El pasado miércoles 23, invitado por el periódico "Faro de Vigo", estuve en Vigo como conferenciante para hablar sobre el imperio bizantino, y sobre una época en concreto, la etapa del emperador Justiniano (n.482-m.565) y de su espos Teodora. Ellos dos, pareja imperial por excelencia, llevaron a cabo desde Constantinopla el último intento de restauración de la gloria pasada del imperio romano, la Renovatio imperii. Y con ellos, hablé de Belisario y Narsés, de Juan de Capadocia y Triboniano, de una crisis económica, de gastos enormes en infraestructuras... Terminé presentando brevemente mi segunda novela, "El Mármara en llamas"
La sala estaba llena de público, y durante una hora estuvieron atentos a mis palabras. Una hora; me pasé 20 minutos de más de lo que me habían pedido, la verdad no llevé cuenta del tiempo, pero la ovación que me dispensaron, las preguntas del después, la firma de ejemplares, me confirmaron que habían disfrutado de mi conferencia y que les había sorprendido, pues la gran mayoría desconocía quién era ese Justiniano. Ahora, ya lo conocen.
Lo pasé estupendamente y me sentí muy bien arropado por la organización del evento. Para repetir.
Os dejo AQUI enlace del artículo.
Me di una paliza impresionante, debido a que no había vuelo directo desde Sevilla, y tuve que hacer dos más dos viajes, total cuatro vuelos, con sus esperas y sus tiempos; más el viaje de la otra semana a Londres (donde visité, entre otros sitios, WaterStones, la mayor librería de Europa con más de 250.000 libros; y que me pareció raro ver muy pocos clientes... la crisis está en todos sitios...), los horarios cambiados, el estrés previo, el trabajo... todo se reflejó en tener que visitar Urgencias este fin de semana por una infección. Pinchazos, sobres y pastillas; ya no tengo fiebre, así que espero esta semana continuar con mi rutina laboral, más o menos.
En los aeropuertos me entretuve mirando las librerías y ví a varios conocidos de Ediciones B: "Martyrium", de Santiago Castellanos (que ya ha alcanzado su 3º Edición), el formato bolsillo de "El ocaso de Bizancio", de Salvador Felip, los libros de Santiago Posteguillo, que tienen el don de la ubicuidad (están por todas partes). Otros que vi: "El lector de Cadáveres", de Antonio Garrido y "El espíritu del lince", de Javier Pellicer.
Y la novedad de este mes, Sebastián Roa es desde ya autor que publica también con Ediciones B, hace tres días que se puede encontrar en las librerías, en formato bolsillo, "Venganza de Sangre", la novela con la que ganó el Premio Hislibris 2011 al mejor escritor español de novela histórica.
Ya está en marcha la Feria del Libro de Madrid, así que seguro que esta semana tendremos jugosas noticias relacionadas con los libros.
Por mi parte, realizaré en Sevilla una presentación de mi novela "El Mármara en llamas" el próximo Jueves 31 de mayo, a las 20h en:
Sala Atenea, C/ Terral, 14, (P.I. CADESA) Dos Hermanas (Sevilla)
Más información, AQUI
Pues sí, Hemingway fue rechazado veintisiete veces, veintisiete nada menos, veintisiete editoriales que lo descartaron mondo y lirondo. Que luego ganara el premio Nobel de literatura no es lo importante, sino que encajó veintisiete derrotas una tras otra y sin embargo volvía a levantarse. Todo un peso pesado de las letras.
domingo, 27 de mayo de 2012
sábado, 12 de mayo de 2012
Reseña: "BANU QASI. Los hijos de Casio", de Carlos Aurensanz
Estas últimas semanas me he sumergido en la lectura de un libro que tenía pendiente. Se trata de "BANU QASI: Los hijos de Casio", de Carlos Aurensanz (Ediciones B). Navarro de Tudela, veterinario de profesión, es la primera novela de una trilogía que cuenta la historia de Al-Ándalus en el s.IX referida a la zona del norte de la península ibérica, una época no tratada para nada hasta ahora, y eso es un gran cierto. Cuando se habla de Al-Ándalus se suele pensar sólo en la zona sur, en la actual Andalucía y fue mucho más. Vaya por ahí la primera virtud.
