En la anterior entrada os hice mi crónica de cómo viví las últimas jornadas HISLIBRIS en Valencia. En ésta, ya de vuelta a la vida real y tras unos dias de relax en tierras extremeñas y portuguesas, os quiero hablar de qué han supuesto para mí.
En primer lugar, las jornadas me hicieron ver cuánto me queda aún por aprender. Estar junto a Luis Delgado Bañón me dio un buena cura de humildad. Me confesaba, ya jubilado, que para él escribir es un acto a realizar desde la madurez. ¿Cómo se puede imprimir sentimientos en nuestros personajes si no hemos vivido antes sus experiencias y sufrimientos? Yo no he hecho la mili, nunca he estado en una guerra, jamás he matado a nadie, y sin embargo mis personajes sufren, más de lo que yo he sufrido nunca (por ahora, aunque alguna cicatriz que otra ya tengo). Bien, yo reflexionaba, una base personal es importante, pero tenemos una herramienta poderosa para solventar en parte esas posibles carencias: imaginación e introspección. El escritor debe ser esos personajes. Si consigue serlos, es porque está inmerso en su historia; y si él lo está, los lectores lo estarán.
En segundo lugar, un escritor debe estar atento al mundo que le rodea. En las personas con las que habla, sus vivencias, sus actos, puede encontrar inspiración. Compaginar trabajo y escritura es muy complicado, y a veces uno vive en su mundo sin darse cuenta de todo lo complejo que es el mundo, de toda la riqueza de la vida, con sus miserias y alegrías, y que si uno quiere ser un escritor fiel a sí mismo, debe esforzarse por plasmar eso en páginas. A veces todo es como un torrente de emociones, y basta un mínimo incidente para que todo se derrame en la hoja en blanco.
A veces también sucede que la vida te enseña lecciones crueles, tan crueles que no puedes usar las palabras para expresarlas, que es mejor guardarlas dentro de uno para siempre.
Todos los puntos de vista aportan algo, diferente, porque el otro no soy yo, piensa a su manera, con su prisma; y eso enriquece. En la escritura el narrador debe sorprender siempre que se pueda al lector, igual que la vida siempre nos sorprende.
Un escritor debe ser paciente. Tener ambiciones, anhelos de crear esa gran, gran historia que sueña, que le espoleen a mejorar, a sacar tiempo de debajo de las piedras. Algunos de los escritores que conocí coincidían en el método: un guión previo muy elaborado y trabajo constante, poco, mucho, pero de forma diaria. Todo lo que no se usa se atrofia. Yo por mi parte, también tengo un guión o al menos una idea de lo que quiero conseguir, pero me gusta dejar algún cabo al inicio; nunca se sabe cómo se desarrollarán los personajes. Y ésa es la magia de la inspiración.
Hay que ser valiente para dar a conocer a nuestra creación. Hay mucha competencia, y no tenemos que dudar, sino actuar. Hay que buscar siempre hueco para los lectores, hay que soprenderlos, con atrezzo (por ejemplo, el cráneo de oso y la ballesta de Antonio Garrido), hay que dejarles una impronta con hechos, con palabras, con escenas visuales. No basta quererlo para poder vivir de los libros, hay que ser leído, muy leído.
De hecho, ninguno de los escritores que conocí vivían exclusivamente de la escritura, lo que da una idea de lo extraordinariamente complicado que es todo. Y del mérito que tiene llegar a poner la palabra "FIN", se publique o no se publique.
Descubrí la importancia de tener compañeros de fatigas con los que compartir esta travesía, a veces dura y casi siempre solitaria, de la creación literaria, con los que compartir experiencias editoriales, métodos de trabajo, aspectos creativos, ilusiones a pesar del futuro, la crisis y de la desesperanza de nuestro entorno. Si decidimos escribir y que nos lean tenemos una responsabilidad: emocionar a nuestros lectores, y hacer que su paseo por nuestros mundos, por nuestras páginas, no le sea indiferente. Que sea catártico, que les aporte algo. Algo.
Los lectores son un gran apoyo, ¿qué mejor hay para un juntaletras como yo que le digan que les ha encantado mi libro? ¿Que quieren que se lo firme? ¿Acaso mi "otro" trabajo, el que me paga las facturas, me proporcionará nunca eso?
