que cada lector da a las palabras que lee? O lo mismo es un primer paso, y una oportunidad: así los niños se adaptan a las nuevas tecnologías y se acostumbarán a leer sólo en e-book cuando sean mayores.
Así que les dejé estar, aparte porque parecían más entretenidos con el tablet que conmigo mismo. El David digital le estaba dando una buena tunda al Goliat tradicional del libro impreso como entretenimiento.
Pues sí, Hemingway fue rechazado veintisiete veces, veintisiete nada menos, veintisiete editoriales que lo descartaron mondo y lirondo. Que luego ganara el premio Nobel de literatura no es lo importante, sino que encajó veintisiete derrotas una tras otra y sin embargo volvía a levantarse. Todo un peso pesado de las letras.
domingo, 19 de agosto de 2012
domingo, 5 de agosto de 2012
El valor de un libro.
Ya sabemos que a partir de septiembre el IVA subirá, y nos afectará a todos. Subirán los servicios, los alimentos, los bienes de consumo y también la cultura.
-En los espectáculos y actividades culturales (cine, teatro, ópera, conciertos...): subirá del 8% actual al 21% previsto.
-En los libros impresos: se mantiene el iva al 4%
-En los libros electrónicos: subirá del 18% actual al 21% previsto.
Las experiencias en otros países es que la subida de este impuesto sobre el consumo de bienes y servicios, es contraproducente, ya que lo que provoca es que la gente no compre ni gaste en nada que no sea imprescindible: comida, agua, luz, gas, gasolina. En Portugal, la subida del IVA ha producido uno de los mayores descensos de consumo cultural de su historia, con una caída del 40% desde enero. En Holanda han tenido que revocar su decisión de subir el IVA, tras doce meses de desastre por la bajada constante en la asistencia en los espectáculos.
El que para los libros impresos se haya mantenido el IVA superreducido al 4% es un muy pequeño consuelo. ¿Por qué? Los precios de los libros quizás se mantengan, sí, pero es que este año ya ha habido un descenso de más del 20% de las ventas de libros. Cuando en septiembre todo suba con el IVA, los bolsillos todos nosotros se vaciarán en la misma proporción y los libros impresos casi parecerán objetos de capricho, con lo que no será extraño que los lectores se decanten por los ebook, donde por muchos menos pueden obtener lo que desean: leer.
Hay gente del mundillo digital que opina que esa tendencia se acelerará, que en poco lo que prevalecerá será el acto de la lectura en sí, no el soporte. Puede realizarse el acto de leer, disociado con un soporte físico, con volumen, que pesa, ocupa sitio, y que además, es caro (el libro tradicional). Para mí, un libro impreso ofrece mucho, pero será que soy un caprichoso. Hay empresas que en "streaming" ofrecen un servicio de suscripción mensual para leer ebooks mensualmente: ya ni siquiera hay que comprar el ebook.
Así, el precio de los libros va a ser un escollo importante a partir de ahora para los autores que quieran ser leidos en formato tradicional, ya que no bastará que se ofrezcan novelas y argumentos de gran calidad literaria sino que el soporte físico (el precio en papel) deberá tener un precio que pueda ser afrontado por los lectores. Siempre he dicho que se puede recurrir a las bibliotecas públicas; lamentablemente, éstas ya casi no van a adquirir novedades puestos que los fondos públicos se han visto cercenados. Al menos, espero que no se pierdan lectores.
¿Qué opciones pueden tener las editoriales en formato papel?
-Reducir el precio de los libros, eliminando del PVP ese 4% del IVA existente. Es decir, hacer que ese porcentaje (o incluso mayor) no repercuta en el lector, sino que lo asuma la editorial a costa de us beneficio industrial. Eso mismo ya lo van a hacer algunas editoriales digitales, asumirán el incremento del 3% en el ebook a costa suya, para que los libros electrónicos no suban su precio de cara al lector.
Existe una controversia interesante en el hecho de que en papel el IVA no suba, ya que algunos editores opinan que eso se debe a la fuerte presión ejercida por las grandes editoriales. El motivo según se comenta sería potenciar el ebook de estos grandes grupos a costa de las pequeñas editoriales exclusivamente digitales. ¿Cómo? Los grandes grupos pueden asumir más fácilmente ese 3% extra en lo digital a costa de los beneficios propios, que los pequeños editores, y el fin último de eso sería la eliminación de la competencia de esos pequeños editores, que este año han dado la sorpresa.
-Aumentar la autoexigencia en cuanto a la calidad de los títulos publicados, de forma que el lector considere que comprar un libro impreso sea un capricho bien adquirido. O tal que como mínimo anime a adquirirlo en ebook.
-Reducir precio disminuyendo la calidad del soporte físico. En otros países el formato de libro de bolsillo es el formato más vendido, ya que los lectores lo que quieren es una buena lectura. Que el papel sea "pulp" en vez de satinado de 110gr, que las pastas y el encolado sean someros y suficientes, en vez de encuadernación rígida en rústica, que sea tamaño bolsillo con letras algo más pequeñas de lo normal.... todo eso no va en contra de la historia. Reconozco que un libro, como toda mercancia, entra primero por los ojos, un libro con papel y tinta de calidad, buena portada de diseño por un ilustrador afamado y buena tipografía atrae y es un gustazo... pero al final lo que cuenta es la historia interior, no el continente.