La segunda, es la acertada mezcla entre crónica y novela. Nos cuenta la vida de Musa Ibn Musa, cuya familia muladí (cristianos convertidos al Islam) en Tutila / Tudela en el valle del Uadi Ibru y su relaciones de parentesco con navarros y vascones nos trasladarán a una época done la fuerza de la sangre y la fidelidad a la familia, por encima de diferencias religiosas, ayudarán a la supervivencia del clan familiar frente al emirato omeya de la lejana Qurduba de la que son tributarios, de los reyes cristianos de Asturias y de las ambiciones de los francos del otro lado de los Pirineos.
Con Musa recorreremos todo el Ebro, viajeremos a Qurduba atrevesando toda la península y seremos testigos de las luchas de poderes en la capital del emirato, una de las mayores ciudades de Europa occidental en el s.IX.
Carlos Aurensanz ha realizado una gran, gran labor de documentación, su novela está llena de ricos detalles sobre la civilización musulmana, su prosa exquisita y su cuidado vocabulario nos sumergirá en la magia de la LIteratura, la recreación de un mundo de hace cientos de años está plenamente lograda. El uso de la toponimia árabe es sobresaliente, un caramelo irresistible para quienes gustan de sabores añejos y antiguo. Su narración intercala crónica y novela; en la primera parte el "modo crónica" enlentece un poco la narración, pero la segunda y tercera parte vibran con las hechos, alegrías y tristezas de una vida difícil en la frontera musulmana-cristiana.
En el segundo tercio de la novela, se hace más "novela" y menos "crónica", con lo que el libro gana en vida y colorido; la narrativa es fluida y elegante, emotiva y precisa. Hay varios pasajes que me han gustado mucho, las luchas de poder, las alianzas se suceden entre los vascones, los muladíes de los Banu Qasi, los asturianos; hay traiciones e intrigas, la psicología de los personajes va haciéndose más compleja conforme pasan los años; pesan las muertes, las guerras, los sufrimientos, las decepciones.
La llegada de los vikingos a las costas andalusíes, con el saqueo de Sevilla en en 844 d.C, añade otro punto interesante a favor del libro, y es que entre semana vivo en Quriya / Coria del Río, que mira por donde fue arrasada al paso de los hombres del norte. Pongo un "pero": se menciona el fuego griego y su uso contra los vikingos, no discrepo de que usaran nafta contra la invasión vikinga de Sevilla, sino "fuego griego", es sólo ese matiz. Es cierto que con las guerras con Bizancio, los árabes se apoderaron de dromones y de ciertas cantidades de tal "fuego"(año 827 en Pantelaria), pero no está claro si desentrañaron el secreto de la fórmula; todo parece indicar sin embargo que sí que experimentaron acerca de combustibles que no podían ser apagados por agua. Y así, como piezas en un rompecabezas, los libros llaman a otros libros: inmediatamente vinieron a mi cabeza pasajes de "El señor de Lordemanos", de Miguel Angel Badal Salvador (De Librum Tremens), novela que narra las invasiones vikingas en Galicia en el s.IX, y "El Mármara en llamas" (Ediciones B), mi segunda novela, uno de cuyos protagonistas es el fuego griego en Bizancio del s.VIII.
Hay un guiño bibliófilo, que indican lo mucho que le gustan a Aurensanz los libros: Ziyab, amigo de Musa, vuelve a Tutila cargado de manuscritos desde Qurduba dispuesto a retirarse de la política. Se explica de un modo didáctico asuntos relacionados con las bibliotecas y los copistas, y se menciona un libro en concreto que me ha hecho sonreír: "De materia medica", de Dioscórides.