Fue una inyección de energía, moral y vitalidad. Fue eso y mucho más.
Por último, gran noticia: estaré presente en la próxima Feria del Libro de Granada el próximo sábado 7 de Mayo, a las 18:00 horas, en la caseta de firmas. Me hace mucha ilusión porque en Granada "El esclavo de la Al-Hamrá" (Ediciones B) ha tenido una muy buena acogida desde su publicación. Espero que la gente se anime y se acerque a mí.
Hago una pequeña encuesta desde aquí, ¿organizo atrezzo para el evento o será excesivo? ¡Hagan sus apuestas!
Pues sí, Hemingway fue rechazado veintisiete veces, veintisiete nada menos, veintisiete editoriales que lo descartaron mondo y lirondo. Que luego ganara el premio Nobel de literatura no es lo importante, sino que encajó veintisiete derrotas una tras otra y sin embargo volvía a levantarse. Todo un peso pesado de las letras.
sábado, 30 de abril de 2011
sábado, 16 de abril de 2011
Una hormiga entre gigantes (I)
El encuentro HISLIBRIS en Valencia al que asistí la semana pasada en Valencia fue una experiencia fantástica. Mucho se ha escrito en estos días sobre ese fin de semana, no obstante os daré mi propia crónica.
(El evento HISLIBRIS)
Mi mujer y yo llegamos a Valencia a las cinco de la tarde tras seis horas en coche desde Granada. Deprisa y corriendo llegamos al Museo de l'Iber, un museo asombroso dedicado a las figuritas de plomo, pero no unas cualquiera... miles y miles representando escenas de nuestro pasado histórico, grandes batallas y acontecimientos presentes en cientos de vitrinas, todas ellas pintadas a mano con preciosidad detallista. En ese marco, fueron concedidos los premios HISLIBRIS, los "Celedonios", en las diversas categorías.
(Los premios HISLIBRIS: los "Celedonios")
A la primera persona que me encontré fue a Marta Querol, y es tal como imaginaba, agradable de buen trato y buen ver, simpática y fue sorprendente; fue como si conociéramos de siempre.
Mi mujer Blanca hizo de fotógrafa, y allí, ya en la sala, quiso el azar que conociera en primera fila a Luis Delgado, autor de una prolífica saga naútica con la Editorial Noray, con más de 30 novelas a sus espaldas. El escritor más veterano del evento junto al más novato. Hablamos de su experiencia como director del Museo Naval de Cartagena, de sus libros, de su etapa de diplomático en Alemania... un hombre de mundo. Supe entonces, junto a éste y otros gigantes, que no ganaría; me sentía como una diminuta hormiga. Me conformaba con que no me pisasen.
(Blas Malo y Luis Delgado Bañón)
Efectivamente; no gané.
Los afortunados en las diversas categorías fueron:
1.- Mejor novela histórica: Sombras de mariposa, (Ed. La esfera de los Libros) de Guillermo Galván. No pude siquiera hablar unas palabras con él, ya que tenía prisa coger el AVE de vuelta a Madrid.
2.- Mejor ensayo histórico: Armas de la antigua Iberia, (Ed. La esfera de los Libros) de Fernando Quesada. Un investigador de tomo y lomo; una emimencia del mundo antiguo con un gran don de la palabra.
3.- Mejor autor español: Sebastián Roa, por Venganza de sangre, (Editorial Tropo). Un compañero de letras con el que tuve la dicha de compartir velada y copa.
4.- Mejor autor novel: Isabel Martín, por La curandera de Atenas, (Ed. Temas de Hoy). Una escritora que dará que hablar.
5.- Mejor Portada histórica: Hablar como los dioses, de Fernando Castelló (Ed. Evohé)
6.- Mejor labor editorial: Editorial Crítica.
7.- Honorífico: Hislibreño del Año, que en esta ocasión recayó en la persona de Javier Baonza, editor de Ediciones Evohé.
(Oí a Rosa, la amiga de Marta Querol exclamar, cuando no me lo dieron)
(Los ganadores de los premios HISLIBRIS)
Tras la entrega hubo un convite, donde, para mi sorpresa, tropecé con Santiago Posteguillo (sí, estimado Armando, ¡era él!) y una luz de reconocimiento brilló en sus ojos cuando me identifiqué. Estuvimos conversando para mi delicia, y nos presentamos a nuestras respectivas. Alucinante; pero aún había más.
