martes, 30 de diciembre de 2008

Faltan 30 días

Faltan treinta días para que se conozca el fallo del jurado de la primera edición del Premio CajaGranada de Novela Histórica, que se conocerá el próximo 30 de enero de 2009. Pensaba dedicar la entrada a otro asunto pero por su interés reproduzco la noticia reflejada en el diario Málaga Digital el pasado 15 de diciembre.

Las 287 novelas históricas presentadas al Premio CajaGranada sitúa el concurso en el nivel de los grandes certámenes literarios, según el jurado.



La mayoría son españolas, pero han llegado también de Estados Unidos (11), México (8), Argentina (6), Uruguay y Perú (3), Venezuela y Cuba (2) y una de Gana, Francia, Brasil y República Dominicana.

La I edición del Premio de Novela Histórica CajaGranada ya había dado un paso de gigante al ser dotado con 180.000 euros y convertirlo así el de mayor cuantía del mundo en su género y el tercero en España sin tener en cuenta género.

Pero los 287 manuscritos que se han recibido hasta el 30 de octubre pasado (fecha de cierre) sitúa el certamen literario entre “los grandes”, según el escritor José Calvo Poyato, miembro del jurado, que hoy ha explicado a los medios de comunicación las características de las obras presentadas en la sede de la entidad granadina junto a su presidente, Antonio Claret García, la directora editorial de Random House Mondadori (que publicará la novela ganadora), Nuria Tey; la directora de la revista Historia y Vida, Isabel Margarit y el escrito Juan Eslava Galán, todos ellos miembros del jurado.

Las obras, que difieren en cuanto a su extensión, han tratado, especialmente, la temática del mundo islámico en la Península Ibérica, es decir, al-Andalus en los siglos XV y XVI y la convivencia de las tres culturas (judía, musulmana y cristiana) de la época; en segundo lugar, la Guerra Civil Española ha inspirado también a buena parte de los escritores, además de la aventura colonial de España en América, los Templarios, el medievo en la España cristiana o el mundo grecorromano. Alguna se desarrolla durante el Antiguo Egipto y las hay que se conforman como “pseudobiografías” de personajes históricos, señaló Calvo Poyato.

La mayoría (248) son españolas, pero han llegado también de Estados Unidos (11), México (8), Argentina (6), Uruguay y Perú (3), Venezuela y Cuba (2) y una de Gana, Francia, Brasil y República Dominicana, respectivamente.

Todas ellas sufrirán una primera criba entre los lectores de la editorial Random House Mondadori, explicó Nuria Tey, de las que quedarán un número indeterminado (unas 50 o 60) que recibirán dos o tres lecturas. De ellas, se seleccionarán las que pasarán por las manos de los miembros del jurado, encargado de elegir a la ganadora (no hay segundos premios ni accésit).

El resultado se sabrá el próximo 30 de enero, en la sede de CajaGranada, en el transcurso de un cena de gala que se celebrará con los finalistas. Será el momento en que se falle el premio y se entregue a una obra que debe ser “una buena novela, y después una buena novela histórica”, dijo Calvo Poyato.

Por tal tipo de obra entiende el escritor Juan Eslava Galán que es aquella donde se prime la calidad del escrito y después de que su parte histórica sea “fehaciente”, ya que “se escriben muchas obras sin que el autor se documente lo suficiente”, así que la obra tiene que estar “bien documentada, pero que no llegue al aburrimiento”. En cualquier caso, se han presentado “tantas” que “no vamos a tener problemas para encontrar una con estos requisitos”, concluyó.

Claret García informó por su parte de que cada último viernes de enero será una fecha clave y especial a partir de ahora, ya que en ella se entregarán los premios de las siguientes ediciones.



De todo ello se deducen las siguientes conclusiones:

-En otro periódico he leído que pretenden publicar al ganador en marzo. Si hay voluntad y medios, en dos meses de intenso trabajo puede editarse un libro seleccionado.
-De entre 287 manuscritos, la editorial seleccionará en una primera criba 50 según su criterio (supongo que en función del mercado y de la línea que quiera potenciar). Habrá una segunda criba, digamos que dejan 10 finalistas, que serán serán los que lea el jurado. Diez novelas a tres días por novela, son treinta días. Es decir, que no les da tiempo si empiezan con el año. Luego deben haber realizado todas las selecciones antes del mes de diciembre.
-Las posibilidades de ser finalista es 1 contra 28. Sospecho que muchos manuscritos están escritos por profesores y catedráticos de historia, cosa que yo no soy, luego es evidente que si alguien ha cometido algún desliz, es probable que sea yo.
-Como Juan Calvo Poyato y Juan Eslava Galán son miembros del jurado no pueden participar. Son dos monstruos de las letras contra los que no tengo que competir, ¡pero qué lástima! En especial por Eslava Galán, por el que tengo predilección.
-Me pregunto si invitarán a los de la primera criba tambien. Pasar la primera criba ya sería bueno; ojalá me enterara de alguna forma hasta dónde llegó mi novela.