¿Por qué? Porque es el mismo libro (pero no la misma copia, claro), que ocupa una pieza clave en mi primera novela "El esclavo de la Al-Hamrá"ambientada en la Granada nazarí del s.XIV y no aparece sólo ahí, sino que también tendrá su papel importante de manos del iatroi Aecio en la novela ambientada en el imperio bizantino del s.VI "El sueño de Justiniano", de Salvador Felip. Y seguramente aparece en más novelas, dando cuenta de la relevancia de la obra de Dioscórides. Un best seller de la antigüedad, vamos. Aun hoy se sigue estudiando y analizando, para comprender mejor la historia de la medicina. La Universidad de Salamanca lo tiene digitalizado y a alcance de todo el mundo a través de Internet, afortunadamente para nosotros, lectores del s.XXI. No hay que mandar de forma costosa un copista a Qurduba para poder leerla.
Pongo un "pero" pequeño, al pasar al capítulo de la muerte de Enneco Arista hay un salto entre capítulo y capítulo bastante brusco. Muza aparece herido... y no sabemos por qué, si bien luego más o menos se explica. En el resto de novela-crónica las transiciones son más suaves pero aquí no. Pero en fin, ¡hop!, se pega un salto y listo. Seguimos con nuestras emocionantes páginas.
La muerte de Muza es emotiva, me ha tocado la fibra sensible cuando ha besado el agua del Uadi Ibru para hacer llegar sus últimos deseos a Tutila/Tudela. Una muerte como muchas veces sucede: inesperada, y nunca como suponemos que podría ser.
Y con todo ello he terminado su lectura. He disfrutado muchisímo, me encanta la toponomia antigua. La historia andalusí del noreste de España no se había tratado nunca, y es una acierto haberlo hecho de una forma tal, que la novela invita a seguir descubriéndola... a través de su segunda parte "BANU QASI: Las Guerras de Al-Ándalus". Está muy bien documentada, tanto que tiene méritos para convertirse casi en un propio de libro de consulta en sí. Bibliografía, mapas, glosario y una bonita presentación en rústica ponen la guinda al tomo.
Lo que demuestra que tenemos autores magníficos en España. No hay que irse a Albión para disfrutar de buena, buena novela histórica
Web-Blog del escritor Carlos Aurensanz:
http://banuqasi.blogspot.com.es/
domingo, 6 de mayo de 2012
Escribir una novela (IX): cuidando los detalles
Después de mi semana especial, estoy retomando mis lecturas y mi escritura, y me apetece una entrada más a mi serie sobre cómo creo se puede escribir una novela. A fuerza de leer y documentarse uno empieza a adquirir un poco de culturilla y eso hace que con cada nuevo libro, inconscientemente, se opine y se detecten detalles que hace quizás unos años me hubieran pasado desapercibidos.
Escribir un libro no es un asunto baladí, es una pequeña hazaña por la cantidad de tiempo y paciencia que hay que dedicarle en esta época de prisas y ansiedad. Tiene su mérito ser capaz de poner un Principio y un Final.
Pero eso no es suficiente, hay que cuidar los detalles y son los detalles, a los ojos de un lector avezado, los que pueden hacer zozobrar un argumento de interés. Lo mismo que esos detalles nos ayudan a sumergirnos en la historia y en la trama, si se usan erróneamente pueden hacer todo los contrario: acabar con la magia de la Literatura. Hacer que perdamos la confianza en el libro. Algunos son más graves otros, los peores pueden hacer que lo cerremos para no retomarlo.
Qué detalles deben cuidarse en la ambientación de una novela:
-Alimentos americanos: sólo a partir del s.XV podemos encontrar en Europa los siguientes alimentos: pimientos y guindillas, tomate, chocolate, cacao, tabaco, patata, cacahuete, boniato, calabaza y maiz.
-Alimentos traidos a España por los árabes: a partir del s.VIII llegan a la Península Iberica la zanahoria, los melocotones, el cultivo del algodón, los albaricoques, el arroz, las naranjas, las almendras y las alcachofas, las granadas y el azafrán. Desde España, algunos pasarán a Europa.