Por otro lado, aún no he visto en publicidad en papel anuncios y marketing de ebooks, parece que esa publicidad queda reducida a la red. Si los ebooks han de quedarse, deberán darse más promoción en los ámbitos tradicionales. Es como si fuera asunto tabú. Otro tabú: en una librería física no pueden anunciarse ebooks de esos mismos libros que vende en papel. ¿Por qué, si en su web quizás permite la venta de libros en papel y electrónicos? Quizás deban hacer hueco a poder vender, en la misma libreria física de papel, libros electrónicos, crean campañas de fidelización de clientes (descuentos, promociones, presentaciones...) y adaptarse.
Yo, mientras, sigo escribiendo y mejorando. Porque la base de todo es que haya una buena historia que contar y bien contada.
-En los espectáculos y actividades culturales (cine, teatro, ópera, conciertos...): subirá del 8% actual al 21% previsto.
-En los libros impresos: se mantiene el iva al 4%
-En los libros electrónicos: subirá del 18% actual al 21% previsto.
Las experiencias en otros países es que la subida de este impuesto sobre el consumo de bienes y servicios, es contraproducente, ya que lo que provoca es que la gente no compre ni gaste en nada que no sea imprescindible: comida, agua, luz, gas, gasolina. En Portugal, la subida del IVA ha producido uno de los mayores descensos de consumo cultural de su historia, con una caída del 40% desde enero. En Holanda han tenido que revocar su decisión de subir el IVA, tras doce meses de desastre por la bajada constante en la asistencia en los espectáculos.
El que para los libros impresos se haya mantenido el IVA superreducido al 4% es un muy pequeño consuelo. ¿Por qué? Los precios de los libros quizás se mantengan, sí, pero es que este año ya ha habido un descenso de más del 20% de las ventas de libros. Cuando en septiembre todo suba con el IVA, los bolsillos todos nosotros se vaciarán en la misma proporción y los libros impresos casi parecerán objetos de capricho, con lo que no será extraño que los lectores se decanten por los ebook, donde por muchos menos pueden obtener lo que desean: leer.
Hay gente del mundillo digital que opina que esa tendencia se acelerará, que en poco lo que prevalecerá será el acto de la lectura en sí, no el soporte. Puede realizarse el acto de leer, disociado con un soporte físico, con volumen, que pesa, ocupa sitio, y que además, es caro (el libro tradicional). Para mí, un libro impreso ofrece mucho, pero será que soy un caprichoso. Hay empresas que en "streaming" ofrecen un servicio de suscripción mensual para leer ebooks mensualmente: ya ni siquiera hay que comprar el ebook.
Así, el precio de los libros va a ser un escollo importante a partir de ahora para los autores que quieran ser leidos en formato tradicional, ya que no bastará que se ofrezcan novelas y argumentos de gran calidad literaria sino que el soporte físico (el precio en papel) deberá tener un precio que pueda ser afrontado por los lectores. Siempre he dicho que se puede recurrir a las bibliotecas públicas; lamentablemente, éstas ya casi no van a adquirir novedades puestos que los fondos públicos se han visto cercenados. Al menos, espero que no se pierdan lectores.
¿Qué opciones pueden tener las editoriales en formato papel?
-Reducir el precio de los libros, eliminando del PVP ese 4% del IVA existente. Es decir, hacer que ese porcentaje (o incluso mayor) no repercuta en el lector, sino que lo asuma la editorial a costa de us beneficio industrial. Eso mismo ya lo van a hacer algunas editoriales digitales, asumirán el incremento del 3% en el ebook a costa suya, para que los libros electrónicos no suban su precio de cara al lector.
Existe una controversia interesante en el hecho de que en papel el IVA no suba, ya que algunos editores opinan que eso se debe a la fuerte presión ejercida por las grandes editoriales. El motivo según se comenta sería potenciar el ebook de estos grandes grupos a costa de las pequeñas editoriales exclusivamente digitales. ¿Cómo? Los grandes grupos pueden asumir más fácilmente ese 3% extra en lo digital a costa de los beneficios propios, que los pequeños editores, y el fin último de eso sería la eliminación de la competencia de esos pequeños editores, que este año han dado la sorpresa.
-Aumentar la autoexigencia en cuanto a la calidad de los títulos publicados, de forma que el lector considere que comprar un libro impreso sea un capricho bien adquirido. O tal que como mínimo anime a adquirirlo en ebook.
-Reducir precio disminuyendo la calidad del soporte físico. En otros países el formato de libro de bolsillo es el formato más vendido, ya que los lectores lo que quieren es una buena lectura. Que el papel sea "pulp" en vez de satinado de 110gr, que las pastas y el encolado sean someros y suficientes, en vez de encuadernación rígida en rústica, que sea tamaño bolsillo con letras algo más pequeñas de lo normal.... todo eso no va en contra de la historia. Reconozco que un libro, como toda mercancia, entra primero por los ojos, un libro con papel y tinta de calidad, buena portada de diseño por un ilustrador afamado y buena tipografía atrae y es un gustazo... pero al final lo que cuenta es la historia interior, no el continente.
Por otro lado, aún no he visto en publicidad en papel anuncios y marketing de ebooks, parece que esa publicidad queda reducida a la red. Si los ebooks han de quedarse, deberán darse más promoción en los ámbitos tradicionales. Es como si fuera asunto tabú. Otro tabú: en una librería física no pueden anunciarse ebooks de esos mismos libros que vende en papel. ¿Por qué, si en su web quizás permite la venta de libros en papel y electrónicos? Quizás deban hacer hueco a poder vender, en la misma libreria física de papel, libros electrónicos, crean campañas de fidelización de clientes (descuentos, promociones, presentaciones...) y adaptarse.
Yo, mientras, sigo escribiendo y mejorando. Porque la base de todo es que haya una buena historia que contar y bien contada.