sábado, 18 de octubre de 2008

El orgullo del novato (I): Nadal vs Simon

Tenía en mente una entrada distinta, pero no puedo resistirme a postergarla después de disfrutar con la impresionante semifinal del Tenis Master Series de madrid, entre Rafa Nadal y Gilles Simon, que acaba de concluir.

¿Por qué? No es sólo deporte. Lo que se ha visto es la lucha de esta perra vida. La lucha del novato por su supervivencia.

Ahí estaba el flamante número uno, invicto, intocable, veterano de mil batallas, nuestro orgullo patrio Rafa Nadal. Ya conocemos sus inmensas gestas. Uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos.

El otro era Gilles Simon. Un francés. Joven. ¿Pero quién es ese?, dije yo. Otro más que va a caer bajo la apisonadora Rafa. Otro más de la lista infinita de la ATP. Rafa es el Nº1, éste ni idea. A saber. ¿El Nº25?¿El Nº30?¿El Nº1000?. Pues eso.Bah.

Cuando he puesto la tele luchaban por el último set. Llevaban 2 horas y media. Y en cuanto he visto la cara de Simon, me ha electrizado. Y no he podido despegarme de la pantalla.

Golpe tras golpe, el francés no sólo no se acobardaba ante Rafa sino que ha remontado todo. La cara de Rafa era un poema. Estaba preocupado. Estaba pensando que este imberbe no era un hueso fácil. Estaba pensando en que podía perder. Su mirada era una mirada de furia fría, que a ráfagas paracía estallar como una supernova.

En cambio el rostro de Simon era el del novato insolente. Estaba ante Rafa, ¡el Nº1!, y sonreía. ¡Qué mirada!¡Qué perseverancia, qué arrojo! Estaba dispuesto a no perder, a ir a por todo, a sudar la propia vida, porque el novato podía vencer. No sólo podía. ¡Lo estaba haciendo! Con fuerza, con inteligencia, con entrega suicida. Sabía lo que quería ¡El número uno estaba perdiendo bajo sus golpes!

Rafa contraatacaba, pero Simon devolvía todo, ¡mágico!, y en cuanto Rafa explotaba Simon ¡hop! al alcance de su raqueta tocaba el Olimpo de la inspiración con el consentimiento de los dioses. El partido duraba ya tres horas y media, y seguían dando golpes, reventando la pelota de un lado a otro, llenando la pista de sudor caliente y olor a macho en lucha.

Y Simon sonreía, se revolvía, seguía sonriendo, gritaba sus fallos, despreciaba los abucheos del público con su silencio y su mirada seguía fija en Nadal, que estaba apurando el cáliz amargo que llevaba a la derrota.

Y cuando ganó, Simon supo que habia sido el mejor partido de su vida.

A todos los novatos, noveles de la literatura, y de cualquier otro ámbito de la vida, os presento las Leyes de Orgullo de Novato

1.-¡Persevera!¡Los intocables no son invencibles!¡Aguarda pero no cejes de intentarlo!
2.-¡Si el universo conspira contra ti, ríete en su cara!¡Tú sabes que puedes!
3.-¿Y si aparece el fracaso?¡No te importa el fracaso!¡NO CREES POSIBLE EL FRACASO!
4.-¡Tus fuerzas son infinitas! Mira tu objetivo. ¡Duplica tus objetivos!¡Puedes con todo!
5.-El tiempo es tu aliado. ¡Corre cuando tengas que correr!¡Párate cuando tengas que pararte!¡Eres un novato que tienes todo el tiempo del mundo!
6.-Con cada avance, mira el camino recorrido. ¡Y tú que tenías dudas, pues mira lo que has conseguido ya!¡Ahí delante está la meta!
7.-Cuanto obstáculo que encuentres no importa, porque sabes lo que quieres: ¡LA VICTORIA!


Aquel que siga estas reglas ya no podrá mirarse igual cuando pise terrenos desconocidos, nuevas experiencias, obligaciones o temores.

Eso es lo que he aprendido hoy. Y no lo olvidaré. ¡Porque busco la victoria!¡Publicar mi libro!¡El Príncipe de Asturias de las letras!¡El premio Nobel!¡Casarme, trabajar en Granada, tener un heredero! He decidido que NADA ME SERÁ IMPOSIBLE, PORQUE BUSCO MI VICTORIA.

Y eso, entre otras cosas, ocurrirá porque no estoy solo. TIENE QUE OCURRIR.