-Sobre tiempo: el concepto de "horas" existe desde siglos antes de Cristo, pero cuidado: el concepto de "minutos" sólo existe desde el s.XII, si bien de forma práctica no se empleó hasta el s.XVII, cuando se desarrollaron mecanismos capaces de medirlos.
Y a la hora de emplear términos climáticos, cuidado: borrasca, anticiclón, etc son términos científicos del s.XX, ¡no se deben usar en la Edad Media!
-Términos médicos: debe investigarse con cuidado las enfermedades y sus modos de tratamiento/curación en la época de nuestra novela. Sirva un ejemplo, de la serie medieval "Toledo": "Señor, la peste se está extendiendo con gran virulencia". ERROR: el término "virus" y derivadas sólo se emplea a partir del s.XX, ¡y no en el s.XII!
-Vestimentas: deben ser asociadas a la cultura en el tiempo, la moda cambia. Por ejemplo en el Imperio Bizantino, inicialmente heredera de la Roma Clásica, sus vestimentas cambian con los siglos, adoptando una fuerte influencia oriental.
-La guerra: cuidado con enseñas y armas. La tradicional media luna que corona las mezquitas se debe a los otomanos (s.XV -XIX), anteriormente estaban coronadas por el "yamur" islámico, bolas doradas atravesadas por un asta metálico (los cuatro mundos de Alá)
-Monedas: imprescindibles conocer las monedas de la época y sus fracciones, por ejemplo, un ardite, moneda aragonesa del s.XVI no puede emplearse en el s.XIII. Y ojo, porque con la moneda castellana del s.XIII al s.XVI hay trampa: existe por un lado moneda fisica de uso (las doblas, blancas y dineros)y por otro moneda contable, para los libros de contabilidad (el maravedí). La calidad varía mucho, una misma moneda puede ser un siglo de plata y otra casi totalmente de cobre.
-Bebidas: cuidado en la ambientación medieval. En la Edad Media, mientras que en los paises anglosajones la bebida alcohólica de masas era la cerveza (de trigo, de cebada), en el área mediterránea, la bebida casi exclusiva era el vino y la miel fermentada (el "aquae mulsum" de los romanos).
-Tecnología: cuidado con las tecnologías, que pueden ser incompatibles entre épocas y culturas. Incluso de forma confusa, una civilización más antigua podía tener más tecnología que otra cultura más tardía. Madera, cuerno, hueso, cuero, y poco metal, suelen ser la materia prima durante toda la Edad Media. Los metales son un lujo, un bien escaso en la civilización hasta la Revolución Industrial del s. XIX.
-Expresiones: cuidado con las expresiones, un espartano no puede hablar como un soldado francés, ni un castellano del s.XIII como un jornalero de 1936. Ojo, dar voz a un personaje de hace centurias no significa que tengamos que escribir en lengua romance, pero sí darle un toque "antiguo", por medio de vocabulario específico, llamadas a santos, expresiones de época... y eso requiere leer mucho.
-Psicología: no podemos dotar a nuestros personajes del Medievo de una psicología del "polílicamente correcto" del s.XXI. Deben ser coherentes con su vida y sus hechos, su herencia, su entorno, su todo.
Es cierto que el autor de literatura puede decidir tomarse alguna licencia, pero debería tenerla justificada de cara al lector, bien aprovechando lagunas históricas o por algún fleco de la trama.
Escribir un libro no es un asunto baladí, es una pequeña hazaña por la cantidad de tiempo y paciencia que hay que dedicarle en esta época de prisas y ansiedad. Tiene su mérito ser capaz de poner un Principio y un Final.
Pero eso no es suficiente, hay que cuidar los detalles y son los detalles, a los ojos de un lector avezado, los que pueden hacer zozobrar un argumento de interés. Lo mismo que esos detalles nos ayudan a sumergirnos en la historia y en la trama, si se usan erróneamente pueden hacer todo los contrario: acabar con la magia de la Literatura. Hacer que perdamos la confianza en el libro. Algunos son más graves otros, los peores pueden hacer que lo cerremos para no retomarlo.