(Blas Malo y Santiago Posteguillo)
Entre canapé y canapé, pudo conocer personalmente a Isabel Barceló (Blog "Mujeres de Roma", autora de "Dido, reina de Cartago"), y a Eva María Marcos, proyecto de escritora que estoy seguro dará tema muy pronto; ambas encantadoras, inteligentes, divertidas y con humor. Amparo Machi también estuvo allí. Me sentía entre nubes. Más alucinante todavía; pero aún había más.
(Isabel Barceló, Blas Malo y Eva María Marcos)
Me llamó Teo Palacios para interesarse qué había sucedido; él no había podido asistir. No,no gané un premio; gané mucho más. Conocí a Antonio Penadés, escritor de Edhasa, apasionado de la época griega, un organizador nato y un certero lanzador de dardos en la palabra, pícaro y amante de la vida.
Una llamada al móvil. Me confirmaron desde Ediciones B que el domingo estaría firmando libros en la Feria del Libro de Valencia. ¡Pero aún había más!
Varios de los miembros del jurado me felicitaron por mi libro, les había cautivado por la fuerza de la historia y su inmersión en la Alhambra, y en éstas estaba yo cuando apareció Antonio Garrido, otro best-seller español, con el que intercambiamos una granada conversación sobre literatura, editoriales y agencias, ante la mirada arrebatada de varios testigos. Conocí a varios Hislibreños (Raúl "Pamplinas", Juan Rio, Javi Baonza, Fuensanta "Ariodante", Richard ), y la jornada acabó a las 3 de la mañana, recorriendo el casco histórico de la ciudad, pasando por las Torres de Qart.
El sábado por la mañana hice turismo por Valencia. Recorrimos el cauce del Turia, con un calor de verano, hasta el espectacular Oceanográfico, donde disfrutamos de delfines, pingüinos y belugas, y luego nos fuimos a comer con un amigo a la Albufera, un delicioso arroz a banda en el Palmar. De vuelta corriendo para ver el Miguelete, disfrutar una horchata fresquita con unos amigos y subir a lo alto de las Torres de Serrano, ¡ah, piedra medieval, cuánta historia entre tus puertas! Desde allí arengaría el Cid a las tropas contra los musulmanes antes de crear su propio reino. Aunque Heston lo hizo en Peñíscola, con el viento en el rostro, y viendo la cinta azul del mar en la lejanía, me sentí como el Cid, henchidos mis pulmones, con el astil clavado en el pecho, oculta la herida mortal a mis huestes por la capa:
-¡¡Ciudadanos de Valencia!! ¡Mañana, estaré con vosotros, y os conduciré a la victoria!
¡Deprisa, deprisa! Corriendo, nos dirigimos al famoso Bibliocafé, ¡wow!, ¡qué gran idea! Se presentaba el libro de relatos del III concurso de relatos HISLIBRIS, compartimos una gran tarde con los seleccionados allí presentes, donde Rosalía nos dirigió como ganadora unas palabras increibles, y después, conocí José Luis el dueño, entrañable, y compramos libros (como no podía ser de otra forma). Firmé y me firmaron, y entablamos conversación apasionante Blanca y yo con Sebastián Roa y su mujer Ana, que después continuamos en un restaurante albano-griego hasta la madrugada. Fuensanta Ñiñirola nos propuso participar en unas jornadas sobre literatura y Edad Media que pretenden organizar en Murcia en unos meses, propuesta que acepté entusiasmado.
