domingo, 3 de agosto de 2008

Hijos de Gales, hijos de Escocia, ahí están los Inmortales...

La carne estaba jugosa. La grasa se le escapaba entre los dedos, chorreando por las manos y manchando la mesa de roble. El calor de las brasas era un alivio frente a la bruma fría que había rodeado a la villa. Algunos decían que el año 542 sería un gran año de paz y prosperidad, otros que sería el año de la Peste. Se limpió la boca y las barbas con la manga de la camisa de cuero antes de beber la cerveza negra de los monjes. Era el jefe del clan, era joven y aún soñaba con poseer una mota y un castillo en vez de vivir para siempre en aquella aldea de barracas.

Oyó unas pisadas a la carrera desde el exterior. La puerta se abrió de pronto y William Thirdleg entró como una exhalación. El aire frío avivó las brasas.
-¡Esa puerta! -se quejó Maclovius.
-Jefe, ese cura ha vuelto. Dice que ha tenido una visión. Los hombres dejan de trabajar para escucharle.
-Bréanainn de Clonfert -Maclovius recordó su nombre. Para muchos era un santo. Decían que había atravesado el Oceano Tenebroso, que había bautizado al monstruo marino Jasconius y que había regresado para preparar la venida del Señor-.¿Y qué quiere?
-Bautizarte.
Maclovius lo encontró tan hilarante que faltó poco para que se atragantara con el último trozo de cerdo asado.
-¿Ese santo es tonto?¿Ya quiere reunirse con su dios?
Otro hombre entró corriendo. La puerta volvió a abrirse y el frío entró con él.
-¡Esa maldita puerta! -volvió a quejarse Maclovius. Se oían rumores fuera
-¡Está ahí afuera!
Y alguien le estaba llamando a voces. El murmullo de los vecinos era más fuerte
-Le voy a eviscerar -y cogió la espada y el hacha. Un monje le había enseñado esa palabra; le encantaba que sus guerreros le tuvieran por un hombre ilustrado.

Salió fuera. Una multitud de hombres, mujeres y niños rodeaban a la figura de un monje flaco y bajo de estatura. El hábito estaba sucio y desgastado por los años. Su barba era larga. La tonsura de su cabeza había sido renovada. Le vio y sonrió. Todos callaron.
-¡Maclovius del clan Maclou!¡El Señor se ha fijado en ti y hoy va a perdonarte tus pecados!
Maclovius desenvainó la espada y se acercó sin dudar hacia él.
-¡Es un santo, señor!-gimió Thirdleg-¡Si derramas su sangre la tierra quedará maldita!
Él no hizo caso. El monje miró cómo se acercaba a él y abrió sus brazos. Maclovius apretó la empuñadura.
-¡Tienes un instante para marcharte por donde has venido, o daré tus huesos a los cerdos!
-¡Hijo mío, tú aún no lo sabes!¡El Señor perdonará hoy tus pecados!¡Lo he visto!
-¡Loco!-Alzó la espada y le miró a los ojos, unos ojos de mirada luminosa.

Y cuando volvió en sí se encontró en el arroyo de Galyeardyee temblando por el agua helada, de rodillas y desnudo de cintura para arriba. El monje le sujetaba la cabeza. Él tenía las manos juntas en posición orante. El monje le sumergió y le izó, y le bendijo en latín.
-¿Qué es esto?¿Qué está pasando? -balbuceó Maclovius bajo la cascada de agua gélida.
-¡Ya estás bautizado, hijo mío! -exclamó Bréanainn
-¡Y vas a ser monje! -gritó William Thirdleg.
-¿¿¿Monje, yo??? -Maclovius no salía de su asombro. La multitud aplaudía, y tras él muchos vecinos, empujados por su ejemplo, entraron en el río para ser bautizados y bendecidos.
-Ayúdame, Maclovius -pidió Bréanainn, y el jefe galés sintió con extrañeza que lo que iba a hacer era lo que debía hacer. No deseó eviscerarle. Cogió la cabeza de William Thirdleg y se la sumergió con brusquedad en el agua, mientras éste se debatía por respirar.
-In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen

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Maclovius se hizo discípulo de Bréanainn de Clonfert, conocido como San Brendán, se hizo monje de la Abadía de Llancarrven y luego emigró a Bretaña. Se le conocía como Maclou, y como misionero fundó iglesias por toda la zona de Bretaña que actualmente se denomina Saint-Malo en su honor. Fue el primer obispo de Aleth y murió anciano en el año 620 en Archingeay (Francia). La familia Maclou se extendió por toda Europa (Francia, Alemania, España, Noruega y Finlandia).

El Clan Maclou estaba emparentado por sangre con los clanes MacCloud y MacLeod. Una rama de la familia cambió su nombre, de Maclou a Malo. Ah, sí, creo que yo también deseo ser inmortal...

Connor MacLeod sigue por el mundo, el último de su clan. Lo último que se sabe es que lo convencieron para participar en un anuncio de coches. Puede no que vuelva a saber de él hasta dentro de otros cien años...