Qué detalles deben cuidarse en la ambientación de una novela:
-Alimentos americanos: sólo a partir del s.XV podemos encontrar en Europa los siguientes alimentos: pimientos y guindillas, tomate, chocolate, cacao, tabaco, patata, cacahuete, boniato, calabaza y maiz.
-Alimentos traidos a España por los árabes: a partir del s.VIII llegan a la Península Iberica la zanahoria, los melocotones, el cultivo del algodón, los albaricoques, el arroz, las naranjas, las almendras y las alcachofas, las granadas y el azafrán. Desde España, algunos pasarán a Europa.
-Sobre tiempo: el concepto de "horas" existe desde siglos antes de Cristo, pero cuidado: el concepto de "minutos" sólo existe desde el s.XII, si bien de forma práctica no se empleó hasta el s.XVII, cuando se desarrollaron mecanismos capaces de medirlos.
Y a la hora de emplear términos climáticos, cuidado: borrasca, anticiclón, etc son términos científicos del s.XX, ¡no se deben usar en la Edad Media!
-Términos médicos: debe investigarse con cuidado las enfermedades y sus modos de tratamiento/curación en la época de nuestra novela. Sirva un ejemplo, de la serie medieval "Toledo": "Señor, la peste se está extendiendo con gran virulencia". ERROR: el término "virus" y derivadas sólo se emplea a partir del s.XX, ¡y no en el s.XII!
-Vestimentas: deben ser asociadas a la cultura en el tiempo, la moda cambia. Por ejemplo en el Imperio Bizantino, inicialmente heredera de la Roma Clásica, sus vestimentas cambian con los siglos, adoptando una fuerte influencia oriental.
-La guerra: cuidado con enseñas y armas. La tradicional media luna que corona las mezquitas se debe a los otomanos (s.XV -XIX), anteriormente estaban coronadas por el "yamur" islámico, bolas doradas atravesadas por un asta metálico (los cuatro mundos de Alá)
-Monedas: imprescindibles conocer las monedas de la época y sus fracciones, por ejemplo, un ardite, moneda aragonesa del s.XVI no puede emplearse en el s.XIII. Y ojo, porque con la moneda castellana del s.XIII al s.XVI hay trampa: existe por un lado moneda fisica de uso (las doblas, blancas y dineros)y por otro moneda contable, para los libros de contabilidad (el maravedí). La calidad varía mucho, una misma moneda puede ser un siglo de plata y otra casi totalmente de cobre.
-Bebidas: cuidado en la ambientación medieval. En la Edad Media, mientras que en los paises anglosajones la bebida alcohólica de masas era la cerveza (de trigo, de cebada), en el área mediterránea, la bebida casi exclusiva era el vino y la miel fermentada (el "aquae mulsum" de los romanos).
-Tecnología: cuidado con las tecnologías, que pueden ser incompatibles entre épocas y culturas. Incluso de forma confusa, una civilización más antigua podía tener más tecnología que otra cultura más tardía. Madera, cuerno, hueso, cuero, y poco metal, suelen ser la materia prima durante toda la Edad Media. Los metales son un lujo, un bien escaso en la civilización hasta la Revolución Industrial del s. XIX.
-Expresiones: cuidado con las expresiones, un espartano no puede hablar como un soldado francés, ni un castellano del s.XIII como un jornalero de 1936. Ojo, dar voz a un personaje de hace centurias no significa que tengamos que escribir en lengua romance, pero sí darle un toque "antiguo", por medio de vocabulario específico, llamadas a santos, expresiones de época... y eso requiere leer mucho.
-Psicología: no podemos dotar a nuestros personajes del Medievo de una psicología del "polílicamente correcto" del s.XXI. Deben ser coherentes con su vida y sus hechos, su herencia, su entorno, su todo.
Es cierto que el autor de literatura puede decidir tomarse alguna licencia, pero debería tenerla justificada de cara al lector, bien aprovechando lagunas históricas o por algún fleco de la trama.