(Mi mujer Blanca y yo, flanqueados por Joaquín, Rosa y Marta Querol)
(Antonio Penadés a la izquierda; en el centro Sebastián Roa y su mujer Ana; a la derecha Fuensanta Ñiñirola)
En la cena, compartimos mesa con otras personas excepcionales: Ania Granjo, Alejandro Mohorte, recreacionista que conocía a mis BattleHonours de Granada; Alejandro Nogueras, arqueólogo y director del Museo de l'Iber, apasionado amante de Grecia (que nos fue comentando cómo se preparaban cada uno de los platos que probamos) y Fernando Lillo, historiador de la época antigua y romana, con una facilidad extraordinaria para las anécdotas de sus viajes por Turquía, Macedonia y Grecia. Hablamos y mucho sobre Grecia, Roma, Extremadura y su apasionante pasado monumental (Mérida, Medellín), sobre la Grecia arcaica, sobre la Creta minoica, y sobre ideas para una novela. Con Sebastián Roa (miembro de honor de "Fidelis Regis") intercambiamos nuestras perspectivas de futuro, nuestros descubrimientos de la vida en la Edad Media, tanto de la perspectiva cristiana como musulmana, y nos emplazamos a coincidir en esas jornadas en Murcia.
Agotados pero contentos, afrontamos mi primera firma en una Feria del Libro. Marta Querol se pasó a saludarme camino a su caseta, junto a Rosa y Joaquín (que adquirió mi libro), y luego otra vez hablamos con Posteguillo y su encantadora mujer Gloria, camino él también a su caseta de firma. Afluyeron los lectores, y desaparecieron los ejemplares de "El esclavo de la Al-Hamrá" (Ediciones B), entre firma y firma. Se agotaron tanto en la caseta 46 como en la 45. Fui escritor y comercial, y se agotaron. ¡Se agotaron! Jesús García también se pasó y fue genial conocerle. ¡Oh, maravilla de Internet!
(Firmando libros en la Feria de Valencia)
(Firmando más libros en Valencia)
(A mi mujer, amiga y confidente: gracias, Blanca, amor mío)
Regresamos a Granada, agotados y saturados de buenas experiencias y buenas vibraciones. Fue como coger una ola, la ola perfecta, en lo alto de la cresta (el lunes, regreso al trabajo, fue lo opuesto, volver al pozo de la ola... lo más bajo. ¡Qué contrastes te ofrece la vida!)
La próxima semana no habrá entrada, ya que me voy cuatro días a Mérida (Extremadura) a enseñarle a mi mujer la ciudad romana, a reencontrarme con viejos amigos, y a visitar Alange (y quizás, conocer al escritor Jesús Sánchez Adalid). La próxima entrada será la continuación de ésta, pero desde una perspectiva más íntima y personal: qué ha supuesto para mí como persona y como escritor estar allí. En qué me ha afectado. Sé que os gustará. Os deseo que paséis bien los próximos días.
PD: en Hislibris podéis encontrar más entradas sobre el mismo evento.
(El evento HISLIBRIS)
Mi mujer y yo llegamos a Valencia a las cinco de la tarde tras seis horas en coche desde Granada. Deprisa y corriendo llegamos al Museo de l'Iber, un museo asombroso dedicado a las figuritas de plomo, pero no unas cualquiera... miles y miles representando escenas de nuestro pasado histórico, grandes batallas y acontecimientos presentes en cientos de vitrinas, todas ellas pintadas a mano con preciosidad detallista. En ese marco, fueron concedidos los premios HISLIBRIS, los "Celedonios", en las diversas categorías.
(Los premios HISLIBRIS: los "Celedonios")
A la primera persona que me encontré fue a Marta Querol, y es tal como imaginaba, agradable de buen trato y buen ver, simpática y fue sorprendente; fue como si conociéramos de siempre.
Mi mujer Blanca hizo de fotógrafa, y allí, ya en la sala, quiso el azar que conociera en primera fila a Luis Delgado, autor de una prolífica saga naútica con la Editorial Noray, con más de 30 novelas a sus espaldas. El escritor más veterano del evento junto al más novato. Hablamos de su experiencia como director del Museo Naval de Cartagena, de sus libros, de su etapa de diplomático en Alemania... un hombre de mundo. Supe entonces, junto a éste y otros gigantes, que no ganaría; me sentía como una diminuta hormiga. Me conformaba con que no me pisasen.
(Blas Malo y Luis Delgado Bañón)
Efectivamente; no gané.
Los afortunados en las diversas categorías fueron:
1.- Mejor novela histórica: Sombras de mariposa, (Ed. La esfera de los Libros) de Guillermo Galván. No pude siquiera hablar unas palabras con él, ya que tenía prisa coger el AVE de vuelta a Madrid.