Todo lo demás son especulaciones. Habrá que tener paciencia y seguir escribiendo, escribiendo, escribiendo...

miércoles, 24 de diciembre de 2008

¡Feliz Navidad 2008!



Antes de que se sequen las doradas del horno y los niños se coman todas las almendras, desearos a todo el mundo que sonriáis al Futuro, lo miréis con optimismo, y sabed que la Crisis pasará (¿¿¡¡Crisis!!?? ¡¡Si están las tiendas llenas!!)

El próximo 2009 espero que sea un año en el que se cumplan nuestros deseos. Y no os preocupéis por lo que sois sino por lo que queréis ser!

¡¡FELICES FIESTAS A TODOS!!


viernes, 19 de diciembre de 2008

Mis Libros 2008



Hola, a continuación os dejo con mi lista de Libros 2008. Muchos menos de los que desearía. Espero en 2009 empezar los que me han quedado, pero son tantas las ganas y tan escaso el tiempo que habré de resignarme a leer lo que se pueda.

Memorias, de Erwin Rommel. Las memorias del legendario general alemán. Destaca por su lucidez, su facilidad de lectura, y por la humanidad que se descubre de él, el honor, el sacrificio. El horror de la guerra y su sinrazón hasta el final, contado por su propio hijo.
Tres pisadas de hombre, de Antonio Prieto. Excelente novela premio Planeta de 1955, sobre la supervivencia y la vida.
Jaque a la dama, de Jesús Fernández Santos. Premio Planeta 1982. Trata el drama de la Guerra Civil Española y la incertidumbre del después de una familia. La narración y los diálogos son ágiles, pero falta un hilo conductor, un motivo que estructure la narración.
Bizancio, de Stephen R. Lawhead. Novela histórica de excelente ambientación en el s.XI del viaje de un monje irlandés con una misión a través de toda la Europa medieval y parte de Asia. El hilo flaquea a ratos pero el ritmo narrativo es impecable. Bizancio, sin embargo, sólo aparece de refilón. Un descubrimiento de autor.
Arqueros del rey, de Bernard Cornwell. Excelente novela histórica basada en la Guerra de los Cien Años.
La batalla del Grial, de Bernard Cornwell. Su continuación, igual de recomendable.
La fortuna de Matilde, de Alvaro Pombo. Una decepción. Mucho “pombo” y platillo para una novela plomiza. No pasé de 60 páginas.
Walking throu Byzantium, de Zero Books. Excelente libro divulgativo histórico-arqueológico del Imperio Bizantino y de Constantinopla/Estambul en particular.
Saladino el unificador del Islam, de Genoveve Chauvel. Novela imprescindible sobre el gran conquistador de Jerusalén en el s.XI
El comedido hidalgo, de Juan Eslava Galán. Novela acerca de la vida de Miguel de Cervantes en la Sevilla del siglo XVI, escrita en el mismo lenguaje de la época, lo que a mí me ha resultado curioso pero pesadísimo. Lo dejé en la página 62.
Los fiscales, de Lindsey Davis. Decimoquinto libro de la serie recomendable del investigador privado Marco Didio Falco, en la Roma imperial de Vespasiano. No está mal, pero dentro de la serie los hay mucho mejores. En todo caso, una acertada recomendación.
La Odisea, de Homero. Un libro inmortal. Entretenido, aunque la traducción del griego es un poco ampulosa. Recomendable, una de las primeras novelas de la historia.

De todos estos autores, lanzo mi "Top THREE" para regalar esta Navidad: Bernarnd Cornwell, Lindsey Davis y Erwin Rommel.

Pendientes para leer esta Navidad:
El mundo, de Juan José Millás
Una y todas las guerras, de Antonio Prieto

"Wiwichuamerycrismas" para todo el mundo

viernes, 12 de diciembre de 2008

Sobre Beren y Lúthien


Quien haya leído el Silmarillion de J.R.R. Tolkien habrá vibrado con la historia de amor que se cuenta en la balada de Beren y Luthien, un canto al triunfo del amor por encima de todo y de todos, un relato inmortal que me emociona cada vez que lo releo.

