domingo, 31 de mayo de 2009

Posesión



Estoy inmerso de lleno en las modificaciones de EEDLA. Acordé con la Agencia que me tomaría dos semanas de reflexión profunda para investigar la coherencia de mi propio libro. Me he preguntado constantemente por la psicología de mis personajes, y el por qué de sus acciones. ¿Actuaría el visir así, o de tal forma?¿Qué pensaba en ese momento?¿Estaba más concentrado en los asuntos de Estado que en su vida personal, o al contrario?

¿Y la reacción del Gran Cadí si recibiera esa *noticia*, trascendental en la novela?¿Tendría una respuesta racional, o actuaría movido por su intolerancaia religiosa, y sus celos políticos?. El propio protagonista, Ahmed, ¿se decidirá en el climax por una acción o por otra?

Así que a veces no he sabido a ciencia cierta quién era yo, si yo mismo o uno de los personajes. Y ha ocurrido. Aunque parezca mentira, me ha ocurrido no una sino tres veces. Un personaje me ha poseído. No era yo, el que miraba arrogante el último desplante de mi jefe. Era Ibn Zamrak, el poderoso visir del reino nazarí, el que planeaba cómo vengar su desaire, el que respondía desafiante a cualquiera que osara interrumpirme en mis tareas. Era él, el que con una voluntad de hierro, amenazaba con el timbre de la voz a quien se atreviera a no obedecerme según mis planes y previsiones.

Era él, era yo, el que ante la adversidad, recordaba constantemente que para un hombre con poder no existen obstáculos, sino un objetivo: el ejercicio del propio poder a cualquier precio.

Alucinado, me acordé inmediatamente de Margarite Yourcenar, quien a fuerza de investigar y pensar en el emperador Adriano, sintió que efectivamente ella era el emperador Adriano, al escribir sus memorias.

Así que confieso que hay mucho de mí en el visir, o del visir en mí, y que a pesar de que 800 años nos separan me he sentido como él, arrasado por las emociones, por los giros del destino, por la incomprensión del mundo y por la consciencia de la mortalidad.

¿Alguien más se ha visto poseído así? Espero ser capaz de trasladar todo eso a la novela. Como no he encontrado nada parecido sobre el visir, os dejo como imagen de obsesión por el poder a la pintura de Francis Bacon sobre Inocencio X de Velázquez.