2.- Mejor ensayo histórico: Armas de la antigua Iberia, (Ed. La esfera de los Libros) de Fernando Quesada. Un investigador de tomo y lomo; una emimencia del mundo antiguo con un gran don de la palabra.
3.- Mejor autor español: Sebastián Roa, por Venganza de sangre, (Editorial Tropo). Un compañero de letras con el que tuve la dicha de compartir velada y copa.
4.- Mejor autor novel: Isabel Martín, por La curandera de Atenas, (Ed. Temas de Hoy). Una escritora que dará que hablar.
5.- Mejor Portada histórica: Hablar como los dioses, de Fernando Castelló (Ed. Evohé)
6.- Mejor labor editorial: Editorial Crítica.
7.- Honorífico: Hislibreño del Año, que en esta ocasión recayó en la persona de Javier Baonza, editor de Ediciones Evohé.
(Oí a Rosa, la amiga de Marta Querol exclamar, cuando no me lo dieron)
(Los ganadores de los premios HISLIBRIS)
Tras la entrega hubo un convite, donde, para mi sorpresa, tropecé con Santiago Posteguillo (sí, estimado Armando, ¡era él!) y una luz de reconocimiento brilló en sus ojos cuando me identifiqué. Estuvimos conversando para mi delicia, y nos presentamos a nuestras respectivas. Alucinante; pero aún había más.
(Blas Malo y Santiago Posteguillo)
Entre canapé y canapé, pudo conocer personalmente a Isabel Barceló (Blog "Mujeres de Roma", autora de "Dido, reina de Cartago"), y a Eva María Marcos, proyecto de escritora que estoy seguro dará tema muy pronto; ambas encantadoras, inteligentes, divertidas y con humor. Amparo Machi también estuvo allí. Me sentía entre nubes. Más alucinante todavía; pero aún había más.
(Isabel Barceló, Blas Malo y Eva María Marcos)
Me llamó Teo Palacios para interesarse qué había sucedido; él no había podido asistir. No,no gané un premio; gané mucho más. Conocí a Antonio Penadés, escritor de Edhasa, apasionado de la época griega, un organizador nato y un certero lanzador de dardos en la palabra, pícaro y amante de la vida.
Una llamada al móvil. Me confirmaron desde Ediciones B que el domingo estaría firmando libros en la Feria del Libro de Valencia. ¡Pero aún había más!
Varios de los miembros del jurado me felicitaron por mi libro, les había cautivado por la fuerza de la historia y su inmersión en la Alhambra, y en éstas estaba yo cuando apareció Antonio Garrido, otro best-seller español, con el que intercambiamos una granada conversación sobre literatura, editoriales y agencias, ante la mirada arrebatada de varios testigos. Conocí a varios Hislibreños (Raúl "Pamplinas", Juan Rio, Javi Baonza, Fuensanta "Ariodante", Richard ), y la jornada acabó a las 3 de la mañana, recorriendo el casco histórico de la ciudad, pasando por las Torres de Qart.
El sábado por la mañana hice turismo por Valencia. Recorrimos el cauce del Turia, con un calor de verano, hasta el espectacular Oceanográfico, donde disfrutamos de delfines, pingüinos y belugas, y luego nos fuimos a comer con un amigo a la Albufera, un delicioso arroz a banda en el Palmar. De vuelta corriendo para ver el Miguelete, disfrutar una horchata fresquita con unos amigos y subir a lo alto de las Torres de Serrano, ¡ah, piedra medieval, cuánta historia entre tus puertas! Desde allí arengaría el Cid a las tropas contra los musulmanes antes de crear su propio reino. Aunque Heston lo hizo en Peñíscola, con el viento en el rostro, y viendo la cinta azul del mar en la lejanía, me sentí como el Cid, henchidos mis pulmones, con el astil clavado en el pecho, oculta la herida mortal a mis huestes por la capa:
-¡¡Ciudadanos de Valencia!! ¡Mañana, estaré con vosotros, y os conduciré a la victoria!