Será porque me siento igual de afortunado que él.

Los escritores y narradores de historias no son gente inhóspita y ermitaña, también tienen su corazoncito y su lado tierno, y creo que es bueno que recordemos las cosas importantes que mueven el mundo, y que sólo valoramos cuando no lo tenemos.

1.- J.R.R. Tolkien y su mujer Edith

En Letters of J.R.R. Tolkien (Cartas, Minotauro, 1993), su hijo Christopher Tolkien recoge una carta donde refleja la nostalgia que sentía el escritor por su mujer, Edith, fallecida años antes:

"… aún puede recordarla en los bosques cuando paseábamos, con su hermoso pelo negro al aire, joven, me parecía hermosísima, con los pies desnudos sobre la hierba verde, los ojos cerrados y una sonrisa en sus labios, y ella bailaba, conmoviéndome hasta lo más profundo…"

La oposición de sus familias al matrimonio, la angustia por la separación debido a la Gran Guerra, las estrecheces de la posguerra, la tristeza de la muerte de Edith, todo ello no importaba en sus últimos días, sólo el recuerdo de su amada bailando alegre sobre la hierba. Tenían la esperanza del reencuentro más allá de la muerte.

Sus vidas fueron la semilla de Beren y Luthien, y como tales Edith y John fueron enterrados en el cementero de Wolvercote (Oxford).

2.- Carl Sagan y su mujer Ann Druyan


Carl Sagan creía que nuestra existencia era la única; no había nada más allá, y por eso había que valorarla por encima de todo. A diferencia de J.R.R. Tolkien creía que la extinción como persona sería total. No habría resurrección ni reencarnación. Como cuenta en su libro "Miles de millones":

"Me gustaría creer que cuando muera seguiré viviendo, que alguna parte de mí continuará pensando, sintiendo y recordando. Sin embargo, a pesar de lo mucho que quisiera creerlo y de las antiguas tradiciones culturales de todo el mundo que afirman la existencia de otra vida, nada me indica que tal aseveración pueda ser algo más que un anhelo.

Deseo realmente envejecer junto a Annie, mi mujer, a quien tanto quiero. Deseo ver crecer a mis hijos pequeños y desempeñar un papel en el desarrollo de su carácter y de su intelecto. Deseo conocer a nietos todavía no concebidos. Hay problemas científicos de cuyo desenlace ansío ser testigo, como la exploración de muchos de los mundos de nuestro sistema solar y la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta. Deseo saber cómo se desenvolverán algunas grandes tendencias de la historia humana, tanto esperanzadoras como inquietantes: los peligros y promesas de nuestra tecnología, por ejemplo, la emancipación de las mujeres, la creciente ascensión política, económica y tecnológica de China, el vuelo interestelar.

De haber otra vida, fuera cual fuere el momento de mi muerte, podría satisfacer la mayor parte de estos deseos y anhelos, pero si la muerte es sólo dormir, sin soñar ni despertar, se trata de una vana esperanza. Tal vez esta perspectiva me haya proporcionado una pequeña motivación adicional para seguir con vida. El mundo es tan exquisito, posee tanto amor y tal hondura moral, que no hay motivo para engañarnos con bellas historias respaldadas por escasas evidencias. Me parece mucho mejor mirar cara a cara la Muerte en nuestra vulnerabilidad y agradecer cada día las oportunidades breves y magníficas que brinda la vida."


Y si habéis llegado hasta aquí, a continuación siguen las líneas de Ann Druyan, su mujer, en sus "Memorías":

"— Esto es un velatorio —me dijo serenamente Carl—. Voy a morir.
— No —protesté—. Lo superarás como ya hiciste antes, cuando parecía que no quedaban esperanzas.
Se volvió hacia mí con el mismo gesto que yo había contemplado incontables veces en las discusiones y escaramuzas de nuestros 20 años de escribir juntos y de amor apasionado. Con una mezcla de buen humor y escepticismo, pero, como siempre, sin vestigio de autocompasión, repuso escuetamente:
— Bueno, veremos quién tiene razón ahora.
Sam, de cinco años ya, fue a ver a su padre por última vez. Aunque Carl luchaba por respirar y le costaba hablar, consiguió sobreponerse para no asustar al menor de sus hijos.
— Te quiero, Sam —fue todo lo que logró musitar.
— Yo también te quiero, papá —dijo Sam con tono solemne.
Desmintiendo las fantasías de los integristas, no hubo conversión en el lecho de muerte, ni en el último minuto se refugió en la visión consoladora de un cielo o de otra vida. Para Carl, sólo importaba lo cierto, no aquello que sólo sirviera para sentirnos mejor. Incluso en el momento en que puede perdonarse a cualquiera que se aparte de la realidad de la situación, Carl se mostró firme. Cuando nos miramos fijamente a los ojos, fue con la convicción compartida de que nuestra maravillosa vida en común acababa para siempre."



3.- Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí



Graciela Palau afirma:

"Juan Ramón amó a Zenobia de un modo profundo, apasionado que sólo su obra podía expresar. Por quererla cambió el rumbo de su poesía, la depuró, se depuró y llegó al concepto de la poesía desnuda".

Este cambio comenzó con una hermosa historia de amor que, aunque con altibajos, concluiría no con la muerte de Zenobia, sino con la de Juan Ramón que la llevó en su corazón hasta el último instante de su vida.

Desde el principio de su matrimonio, Zenobia fue una mujer sencilla, ocupada en las tareas del hogar y muy atenta a todas las actividades culturales de su tiempo. Música, teatro, pintura, ballet,... todo era del interés de Zenobia. Fue administradora, secretaria, enfermera, relaciones públicas, ama de casa. Fue la artesana del diseño de la vida del poeta. Si ella no hubiera organizado su vida, el poeta hubiera caído en una de sus crisis infernales. Y este mundo no se organiza sin un amor compartido.

Zenobia no fue la sombra luminosa de Juan Ramón, Zenobia Camprubí fue su luz.

Ella perteneció a un marco social en el que la mujer estaba relegada a un segundo plano. Muchas autoras y creadoras de su época debían firmar sus trabajos con los nombres de sus maridos o nombres ficticios si no querían que fuesen censurados.

Zenobia conocía muy bien cuál era en aquel momento la posición de la mujer que escribía y cuáles sus horizontes. Sabía que la única posibilidad que tenía de escribir era seguir su diario, es decir, dedicarse a la faceta "privada" de la escritura porque a la "pública" ya se dedicaba Juan Ramón. El es el que escribe y ello impide que Zenobia pueda entregarse a otra actividad literaria. Varias veces manifiesta su deseo de hacerlo, y no sólo por el gusto de escribir, también para ganarse la vida. Pero nunca se decide.

Ella se ocupa de todo, de la salud física y mental de poeta, de que sus artículos lleguen a tiempo a las revistas en las que Juan Ramón colaboraba, de las excusas en caso de que no llegaran. Ella estaba junto a él en su creación literaria y dentro de dicha creación, que no hubiese sido la misma sin ella.

La propia Zenobia reconoció en uno de sus diarios que sin ella "el pusilánime, hipocondríaco, depresivo y neurasténico poeta se habría hundido en un pozo sin fondo (...), pero el día en que juntó su destino con el mío, cambió ese fin. Después de todo, yo soy en parte dueña de mi propia vida, y Juan Ramón no puede vivir la suya aparte de la mía."

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Relatos Solidarios: El Sortilegio


Desde el Blog de Martikka me ha llegado una iniciativa de colaboración en la creación de un libro de relatos para recaudar fondos a beneficio de la Fundación Vicente Ferrer, cuyo trabajo en India en favor del desarrollo de los desfavorecidos es realmente impresionante.

Los interesados en colaborar gratuitamente con un relato tenéis de plazo hasta el 9 de marzo de 2009. Podéis ver toda la información en el Blog de Javier Ribas, promotor de la iniciativa.

Os dejo con el relato que he enviado; lo he titulado "El Sortilegio"

**************************************************************
EL SORTILEGIO

Mi padre se enfadó mucho cuando repetí lo que aquellos hombres me habían dicho. No sólo le parecía vergonzosa mi curiosidad. Le indignaba que unos extraños hubieran hablado conmigo, una niña comprometida, para burlarse de mí.

Yo bullía por rebelarme, roja de vergüenza. Había encontrado a aquellos hombres camino del pozo junto a mi amiga Sati. Yo odiaba mi cubo, odiaba los interminables viajes en busca de agua desde mi casa, mientras mis hermanos seguían durmiendo antes del alba.
—¡Cómo se atreven a reírse de una niña! No debieron engañarte. Tienes un futuro por delante: servir a tu esposo y tener niños. ¡Lo que así fue así será!
Pero aún así deseaba que se cumpliera lo que nos habían prometido, pala en mano. Prometieron que tanto Sati como yo seríamos artistas, aprenderíamos a pintar, y eso sería sólo el principio.