¡Deprisa, deprisa! Corriendo, nos dirigimos al famoso Bibliocafé, ¡wow!, ¡qué gran idea! Se presentaba el libro de relatos del III concurso de relatos HISLIBRIS, compartimos una gran tarde con los seleccionados allí presentes, donde Rosalía nos dirigió como ganadora unas palabras increibles, y después, conocí José Luis el dueño, entrañable, y compramos libros (como no podía ser de otra forma). Firmé y me firmaron, y entablamos conversación apasionante Blanca y yo con Sebastián Roa y su mujer Ana, que después continuamos en un restaurante albano-griego hasta la madrugada. Fuensanta Ñiñirola nos propuso participar en unas jornadas sobre literatura y Edad Media que pretenden organizar en Murcia en unos meses, propuesta que acepté entusiasmado.
(Mi mujer Blanca y yo, flanqueados por Joaquín, Rosa y Marta Querol)
(Antonio Penadés a la izquierda; en el centro Sebastián Roa y su mujer Ana; a la derecha Fuensanta Ñiñirola)
En la cena, compartimos mesa con otras personas excepcionales: Ania Granjo, Alejandro Mohorte, recreacionista que conocía a mis BattleHonours de Granada; Alejandro Nogueras, arqueólogo y director del Museo de l'Iber, apasionado amante de Grecia (que nos fue comentando cómo se preparaban cada uno de los platos que probamos) y Fernando Lillo, historiador de la época antigua y romana, con una facilidad extraordinaria para las anécdotas de sus viajes por Turquía, Macedonia y Grecia. Hablamos y mucho sobre Grecia, Roma, Extremadura y su apasionante pasado monumental (Mérida, Medellín), sobre la Grecia arcaica, sobre la Creta minoica, y sobre ideas para una novela. Con Sebastián Roa (miembro de honor de "Fidelis Regis") intercambiamos nuestras perspectivas de futuro, nuestros descubrimientos de la vida en la Edad Media, tanto de la perspectiva cristiana como musulmana, y nos emplazamos a coincidir en esas jornadas en Murcia.
Agotados pero contentos, afrontamos mi primera firma en una Feria del Libro. Marta Querol se pasó a saludarme camino a su caseta, junto a Rosa y Joaquín (que adquirió mi libro), y luego otra vez hablamos con Posteguillo y su encantadora mujer Gloria, camino él también a su caseta de firma. Afluyeron los lectores, y desaparecieron los ejemplares de "El esclavo de la Al-Hamrá" (Ediciones B), entre firma y firma. Se agotaron tanto en la caseta 46 como en la 45. Fui escritor y comercial, y se agotaron. ¡Se agotaron! Jesús García también se pasó y fue genial conocerle. ¡Oh, maravilla de Internet!
(Firmando libros en la Feria de Valencia)
(Firmando más libros en Valencia)
(A mi mujer, amiga y confidente: gracias, Blanca, amor mío)
Regresamos a Granada, agotados y saturados de buenas experiencias y buenas vibraciones. Fue como coger una ola, la ola perfecta, en lo alto de la cresta (el lunes, regreso al trabajo, fue lo opuesto, volver al pozo de la ola... lo más bajo. ¡Qué contrastes te ofrece la vida!)
La próxima semana no habrá entrada, ya que me voy cuatro días a Mérida (Extremadura) a enseñarle a mi mujer la ciudad romana, a reencontrarme con viejos amigos, y a visitar Alange (y quizás, conocer al escritor Jesús Sánchez Adalid). La próxima entrada será la continuación de ésta, pero desde una perspectiva más íntima y personal: qué ha supuesto para mí como persona y como escritor estar allí. En qué me ha afectado. Sé que os gustará. Os deseo que paséis bien los próximos días.
PD: en Hislibris podéis encontrar más entradas sobre el mismo evento.
domingo, 3 de abril de 2011
Destino: Premios HISLIBRIS en Valencia
Estimados todos,
los próximos días 8 y 9 de Abril estaré en Valencia para el acto de entrega de los II Premios HISLIBRIS de Novela Histórica. Eso significa que el próximo fin de semana no habrá entrada nueva en este Blog, ocupado como estaré en conocer a otros autores y compañeros de afición, y la ciudad del Turia. Espero hacer nuevos amigos y visitar a otros antiguos.
Más de uno me ha preguntado si firmaré libros allí, ya que coincide con la Feria del Libro. Estoy a la espera de noticias de la editorial, que ya está preparando una firma de mi libro en Granada, incluso sé que algunos lectores han pedido que vaya a firmar a Almería.