Y uno de aquellos hombres pintó para cada una un sortilegio en un papel arrugado.
—Guardadlo bien, y seréis lo que soñéis ser. Vuestro sueño crecerá si lo alimentáis de ilusión.
Al día siguiente otros niños pidieron que pintara para ellos. Y aquel hombre, siempre con su sonrisa, nunca dijo no.

Las suspicacias de mi padre terminaron cuando le ofrecieron trabajar para ellos. Cuando me dijeron que ya no haría falta que fuera hasta el pozo, no pude creérmelo. Cuando terminaron la escuela y pidieron que fuera con ellos, yo seguí sin creer sus palabras de aliento. Pero cuando el primer día me senté en las sillas junto a Sati y más niños y vi llegar al hombre sonriente recordé su rostro y abrí mi papel, manoseado de tanto usarlo.
—Son vuestros nombres —nos dijo—, y todos vosotros sois importantes. Desde hoy vuestros nombres pueden conseguir que vuestros sueños no se borren.
—Enséñame cómo —le pedí, y él sonrió. Nos enseñó a pintar nuestros nombres.

Y aquello no fue más que el principio.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Curiosidades de la Literatura (I)



La historia de la literatura tiene un apartado curioso que puede estar más asociado con el mundo de las profecías. Se trata de las serendipias literarias. La serendipia es un término que se refiere a los descubrimientos casuales que realizan los científicos a partir de accidentes o acciones inesperadas. En la literatura este término está asociado más con el relato de una historia de ficción que tiempo después se concretiza en la realidad.

No es un hecho frecuente, pero los ejemplos que existen son en verdad asombrosos. Veamos algunos de estos relatos que se adelantaron a los hechos.

- En el año 1850, el genial Edgar Allan Poe escribe “Las aventuras de Arthur Gordon Pym”. La historia cuenta el naufragio de un barco en los mares del Atlántico sur, cerca de las Islas Malvinas, del que sólo sobreviven cuatro personas que quedan a la deriva en una balsa. Desesperados por el cansancio y el hambre deciden matar a uno de ellos para poder subsistir, por lo que echan el destino a la suerte y realizan un sorteo, siendo elegido el cocinero de la embarcación. Un tal Richard Parker.

Algunos años después, en 1884, una goleta de origen británico naufraga cerca de las islas atlánticas. Sobreviven cuatro personas que quedan a bordo de una balsa. Desesperados, deciden matar a uno de ellos para comérselo. La suerte indica que el asesinado será el cocinero. Un tal Richard Parker.

- Singular es el caso del escritor Jonathan Swift que en su famoso libro del año 1726, “Los viajes de Gulliver”, habla de las dos lunas en el planeta Marte. Les da el nombre de “Miedo” y “Terror” y describe su órbita y su distancia del planeta.

En ese tiempo no se sabía de la existencia de luna alguna en Marte. Pero hay dos. Y fueron descubiertas recién en el año 1877. Las lunas tenían un diámetro muy parecido al expresado por Swift, y además su órbita era prácticamente igual. Las lunas fueron bautizadas como Fobos y Deimos, términos griegos que significan miedo y terror.

- El escritor norteamericano Lester del Rey, por otra parte, publicó en el año 1954 su novela “Viaje a la Luna”. En ella cuenta como la nave Apolón, tras dar unos pequeños brincos se posa finalmente en el suelo lunar. Y cómo cuando se abre la escotilla desciende de la nave el comandante Armstrong para pisar por primera vez el suelo de ese mundo desconocido. Quince años mas tarde la realidad imitaba a la ficción, cuando Neil Armstrong llegaba a la Luna a bordo del Apolo 11.

- Por último, en el año 1898, Morgan Robertson, publicó una obra que se llamó “Futility” y que describía el hundimiento de un gran barco en su viaje inaugural de Londres a Nueva York. Los relatos coinciden con el naufragio del Titanic, sucedido 14 años después de editado el libro. En principio este también se hundió en su viaje inaugural desde Londres a Nueva York. El hecho se produjo por el choque contra un iceberg en los mares del Atlántico norte, tal como sucedía en el libro. También era un barco de proporciones considerables, que se consideraba imposible de hundir. El capitán del barco de novela se apedillaba Smith, tal como el capitán del Titanic.

Aunque seguramente la mayor coincidencia esta en el nombre que Robertson le dio a su barco. Se llamaba “Titán”.

¿A qué estas historias resultan asombrosas?

Fuente: http://sobrecuriosidades.com/