El acto de entrega de premios HISLIBRIS 2010 tendrá lugar el Viernes 8 de Abril, a las 19:00h en el Centro Cultural L’Iber (calle Caballeros, 22) , en acto de público. Si alguien lo desea puede asistir y a su conclusión le firmaré su ejemplar del EEDLA.
El programa de los eventos es el que sigue:
* Día 8 de abril, 5.30 pm: recepción y primeras cañas.
* Día 8 de abril, 7.00 pm: entrega de los II Premios de literatura histórica de Hislibris en el marco del Centro Cultural L’Iber, calle Caballeros, 22. A la conclusión se servirá un tentempié que esperemos sea especial. Seguidamente y como mandan las buenas maneras nos iremos a cenar y a lo que surja en la noche valenciana.
* Día 9 de abril, 11.30 am: charlas y mesas redondas, encuentro entre editores, autores y lectores de literatura histórica, también en el Centro Cultural L’Iber. Luego nos iremos a comer. Ojalá en aquel «griego» de tan gratos recuerdos.
* Día 9 de abril, 6.30 pm: entrega de premios y presentación del libro del III Concurso de relatos de Hislibris en Bibliocafé, una librería muy especial. (Cita ineludible, ¿eh?) Y luego, cómo no, a abandonarnos en algún garito.
* Día 10 de abril: para los que se queden, podremos visitar la Feria del Libro y, además, presenciar la presentación de «El Periscopio», también en Bibliocafé.
El viernes lo tendré ocupado, el sábado me gustaría visitar el Oceanográfico y por la tarde más el Bibliocafé y la Feria del Libro. Y el domingo, el regreso, espero que con uno de los Celedonios
A los que os animéis, os espero por Valencia. ¡Deseadme suerte!
los próximos días 8 y 9 de Abril estaré en Valencia para el acto de entrega de los II Premios HISLIBRIS de Novela Histórica. Eso significa que el próximo fin de semana no habrá entrada nueva en este Blog, ocupado como estaré en conocer a otros autores y compañeros de afición, y la ciudad del Turia. Espero hacer nuevos amigos y visitar a otros antiguos.
Más de uno me ha preguntado si firmaré libros allí, ya que coincide con la Feria del Libro. Estoy a la espera de noticias de la editorial, que ya está preparando una firma de mi libro en Granada, incluso sé que algunos lectores han pedido que vaya a firmar a Almería.
El acto de entrega de premios HISLIBRIS 2010 tendrá lugar el Viernes 8 de Abril, a las 19:00h en el Centro Cultural L’Iber (calle Caballeros, 22) , en acto de público. Si alguien lo desea puede asistir y a su conclusión le firmaré su ejemplar del EEDLA.
El programa de los eventos es el que sigue:
* Día 8 de abril, 5.30 pm: recepción y primeras cañas.
* Día 8 de abril, 7.00 pm: entrega de los II Premios de literatura histórica de Hislibris en el marco del Centro Cultural L’Iber, calle Caballeros, 22. A la conclusión se servirá un tentempié que esperemos sea especial. Seguidamente y como mandan las buenas maneras nos iremos a cenar y a lo que surja en la noche valenciana.
* Día 9 de abril, 11.30 am: charlas y mesas redondas, encuentro entre editores, autores y lectores de literatura histórica, también en el Centro Cultural L’Iber. Luego nos iremos a comer. Ojalá en aquel «griego» de tan gratos recuerdos.
* Día 9 de abril, 6.30 pm: entrega de premios y presentación del libro del III Concurso de relatos de Hislibris en Bibliocafé, una librería muy especial. (Cita ineludible, ¿eh?) Y luego, cómo no, a abandonarnos en algún garito.
* Día 10 de abril: para los que se queden, podremos visitar la Feria del Libro y, además, presenciar la presentación de «El Periscopio», también en Bibliocafé.
El viernes lo tendré ocupado, el sábado me gustaría visitar el Oceanográfico y por la tarde más el Bibliocafé y la Feria del Libro. Y el domingo, el regreso, espero que con uno de los Celedonios
A los que os animéis, os espero por Valencia. ¡Deseadme suerte!